Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 12 de junio de 2020

Merecido triunfo del Sevilla


A mí me gusta irme a la piltra antes de las doce de la noche y estar sobándola siete u ocho horas. Así me puedo permitir el lujo de levantarme de mañana y caminar una hora y media con el ritmo adecuado a mi condición física. De ahí que, salvo partidos del Madrid, a mí me cuesta lo indecible escribir sobre los que suelen empezar a las diez de la noche. Pero, además de que un Sevilla Betis es un gran derbi, el encuentro había despertado expectación por ser el primero de la reanudación de La Liga suspendida hace tres meses.

Mi sacrificio no ha merecido la pena. Puesto que el partido no ha respondido a las expectativas que había creado. Debido a que el juego del equipo verdiblanco sigue siendo enjuto, flaco, enteco... Es decir, un fútbol de pitiminí. Delicado, de poca consistencia y carente de practicidad. Mentiría si no dijera que el equipo de Rubi trata de jugar un gilifútbol impropio de la categoría y de los futbolistas que tiene.

Gilifútbol que consiste en que su portero, Joel Robles, le pase la pelota, por sistema, a Bartra y éste espera que venga a recibirla Guido o cualquier otro centrocampista, quien a su vez la juega en corto y horizontal en zona peligrosa. Así una y otra vez... Se suceden las pérdidas de balones y los adversarios acaban marcando goles. El tiqui-taca del Betis Balompié le impide llegar al marco contrario. De ahí que el guardameta del Sevilla, Vaclik, haya intervenido en una ocasión. Vamos, que ha sido un espectador de lujo. 

El Sevilla, en cambio, se ha mostrado como un equipo fuerte, combativo y sobre todo sabiendo llegar al marco contrario cuanto antes. Los hispalenses tienen muy ensayadas las entradas de Navas y Reguilón por las bandas. Casi todas ellas acaban en centros para que De Jong llame la atención de sus marcadores y otros compañeros se aprovechen de los fallos. Es el caso, por ejemplo, de Ocampos. Quien siempre está en el sitio oportuno para culminar la jugada con acierto. El argentino ha marcado un gol de penalti y ha facilitado el segundo a Fernando. 

En rigor, si el Betis continúa jugando con ese estilo de tan poca enjundia, seguirá encajando más goles que nadie y hasta puede que pase por dificultades impropias de la categoría de su plantilla. La cual está compuesta por futbolistas de clase media... A quienes se les exige que actúen como si fueran estrellas capaces de jugar como lo hace el Barcelona y además sin tener a Messi. Alguien debería poner fin a ese error.









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