Juan Vivas irrumpió en la política activa con la suerte que se les adjudica a los quebrados. Cierto es que tuvo padrinos destacados: Aurelio Puya, Fructuoso Miaja y Luis Vicente Moro. Tampoco conviene olvidar que era funcionario destacado en el Ayuntamiento. A Vivas le gustaba más hablar de la 'Casa Grande'. Y hasta decía, cuando lo consideraba oportuno, que ir contra ella era indisponerse con la Administración más poderosa de Ceuta.
Lo suyo fue llegar y besar el santo. Es decir, que pronto se hizo con el cargo por un voto de censura y a partir de ahí se convirtió en una estrella política. Muchas han sido las veces en las que yo he contado cómo eran los paseíllos diarios que hacía el monterilla desde el edificio municipal hasta la sede de la Delegación del Gobierno. Arropado, claro es, por numerosos aduladores que lo festejaban a cada paso. Algo parecido a una salida bajo palio.
Fue considerado por los ceutíes como el mejor alcalde de España... Y las mayorías absolutas iban llegando con una facilidad pasmosa. Hubo un momento en el cual su nombre sonó con fuerza para formar parte del Gobierno de la Nación. Vivas no renunciaba a subir, a llegar cuanto más arriba pudiese, pero cada día pensaba menos en estas vaguedades de la ambición a largo plazo, propias de alguien que ya había cumplido cuarenta y tantos años, y la codicia del poder era más fuerte y menos idealista: se contentaba con menos pero lo quería con más fuerza y en su casa.
Y en su casa, es decir, en la Ceuta chiquita y marinera, lleva imponiendo su autoridad desde hace veinte años. Los políticos, cuanto más arriba, se consideran también inefables, infalibles, llamados por la providencia a trabajar por sus conciudadanos, y a su disposición y asistencia. Aunque esos conciudadanos estén de ellos hasta los mismísimos... Vivas ha tenido tiempo suficiente para darse cuenta de que cada día era menos popular y menos apreciado por los ceutíes. Pero optó por hacerse el lipendi.
Ahora, además de tener que gobernar con una minoría y expuesto a que se lo lleve por delante un voto de censura, se ha publicado que la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Ceuta ha acordado incoarle diligencias a nuestro alcalde por una denuncia de la Unión General de Trabajadores de Ceuta. Le concedemos la presunción de inocencia. Faltaría más. Pero también le decimos a Vivas que hace tiempo que debió darse el piro. Por su bien y por el de los de muchos ceutíes que lo están deseando.
Adenda: para más inri el ascensor de El Chorrillo se avería cada dos por tres...
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