Alberto Giráldez y Adolfo Blanco

Hoy me tocaba recoger los resultados de las pruebas correspondientes a mis alifafes. Y acudí a la cita con esa jindama que muy pocos dicen no tener. El doctor encargado de tranquilizarme lo consigue en un amén: "Esta usted muy bien". Y a partir de ahí no tengo más remedio que felicitarme por haber elegido en su día a don Alberto Giráldez Valpuesta como cardiólogo. El señor Giráldez tiene su consulta en la Clínica Septem de Ceuta y también en otra situada en el Paseo de los Rosales de Jerez de la Frontera.

Don Alberto Giráldez transmite tranquilidad, mira a la cara y sabe escuchar atentamente a quienes estamos deseando contarle nuestros achaques y anhelando conocer si debemos preocuparnos y si los medicamentos son incompatibles con tal o cual cosa... La serenidad con que atiende es contagiosa. Y por tanto genera una confianza enorme entre quienes buscamos sus consejos. A mí me ha demostrado, además, que está atiborrado de humanidad. En fin, que he salido de la consulta con bríos renovados y por consiguiente quiero compartirlos con mis lectores.

Nada más salir de la clínica me cruzo con Adolfo Blanco, Fito para los amigos, a quien hacía ya un mundo que no veía. Debo decir que él no me reconoció. Puesto que no es nada facíl hacerlo yendo como voy con gorra, gafas de sol y mascarilla. Mi querido amigo me pregunta cómo es posible que haya perdido tantos kilos. Y le recito de memoria el plan establecido por mí hace dos años. Nada que no pueda llevarlo a cabo cualquiera que desee darle un regate a la obesidad. Charlar Con Fito siempre fue agradable. Incluso, como dije hace ya mucho tiempo, hablar con él era contagiarse de la alegría que rezumaba. Pero...

Frase

Hoy me he sentido más joven que mi edad.