El otro fútbol es el título de un libro escrito por Miguel Delibes y que fue publicado en los años ochenta. El tema del fútbol es el encabezamiento del primer capítulo. El primer párrafo reza así: "Hace unas semanas publiqué un intrascendente artículo sobre fútbol y puedo asegurar que en treinta años corridos que llevo en este oficio de emborronar cuartillas nunca un trabajo mío ha desencadenado un tan abundante número de réplicas y correspondencia como en este caso...".
El maestro Delibes se abstuvo de contarnos que muchas de las réplicas recibidas habían sido de tan mal gusto que nunca más se le ocurrió opinar de un deporte en el cual prima la pasión por encima de razones y conocimientos. Uno lleva la tira de tiempo emitiendo pareceres acerca del deporte rey y sobre todo del Madrid. Equipo de mis amores desde que vestía pantalones cortos. Lo cual no obsta para que yo haya sido siempre exigente con sus actuaciones y poco dado a repartir ditirambos a granel entre sus jugadores.
Reconozco que con ese proceder me he granjeado la antipatía de muchos madridistas. Lo cual me importa un bledo y parte del otro. Aunque les estoy muy agradecido por acceder a este blog no sólo para disentir de cuanto escribo sino para que sigan creyendo a pie juntillas que servidor la tiene tomada, por ejemplo, con Sergio Ramos e Isco Alarcón. Como si uno, a estas alturas, hubiera decidido ser absolutamente subjetivo con las actuaciones de ambos futbolistas.
Mis lectores -ya sean del Madrid, Barça, Betis, Sevilla o Cádiz - saben que yo llevo muchos años diciendo que el Madrid necesita un central zurdo. A fin de que Ramos actuara en la derecha y hasta en casos de necesidad lo hiciera como lateral. Con el fin de alargarle la vida deportiva y por supuesto para evitar que los rivales se aprovechen de sus defectos jugando en el lado siniestro. Más visibles aún cuando por ese costado está Marcelo.
Pero la mayoría de los escribidores no dicen nada al respecto. Y no son pocos los que manifiestan siempre lo mismo desde hace ya muchas temporadas. Verbigracia: si Ramos juega frente al Cádiz y el equipo amarillo goza de cinco ocasiones de gol durante los primeros quince minutos del encuentro y obtiene su tanto, el que le dio la victoria, a la sexta oportunidad, con Ramos dando un curso de debilidad defensiva, la culpa es de Varane.
Lesionado el 'Gran Capitán' -en el reseñado partido-, los gacetilleros nos contaron lo que se ha convertido ya en una costumbre: "Sin Ramos la defensa no funcionará porque Varane carece de la personalidad del futbolista de Camas. Lo cual es una muletilla para dorarle la píldora a un Ramos que no necesita la adulación por sistema. Y sin embargo no dijeron ni pío de una defensa donde imperó la irracionalidad más absoluta decidida por Zidane: la compuesta por dos jugadores zurdos en demarcaciones diestras. Y, por si fuera poco, remató la insensatez colocando a Marcelo a la vera de Milîtao.
En la derrota frente al Shakhtar, como es habitual en todas las derrotas del equipo merengue, el culpable fue Raphael Varane. Y los comentaristas volvieron a redoblar el tambor: "El francés es un Don Nadie cuando Ramos no está a su vera. Vaya respeto a todo un Campeón del Mundo con Francia y un grande del Madrid. En lo tocante a Isco, les voy a contar la siguiente anécdota.
De Isco Alarcón, cuando los medios deportivos lo situaron en la cresta de la ola y lo apodaron 'El Magia', quien escribe (tras analizarlo minuciosamente, debido a que el nacido en Arrollo de la Miel copaba las portadas de todos los periódicos y era obligado motivo de conversación generalizada) insistía en decir que su éxito sería posible si, de una vez por todas, jugara como mediapunta. Demarcación que le venía que ni pintiparada si realizara las misiones concretas exigibles en esa posición.
A Isco le recuerdo dos partidos sensacionales jugando como mediapunta contra el Atlético de Madrid. Pero su indisciplina en el césped lo ha conducido por la senda de una decadencia de la cual le costará lo indecible salir. Podrá destacar un día y pare usted de contar... Ah, les voy a referir la anécdota relacionada con mis criticas al futbolista malagueño.
A un conocido, que deseaba ganarse mi amistad y trataba de obtener mi confianza, le llamé la atención con el debido respeto por meter la pata en algo que me afectaba. Pues bien, aquel hombre, cuya mujer lo alababa por ser un tipo normal -lo cual no es poca cosa-, me contestó así: "Debo decirte que no te puedo ver ni en pintura porque te metes con Isco...". Y, claro es, tardé un segundo en mandarlo allá donde el viento da la vuelta. Y, créanme, estuve a punto de decirle a su mujer algo muy conveniente: se ha casado usted con alguien a quien creía normal... Y no deja de ser un tonto a nativitate.
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