Apuntes del Madrid-Valencia

Tengo asumido lo peligroso que es hablar de uno mismo. Porque hay riesgo de caer en una vanidad estúpida, y hay riesgo de naufragar contra los escollos de la falsa modestia. Y se aconseja el siguiente antídoto: Procurar salvar los dos riesgos a fuerza de sinceridad extremada. Aun sabiendo que decir verdades está peor visto que la mentira por sistema. De la verdad han dicho que sólo está separada del cinismo por un tabique de casa moderna.

Cuando yo escribo del Real de Madrid, mi equipo desde que vestía pantalones cortos, lo hago sin ataduras que me impidan opinar acerca de la buena o mala actuación de algunos de sus jugadores, del conjunto en general, o bien de los errores cometidos por su entrenador. Actitud que ayuda muchísimo a que cada vez sean más los seguidores merengues que me acusan de tenerla tomada con Sergio Ramos.

Yo nunca ha negado que el Gran Capitán del Madrid sea un magnífico jugador. Pero muchas han sido las veces que he manifestado que los defectos del camero se han ido acrecentando, con el paso de los años, por actuar como central siniestro, siendo diestro. Deficiencias conocidas por muchos entrenadores y que han tratado de aprovecharlas insistiendo en el juego de sus equipos por esa banda.  

El entrenador del Valencia trató ayer de atacar por el costado izquierdo del Madrid. Convencido de que Ferran Torres, extraordinario futbolista, con la ayuda de Rodrigo Moreno y teniendo a Maxi Gómez distrayendo la atención de Varane, acabaría sacando de quicio a Ramos. Y a fe que el Valencia tuvo sus oportunidades. Tiro al poste de Rodrigo, gran parada de Courtois, y gol anulado al hispano-brasileño.

Menos mal, y conviene decirlo cuanto antes, que Ferland Mendy fue imponiendo su autoridad defensiva y terminó desengañando a los atacantes che. Pues bien, al comentarista de turno se le ocurrió decir que Mendy era un defensa rocoso pero poco imaginativo. A glosador tan reputado habría que haberle respondido en ese momento con la siguiente frase hecha: "No se puede estar en misa y repicando".

El lateral francés, amén de haber estado impecable como defensa, le puso a Marco Asensio un balón a huevo para que éste lo enviara a la red. Con esa asistencia, y con la firmeza defensiva demostrada por el futbolista francés, durante todo el encuentro, el Madrid pudo superar a un rival que tenía la lección bien aprendida: al Madrid conviene atacarle por el lado ciego de Ramos. Quien, por cierto, le propinó un golpe a Ferran que le hizo ver las estrellas a tan extraordinario jugador.

Del partido frente al Valencia, los seguidores del Madrid siempre recordarán la vuelta al tajo de Marco Asensio, tras una grave lesión. Y también grabarán en la memoria el golazo de Benzema. Pero no deberían olvidar que la primera parte del equipo de sus amores fue decepcionante. En defensa, por la fragilidad de Ramos, y en ataque porque los espacios dejados por Benzema, jugando como delantero centro flotante, no eran ocupados por los centrocampistas. ¿Me pregunta usted por Valverde? Mi opinión es que no funciona orillado a la banda derecha.