Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 12 de agosto de 2020

Los éxitos de Zidane

Albert Camus escribió que lo más difícil del éxito no es conseguirlo sino merecerlo. Los éxitos de Zinedine Zidane como jugador y entrenador son tan extraordinarios como merecidos. El éxito y el dinero ayudan -no siempre- a que se nos aproxime la posibilidad de la felicidad. Esa dicha la transmite el entrenador del Madrid. Tal vez porque sus muchos logros le permiten conservar la calma, aun en la derrota, y revestirla además con una sonrisa dentrífica que se ha convertido en la cara amable de su equipo.

Los triunfos de ZZ se atribuyen a la baraca que tiene -en Marruecos, don divino atribuido a los jerifes o morabitos-. Con el fin de no reconocerle sus conocimientos como técnico. Obviando quienes lo manifiestan que la buena suerte en el fútbol suele ponerse casi siempre de parte de los mejores equipos. El buen bajío de ZZ comienza el día en que Florentino Pérez le ofreció el cargo careciendo de relevancia su historial en la profesión.

La derrota del Madrid frente al Manchester City sigue generando críticas adversas contra ZZ. No cesan de achacarle errores en la alineación y en los cambios que hizo. Cuando tales decisiones no influyeron  en la eliminación del equipo blanco. Sin embargo, pocos, por no decir ninguno de los opinantes profesionales, dijeron o escribieron en su día que el fallo del técnico francés estuvo en permanecer impasible ante el juego de pases cortos entre Courtois y sus defensas en el primer tercio del partido. 

Estilo de juego contraproducente para evitar el atosigamiento de los jugadores del Manchester City. Lo cuales sembraron el pánico en el sistema defensivo merengue. Hasta el punto de que Rafael Varane perdió el norte y no lo volvió a recuperar. Estado que propició su segundo y clamoroso error. De lo ocurrido tuvo la culpa ZZ. Sin duda. Por no haber ordenado a su debido tiempo contrarrestar los problemas que semejante acoso estaban causando a sus jugadores. Una propuesta que era tan simple como práctica. Pero el entrenador del Madrid estuvo distraído y ajeno a la realidad.

Zidane suele distraerse muchas veces. Incluso cuando su equipo va ganando es incapaz de resolver situaciones negativas con la celeridad que éstas exigen. Tal vez porque confía ciegamente en la superioridad de los suyos. Y es entonces cuando es conveniente denunciar su falta de visión futbolística. Quienes se hacen los suecos, en tales casos, amparados por la victoria del Madrid, son los que ahora, tras la derrota en la Champions League, insisten en poner al técnico francés como chupa de dómine.  




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