Fructuoso Miaja -concejal, senador y alcalde de esta ciudad- habla en sus memorias de la detención de David Valverde Soriano: alcalde de Ceuta cuando se produjo el golpe de Estado.
Julio y Agosto de 1936 fueron los peores meses. Cada mañana me levantaba con la alegría de haber salvado la vida pero convencido de que seguía estando en peligro. Mis temores estaban plenamente justificados como consecuencia de las muertes de quienes habían tenido menos suerte que yo. Era terrible ver los cuerpos abandonados en sitios por donde teníamos que pasar. En aquellos días primaba el horror y yo me había hecho a la idea de que podía perder la vida en cualquier instante. Se estaba poniendo en práctica la frase de "Café para todos". Lo cual consistía en matar el estipulado porcentaje de vecinos para que los demás quedaran paralizados por el miedo.
A finales de julio arreciaron los apresamientos. A la par que Yagüe y Gautier se desgañitaban diciendo que no había razones para que la gente se fuera a dormir al campo. Pero la gente corría hacia Benzú, en cuanto terminaba el trabajo, con la idea de formar grupos como respuesta defensiva a las detenciones domiciliarias. Aun así, jóvenes falangistas, acompañados de policías, buscaban a los perseguidos en las afueras de la ciudad. Así cogieron a Ramón Arnáu Gutiérrez, secretario de las juventudes marxistas; a Rafael Ruiz Corzo, perteneciente a las juventudes libertarias, y a muchos otros.
Nos recordaban continuamente que en el campo nos exponíamos a las infecciones. Nos comunicaban la contaminación de las aguas del llamado barranco de las Bombas, en su parte de abajo. Pero la gente prefería exponerse al tifus antes que caer en las garras de los falangistas. Eran éstos cien jóvenes, más o menos, que practicaban el tiro a las órdenes de un teniente de la Guardia Civil... Cuando entonces, si la memoria no me falla, fueron detenidos Francisco Maestre Castillo, Manuel Morilla Piñeiro, Antonio Ros Martín y José Ríos Soto. Y siempre bajo el pretexto de idénticas e infundadas acusaciones.
En aquellos días, cuando el pánico se había adueñado de la ciudad y la gente recelaba de su propia sombra, leí que David Valverde Soriano -alcalde socialista- había sido detenido en Castillejos. También fue apresado el concejal Francisco Sánchez Molinillo -afecto a la Unión Republicana- y José Díaz Moro, de filiación comunista. En fin, yo veía que las detenciones no cesaban y llegué a la conclusión de que o ponía tierra de por medio o pronto sería uno más de los que, una vez detenido, acabaría posiblemente ajusticiado en cualquier punta de playa o en un rincón de la fortaleza del Hacho.
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