FM -fue concejal, senador y alcalde de Ceuta- habla en sus memorias de su casamiento. Hice el casamiento que mi madre deseaba. Es decir, con mi prima Sara. Y acerté de pleno en la decisión. Nuestro viaje de novios nos llevó a El Puerto de Santa María y nos alojamos en la pensión España. La ciudad estaba tomada por los guardias civiles. Ello ocurría cada vez que Franco se desplazaba a ese rincón para cazar en Medina Sidonia. De allí, tras visitar a mis amigos del penal, viajamos a Madrid y, posteriormente, fuimos a Bilbao y San Sebastián. Nadie nos molestó durante el recorrido y a mí me pareció estar viviendo en las nubes. También estuvimos en Oviedo para ver a unos familiares.
Tuve mucha suerte al colocarme en Pesquera Mediterránea. Era una industria extraordinaria, en una Ceuta donde muchas personas comían de ella. La almadraba estaba en Marruecos. Y allí se capturaban los atunes cuando venían de revés. En Barbate, en Zahara de los Atunes, y en toda esa zona, los cogían de entrada y salida. Esos peces, por si alguien lo desconoce, cuando entran lo hacen por debajo y cuando salen lo hacen por arriba de las aguas. En nuestra almadraba se daba muy bien la melva. Hasta el punto de que sobraba.
Mi vida se desarrollaba en la calle. La empresa me había destinado a labores que me requerían yendo de aquí para allá. Lo cual me sirvió para irme relacionando con la gente. Hice muchas amistades. Empecé a alternar en el Club 31. Yo no estaba acostumbrado a beber más de una copa y observaba, con asombro, de qué forma achicaban los demás. Así que me ponía tarumba en cuanto me pasaba de mi medida. Y no tuve más remedio que cuidarme en ese aspecto.
En 1952 recibimos Sara y yo la primera gran alegría: nació nuestro hijo Segundo. Nombre que le pusimos por su abuelo y porque había nacido precisamente en el día del santo. Luego vino al mundo Rosalinda. Ambos cambiaron nuestras vidas. Pasaban los años y ya comenzaban a preguntarme por mis ideas y si me hacía tilín luchar por el socialismo. Yo respondía siempre igual: pertenecí a la CNT y no me quedan ganas de seguir interviniendo en la política activa. Pero los socialistas andaban seguros de que pronto podrían ganarme para su causa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.