El cuaderno gris de Josep Pla -escritor catalán y unos de los grandes prosistas del siglo XX- es una de mis debilidades como lector. Hoy me he acordado de él porque no he pegado ojo la noche pasada. Debido a unas molestias bucales. Siempre he dado mucha importancia, desde el punto de vista de la salud y de la higiene al dormir, dice el maestro nacido en Palafrugell. En realidad creo que dormir es más importante que comer, que la satisfacción de cualquier otra necesidad física.
Esto, claro -sigue diciendo el gran escritor-, no se le puede decir a una señora porque las señoras los quieren, a veces despiertos. Pero ¿qué vamos a hacer si el ansia de dormir lo vence todo, hasta las inclinaciones que parecen más firmes y tienen una apariencia más granítica? En todo caso, cuando duermo las horas necesarias me siento más correcto y más construido.
Si duermo precariamente y en desorden, la fatiga y el malestar físico pueden llevarme a cometer acciones insensatas, a formular un lenguaje desprovisto de medida, a establecer juicios más gratuitos de lo que suelen ser los juicios habituales y humanos. Queda bien claro, pues, la gran importancia que Pla concedía al dormir.
Quien escribe lleva ya muchos años durmiendo las siete u ocho horas que son necesarias para dar la talla al día siguiente. Y, cuando no lo he hecho, es decir cuando me he pasado la noche en blanco, he cometido errores de bulto al día siguiente. Por lo tanto, como se me cierran los ojos y el cansancio me puede, me van a perdonar que no siga juntando letras. No vaya a ser que meta la pata hasta el corvejón. Es lo que hubiera dicho el maestro Pla.
Esto, claro -sigue diciendo el gran escritor-, no se le puede decir a una señora porque las señoras los quieren, a veces despiertos. Pero ¿qué vamos a hacer si el ansia de dormir lo vence todo, hasta las inclinaciones que parecen más firmes y tienen una apariencia más granítica? En todo caso, cuando duermo las horas necesarias me siento más correcto y más construido.
Si duermo precariamente y en desorden, la fatiga y el malestar físico pueden llevarme a cometer acciones insensatas, a formular un lenguaje desprovisto de medida, a establecer juicios más gratuitos de lo que suelen ser los juicios habituales y humanos. Queda bien claro, pues, la gran importancia que Pla concedía al dormir.
Quien escribe lleva ya muchos años durmiendo las siete u ocho horas que son necesarias para dar la talla al día siguiente. Y, cuando no lo he hecho, es decir cuando me he pasado la noche en blanco, he cometido errores de bulto al día siguiente. Por lo tanto, como se me cierran los ojos y el cansancio me puede, me van a perdonar que no siga juntando letras. No vaya a ser que meta la pata hasta el corvejón. Es lo que hubiera dicho el maestro Pla.
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