Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 18 de junio de 2020

Acertada respuesta de Santi Cañizares


Ayer estuve viendo Eibar-Athletic. Derbi norteño celebrado en un campo adecuado para el estilo de juego que distingue a ambos equipos. Sobre todo al guipuzcoano. Es decir, que me senté ante el televisor sabiendo de antemano lo que los contendientes me ofrecerían: fútbol de pases largos, despejes orientados, y centros desde los costados para los remates de cabeza. Y una lucha titánica de todos los jugadores por aprovechar las segundas jugadas.  

En los primeros minutos del encuentro, el narrador le preguntó a Santi Cañizares acerca de las muchas dificultades que tendrían los jugadores más técnicos para sobreponerse a las circunstancias reseñadas... Y el comentarista respondió: "Si los mejores técnicamente tienen problemas, imagínate que será de los que están menos dotados". La contestación fue tan sucinta cual adecuada. Demostrando Cañizares, una vez más, que es uno de los mejores glosadores de los partidos de fútbol. 

Y me explico: el exportero sabe que en condiciones adversas (terrenos de juego con las mínimas medidas, con el césped en malas condiciones, lloviendo a mares, soplando el viento huracanado o soportando marcajes pegajosos) la técnica es más necesaria que nunca. Aunque no conviene confundir técnica con habilidad. Yo recuerdo cuando el terreno de juego de Ipurúa lo embarraban por sistema. Incluso luciendo un sol de justicia. De ahí que nunca podré olvidarme de la siguiente anécdota.

En la temporada 64-65, Talavera y Eibar tenían que disputar el primer partido de la eliminatoria de ascenso a Segunda División en el Estadio Municipal de El Prado. Nuestro entrenador, Luis Elices Cuevas, convenció a los directivos para que el encuentro se jugara a las cuatro de la tarde. A fin de aprovecharnos del calor sofocante que hacía en La Mancha. Pues bien, los jugadores guipuzcoanos no pararon de correr durante los noventa minutos. Y además contaban con José Eulogio Gárate. El cual, además de marcar un gol sensacional, nos sacó de quicio con sus extraordinarias cualidades.

En el partido de vuelta, en una tarde soleada, el césped de Ipurúa era un barrizal. Nosotros empezamos jugando mejor que ellos. Pero pronto surgió el delantero centro eibarrés y nos hizo dos goles en un abrir y cerrar de ojos. Ni que decir tiene que acabaron goleándonos. Conclusión: el perfecto conocimiento del oficio de José Eulogio Garate se impuso al calor y a nosotros en el primer partido. Y también lo hizo en el segundo, a pesar de que el terreno de juego estaba enlodado. En suma, los factores adversos son superados por los futbolistas más técnicos. 


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