El Madrid vuelve a las andadas

Tras el partido frente al Inter creí que el Madrid había corregido defectos de otrora, pero ha tardado nada y menos en dar un recital de errores impropios de un equipo de su categoría. Apenas comenzado el encuentro Marcelo es desbordado y en esa jugada se produce la mano de Nacho cuando acude a interceptar un balón peligroso en el área. Penalti y gol de Lucas Pérez. El tanto le llegó tan oportunamente al Alavés como una gaviota en el mástil de un náufrago. A partir de ahí el conjunto vitoriano se hizo dueño de la situación y pudo resolver el encuentro durante una media hora espléndida de juego.

Fueron treinta minutos en los que Courtois intervino con acierto, evitando que el dominio de los visitantes se tradujera en goles. Dominio que impusieron con presión adelantada y con dos delanteros centros que no dieron tregua a sus marcadores. Lucas Pérez y Joselu, fuertes, veloces y con dominio del juego aéreo, cundieron el desconcierto en el conjunto merengue. Más necesitado que nunca de un Casemiro que parece haber olvidado que es escudo de la defensa. 

Ni que decir tiene que los contraataques del conjunto dirigido por Pablo Machín cogían a los centrocampista blancos en Babia. El desorden era generalizado. Y, por si fuera poco, el árbitro no quiso ver el penalti que le hicieron a Marcelo. Para más inri, Hazard volvió a lesionarse y fue sustituido por Rodrygo cuando se llevaban jugados veintitantos minutos. Aún tuvo tiempo el Madrid de agobiar a sus rivales durante el tramo final de la primera parte.

En la segunda mitad, cuando apenas se llevaban tres minutos de juego, llegó el fallo clamoroso de Courtois. Obsesionado con pasarle la pelota a Casemiro con los pies, estando éste situado en zona roja y dando la espalda a los contrarios, se anticipó Joselu para obtener el segundo gol. Desde ese momento, el Madrid quiso más que pudo. Mientras que el Glorioso Alavés no cedía en su empeño de seguir buscando más goles. Dado que se habían dado cuenta de que era el momento ideal para lograr una victoria sonada. 

El gol del Madrid llegó cuando el encuentro estaba dando las boqueadas. Su autor fue Casemiro. Con el tanto redimió en parte su mala actuación. En rigor, cabe decir que el Madrid no es un equipo fiable. Por consiguiente, tampoco lo es su entrenador. Lo peor no es la derrota, que también, sino que Zidane no fue capaz de cortar de raíz lo que estaba sucediendo en el césped.