Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 31 de mayo de 2020

Fútbol sin público


Todo espectáculo necesita de la asistencia de espectadores para que los artistas reciban esa bocanada de aire fresco que les proporciona ver el interés que han despertado en el público. El espectador en el teatro es vital. En los toros, los diestros antes de hacer el paseíllo miran si los tendidos están a tente bonete; es decir, llenos a reventar. El tenis con las gradas vacías no tiene razón de ser. Y qué decir del fútbol... Pues que a puerta cerrada deja de ser el deporte rey.

He visto dos partidos de la Bundesliga. Y los soporté por mi deseo de observar a dos jugadores del Borussia Dormunt: Achraf Hakimi y Haaland. El primero, jugador cedido por el Madrid. Y el segundo porque le estaban haciendo el artículo para que el conjunto blanco cayera en el anzuelo de su fichaje. De no haberme picado el gusanillo de ojeador, no se me habría ocurrido pasar tanto tiempo ante el televisor.

El caso es que el coronavirus ha conseguido que los partidos se deban jugar en estadios cerrados. Carentes del jolgorio de las gradas. Donde reina la soledad más absoluta. La cual influye negativamente en algunos futbolistas y viceversa. Y me explico: hay jugadores cuyo rendimiento mejora cuando el escenario es grandioso. Mientras que a otros les supera el conocido ya por miedo escénico.

Lo dicho suele ocurrir en todas las categorías del fútbol. Yo he tenido futbolistas que en los partidos de los jueves daban muestras de una calidad asombrosa. Hasta el punto de que no tenía más remedio que contar con ellos. Pero los domingos no daban pie con bola. Debido a que el ambiente en las gradas los achicaba. Ejemplos hay a porrillo. Por consiguiente, los estadios sin espectadores nos permitirán ser testigos de un hecho que se va a producir a partir de ahora en La Liga Santander.

Alguien me pregunta si de tal situación podrían beneficiarse Rodrygo y Vinicius, los dos brasileños del Madrid. Y, aunque no me gusta hacer de pitoniso, le respondo que podría venirles muy bien no sólo actuar sin aficionados sino hacerlo, como parece que será, en el Estadio Alfredo Di Stéfano. O sea, donde suele jugar el Real Madrid Castilla.














sábado, 30 de mayo de 2020

Miscelánea


Hace ya mucho tiempo, tanto que aún no había fijado yo mi residencia aquí, tomando una copa con un abogado conocido, me contó lo que había dicho su defendido cuando ejerció su derecho a decir la última palabra en un juicio por corrupción, sorprendiendo a todos los que se hallaban en la sala. "Así como entre las personas decentes no se dejan vivir a los ladrones, entre los ladrones no es posible ser persona decente, y se termina robando tanto y tan limpiamente como los compañeros veteranos". La respuesta fue muy comentada en su día. Y, desde luego, no tiene desperdicios.

Angel Ossorio y Gallardo, gobernador civil de la provincia de Barcelona en 1909, cuando estalló la Semana Trágica, llegó a escribir que "en Barcelona la revolución no necesita ser preparada, lo está siempre; asoma a la calle todos los días; si no hay ambiente para su desarrollo, retrocede; si hay ambiente, cuaja. Esto último, como es lógico, se suele ver favorecido por actuaciones que los catalanes creen erróneas". Ciento once años, más o menos, han pasado desde aquella afirmación. La cual sigue gozando de muy buena salud.

Unidas Podemos está dispuesta a acabar con la clase media; esa clase que asegura la estabilidad del Estado, permanece fiel a las leyes y desconfía de los arrebatos personales (Aristóteles). La clase media es la que sirve de colchón muelle entre ricos y pobres. Por consiguiente es la clase predispuesta por excelencia para administrar los negocios públicos. Pablo Iglesias necesita una extensa situación de pobreza, desigualdades y de resentimiento para recuperar su terreno de cultivo. Los comunistas son, ideológicamente, fantasmas del pasado. Eso sí, han pasado de ser la la ladilla cojonera del socialismo a mandar tela marinera. Gracias a Pedro Sánchez.

Las Fuerzas Armadas, durante los años de la transición, hicieron un esfuerzo enorme por acercarse a la sociedad civil por medio de actos como la apertura de determinados centros militares  al público en jornadas especiales o la celebración anual del Día de las Fuerzas Armadas. Con ello pretendían principalmente que los ciudadanos de a pie y los de uniforme militar se conocieran mejor para olvidar hechos pasados... Logro que fue conseguido. Pero, de un tiempo a esta parte, Unidas Podemos parece empeñado en volver a sembrar la semilla de la discordia entre partes. Lo cual debe ser cortado de raíz.












viernes, 29 de mayo de 2020

Las terrazas dan miedo


Es el título  de un artículo publicado en este blog el 13 del mes que corre. Del cual creo conveniente destacar el primer párrafo. "Así como en las grutas los murciélagos se aferran a las piedras, y unos a otros, así han decidido hacerlo muchísimas personas en las terrazas. Infrigiendo las reglas establecidas para evitar nuevos contagios de un virus que sigue matando a cientos. Quienes así se comportan, de manera insensata, la mejor respuesta que debe aplicárseles es el castigo correspondiente a una acción tan vil. Dado que jugar a la ruleta rusa con la vida de los demás no deja de ser un comportamiento ruin".

A partir de ese momento, durante mi horario para caminar, he ido viendo cómo las normas establecidas por el Gobierno seguían siendo conculcadas. Hay bares en los que la gente se agolpa en la barra o en la ventana del establecimiento que da al exterior. Y terrazas en las que no se cumplen las medidas exigidas. Pocos son los viandantes que andan por la dirección adecuada y que van provistos de la mascarilla correspondiente. Y así podría seguir enumerando incumplimientos que son tan inquietantes cual peligrosos.

De semejante proceder debía estar enterado el consejero de Sanidad. Por ser profesional muy dado a interesarse por todo cuanto concierne a sus obligaciones. De ahí que me cueste trabajo creer que no estuviera al tanto del estado de relajamiento existente entre los encargados de poner orden tanto en la calle como en los establecimientos. Quizá por estar convencido de que el Covid-19 no se atrevería a expandirse en Ceuta. Excesiva confianza, pues, en alguien tan experto. Y que ha acabado como el rosario de la aurora: Ceuta tiene una incidencia en coronavirus diez veces mayor que toda Andalucía, según he leído hace nada. 

Sí, ya sé lo que se dice de quienes suelen torear a toro pasado... Pero no es mi caso. Dado que me avala el primer párrafo. Tampoco sé si es cierto lo que se rumorea ya hasta en la península: que lo ocurrido aquí es debido a una fiesta a la cual acudieron muchísimas personas. Fiesta que, de ser cierta, no comprendo cómo pudo pasar inadvertida para quienes estaban obligados a suspenderla. En fin, ya sólo me queda rezar para que el virus no se ensañe con nosotros y que el Hospital Universitario carezca de camas -en la Unidad de Cuidados Intensivos- para afrontar la enfermedad. Así que me imagino la incertidumbre que reinará ya entre el personal sanitario. Dios nos coja confesados. 













jueves, 28 de mayo de 2020

El cierre de Nissan


La burguesía catalana ha vivido siempre de las rentas y sus componentes no cesan de darse muchísimo pote. Nunca se han cortado lo más mínimo en airear el exceso de sentido común que atesoran. Jamás se cansan de propalar que no hay nadie que los aventaje en laboriosidad. Y desde luego están convencidos de que si al término de nuestra guerra civil, en lugar de castellanizar a Cataluña, como pretendieron desde Madrid, se hubiesen dedicado los esfuerzos a catalanizar España, habrían salido ganando todos los españoles.

Los burgueses catalanes, que tan bien vivieron durante la dictadura de Franco, hablan la lengua castellana en la calle, y su idioma en casa. Porque lo consideran propio de payeses. Amén de reírse de ellos. En realidad, acaban hablando mal las dos lenguas. Siempre han reconocido que son seres muy aburridos y que son tratables cuando la 'bolsa suena'. De no ser así, no dudan en buscar culpables para sus desgracias. Verbigracia: España nos roba, dijo Jordi Pujol.

Hablar de los catalanes en Italia es como nombrar la soga en casa del ahorcado. Sobre todo en Nápoles y Sicilia. Por razones conocidas. La burguesía catalana ha estimulado siempre el independentismo porque no deja de ser un negocio que llena los bolsillos de mucha gente. Los independentistas catalanes nunca han sido capaces de entender que los españoles estamos de ellos hasta los mismísimos. Pues una cosa es conllevarlos, como nos recomendaba Ortega y Gasset, y otra es permitirles que nos toquen los cataplines todos los días y fiestas de guardar.

La irrupción del Covid-19, atiborrado de infección mortal, ha permitido que los separatistas hayan estado hibernando durante tres meses. Aunque me imagino que habrán tenido tiempo para seguir organizando su festival callejero cuanto antes. Una fiesta en la cual el fuego purificador será la luz de sus reivindicaciones. Aunque mucho me temo que esas celebraciones carecerán de entusiasmos anteriores. Pues no en vano los independentistas deben estar crisis.

Me explico: el anunciado cierre de Nissan Barcelona dejará, desgraciadamente, 3.000 trabajadores parados y 20.000 indirectamente. Menudo drama... Y si le añadimos la ruina que la pandemia le está ya ocasionando al turismo español, y, naturalmente, al catalán, mucho me temo que Joaquim "Quim" Torra i Pla dejará de hablar de independencia, y dedicará todo su tiempo a dorarle la píldora a Pedro Sánchez, y hasta puede que acepte un beso ruso de Pablo Iglesias. Con tal de que no lo dejen solo ante el peligro que se le avecina. 



   






miércoles, 27 de mayo de 2020

Cayetana Álvarez de Toledo contra Iglesias


Cuando aún estamos soportando las secuelas de un duro confinamiento, cuando aún tenemos el miedo metido en el cuerpo por mor de un virus que mata, cuando las cifras de muertos que se han producido aún nos mantiene desconsolados, cuando nos dicen que debemos hacernos a la idea de que hay que vivir con el Covid-19, cuando se avecina una crisis económica que será la ruina de la clase media y por tanto aumentará el número de pobres, resulta que los políticos han evidenciado -una vez más- que se parecen demasiado entre sí. Es decir, que son todos de la misma estatura y de la misma calaña.

Gritos, insultos y descalificaciones han imperado hoy en el Congreso de los Diputados. Una auténtica vergüenza. Los políticos hace ya mucho tiempo que se transformaron, a los ojos de la ciudadanía, en enemigos públicos. Todos van a lo suyo. Ahora bien, en una cosa están de acuerdo unos con otros: los sueldos de los políticos no se tocan, hasta ahí podíamos llegar. El Congreso de los Diputados ha sido un auténtico circo. Un circo en el cual ha destacado la figura de Pablo Iglesias: un tipo dispuesto a romper España. 

El líder de Unidas Podemos ha llegado a la política con el odio a España metido entre ceja y ceja. Y acabará, si alguien no lo impide, haciéndola añicos. Su presencia, como vicepresidente de un Gobierno socialista, aunque ya no le quite el sueño a Pedro Sánchez, es motivo de insomnio para millones de españoles. Conchabado con los partidos independentistas, Pablo Iglesias va horadando la unidad de la nación sin solución de continuidad. Eso sí, con la ayuda de ciertos medios de comunicación que le son afines.

En esta ocasión, ha sido Cayetana Álvarez de Toledo, diputada del PP, la que se ha enfrentado al 'marqués de Galapagar'. Y lo ha hecho con su dureza habitual. Las críticas acerbas de Cayetana sacaron de quicio a un vicepresidente que reaccionó cuanda estaba acorrolado. Aturdido en su escaño. Porque sabe perfectamente que está en el punto de mira de no pocos enemigos. Semejante enfrentamiento nos hizo recordar escenas de aquella España que terminaría dividida en dos y acabaría dirimiendo sus desencuentros a tiros.  
    

martes, 26 de mayo de 2020

La importancia de llamarse Juan Vivas


Hace siete días escribí, bajo el título de Más vale lo malo conocido..., una columna dedicada a nuestro alcalde, explicando que ya estaba a punto de propalar, una vez más, que dejaría el cargo. Y me pregunté qué alegaría Vivas en esta ocasión para anunciar a bombo y platillo una decisión que, como siempre sucede, hace que innumerables ceutíes se pongan a llorar por los rincones la posibilidad de quedarse sin la luz que los guía. Y que no deja de ser el comienzo de una precampaña electoral para seguir perpetuándose en el poder.

Pues bien, hoy he leído lo que aduce nuestro alcalde para meterle el miedo en el cuerpo a sus aduladores y aduladoras: "Que la falta de apoyo del Gobierno de Ceuta se debe a que Pedro Sánchez le tiene la misma ojeriza que a Isabel Díaz Ayuso. Y que si ese es el obstáculo para que el Estado atienda a Ceuta, tiene decidido largarse". Vamos, que está dispuesto a dejar a los ceutíes sin su liderazgo. Lo cual sería una pérdida irreparable (!). Mucho más en los tiempos que corren. En los que resulta muy difícil, si no imposible, encontrar un político de su talla.

Las declaraciones de nuestro alcalde me han hecho dar vueltas a la cabeza. Y he llegado a la siguiente conclusión. ¿Cómo es posible que el presidente del Gobierno de una España azotada por la tiranía de una pandemia que ha ido sembrando la muerte por doquier tenga tiempo hasta para odiar a un alcalde, aunque éste lo sea de Ceuta? Tampoco sé cómo Juan Vivas ha sido capaz de calibrar la aversión que tiene Pedro Sánchez a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Ya que no es lo mismo odiar a un hombre que a una mujer. En fin, que me he pasado toda la mañana cavilando al respecto.

Cavilaciones que me han hecho recordar que no hay mejor discurso para quienes tratan de hacerse el artículo político con fines electorales que arremeter contra un adversario poderoso. Culpándole de todos los males que aquejan a la ciudad por no haber recibido aún algunos millones de euros en una tierra donde hay subvenciones tan cuantiosas cual innecesarias y que deberían destinarse a mejores causas. Una vez más, creo que nuestro alcalde ha dejado el burladero de su tan cacareada modestia para situarse en el centro del ruedo de la soberbia desmedida. Convencido de la importancia de llamarse Juan Vivas.   






 












lunes, 25 de mayo de 2020

Vuelve La Liga Santander


Desde el momento en que La Liga Santander fue suspendida, por mor del coronavirus, me olvidé del fútbol y me centré en cómo salir ileso de la enfermedad, mientras que el número de fallecidos crecía y el horror iba cundiendo por doquier. El virus, según nos dicen, se ha tomado un respiro, pero también nos advierten de que sigue al acecho y dispuesto a sorprendernos nuevamente si le damos motivo para ello. ¡Toquemos madera!

Los días 16 y 23 del mes que corre, tal vez porque mi estado de ánimo tuvo una ligera mejoría, decidí poner la tele para ver dos partidos de la Bundesliga. Y ahora deseo que nuestro Campeonato se reanude cuanto antes. Cuando se suspendió el fútbol, el Madrid no sólo estaba perdiendo sino que su juego dejaba mucho que desear. Su derrota en el Benito Villamarín puso de manifiesto que el trabajo de Zidane no surtía el efecto deseado. Y, desde luego, nadie podrá negarme que Sergio Ramos anduvo a la deriva durante todo el encuentro.

Recuerdo cómo la Real Sociedad, revelación de la temporada, jugó un gran partido en el Camp Nou. Pero sus jugadores fallaron goles cantados y, conviene decirlo, Ter Stegen evitó otros. El Barça, en cambio, aprovechó su oportunidad y logró tres puntos de oro para superar al Madrid en la clasificación y sobre todo para que los aficionados azulgrana recuperaran la confianza en Quique Setién; cuyas declaraciones, desde que sustituyó a Ernesto Valverde, parecían propias de majadero. Tiempo ha tenido el técnico cántabro para meditar sobre sus excesos verbales.

Me aficioné a ver los partidos del Getafe, debido a su magnífica campaña y sobre todo porque sus futbolistas llevaban a cabo las consignas de su entrenador, José Bordalás. Quien era criticado acerbamente por técnicos a quienes no se les caía de la boca el llamado tiqui-taca. Como si ese estilo de juego fuera el único válido en el deporte rey. La cuestión es que los jugadores del 'Geta' daban en los partidos una lección magistral de conocimientos tácticos. Aunque no creo que a ninguno le estuviera prohibido sacar la imaginación a relucir... Siempre y cuando redundara en beneficio del equipo.

La suspensión de La Liga Santander les ha venido de perilla a Luis Suárez, Marco Asensio y Hazard para recuperar la condición física necesaria, tras haber estado largo tiempo inactivos por lesión.  Los tres deben ser jugadores decisivos en el tramo final del Campeonato.



























domingo, 24 de mayo de 2020

Pedro Barrientos


Se pasó gran parte de su adolescencia en la calle... Y a ratos se entretenía jugando al fútbol. Y lo hacía tan bien que el Marbella decidió ficharlo. Destacó sobremanera y el Castellón, entonces equipo de Primera División, no dudó en contratarlo. En la temporada 1979-80, el presidente del club castellonense, con quien me llevaba la mar de bien, me llamó para comunicarme que deseaba ceder a Barrientos. Y no dudé en hacerme con los servicios de un futbolista que ya conocía.

Pedro estuvo tres años en el Portuense. El Castellón lo había contratado para jugar como extremo. Y a mí se me ocurrió situarlo como lateral. Aunque simultaneaba la posición de defensa con la de extremo falso. Y en ambas demarcaciones daba la talla. Desde su llegada, empezada ya la temporada, fue pieza clave en el equipo.  Y además tardó nada y menos en ganarse el afecto de los aficionados

Pedro hablaba lo justo. Solía decir que en boca cerrada... De carácter adquirido en la calle, había que tratarlo acorde con esa circunstancia. Y a fe que tuve la suerte de ganarme su amistad. Y ni que decir tiene que su rendimiento fue altísimo. En ocasiones, traté de aconsejarle en cuestiones que nada tenían que ver con el fútbol, pero mantenía un mutismo que me invitaba a cambiar de tercio. Dado que era poco dado a  dejarse sermonear.

En la libreta de mi memoria tengo anotados partidos en los que Pedro estuvo sensacional jugando lejos del José del Cuvillo. Fueron Frente al Córdoba, Calvo Sotelo, Lérida, Linares... Y sobre todo frente al Barcelona Atlético en el Camp Nou. Aquella temporada, en la que el Racing Portuense hizo méritos sobrados para lograr el ascenso a Segunda División A, PB se ganó con creces el derecho a ser considerado uno de los mejores futbolistas del Grupo II de la Segunda División B. Pero el Castellón decidió que fuera propiedad del Portuense. Y no hubo suerte en las conversaciones habidas para su traspaso.

En la temporada 84-85, si la memoria no me falla, fichó por la Agrupación Deportiva Ceuta, avalado por mí. Y pronto se ganó a la afición. Pero sus actuaciones, aun siendo buenas, ya no eran las que tuvo con el equipo de mi pueblo. Tal vez porque Pedro Barrientos había ido perdiendo la ilusión de quien había hecho méritos más que suficientes para jugar en la máxima categoría del fútbol español. De Pedro hace tiempo que no sé nada. Así que le deseo lo mejor.


 

sábado, 23 de mayo de 2020

Erling Haaland y Achraf Hakimi


Erling Haaland, delantero centro del Dormunt, lleva ya varios meses acaparando la atención de los medios deportivos. Calificado de estrella emergente, se nos ha venido diciendo que Madrid y Barcelona se están disputando el fichaje del jugador noruego. Debido a que marca goles con una facilidad prodigiosa. Es decir, que balón que toca termina besando las redes, como nos decía nuestro admirado y recordado Matías Prats.

El día 16 del mes que corre, es decir, el sábado pasado, fui espectador televisivo del Dormunt-Schalke-04 para ver en acción a tan celebrado futbolista. Y, de paso, comprobar si Achraf Hakimi, jugador cedido por el Madrid, había progresado lo suficiente como para que el equipo blanco decidiera recuperarlo cuanto antes.

De Haaland, a pesar de marcar el único gol del partido, dije que había tenido una actuación aseada. Y hasta recordé lo mucho que había destacado Luka Jovic en el Eintracht Fráncfort y, sin embargo, todavía no ha hecho nada a derechas en el equipo merengue.  Ejemplo que deberían tener en cuenta quienes no cesan de dedicarle ditirambos al delantero centro del Borussia Dormunt.

De Hakimi, en cambio, no tuve el menor inconveniente en destacar la mejora de su juego en todos los sentidos. Descollando sus conducciones de balón en velocidad, la precisión de sus pases, y su mayor consistencia defensiva, dentro de un sistema de juego de tres centrales. Sistema táctico que beneficia  a su tendencia atacante.

Hoy he vuelto a ser espectador de un partido del Dormunt con el mismo objetivo que hace siete días; en esta ocasión, su rival era el Wolfsburgo, y el encuentro me ha permitido comprobar que mi parecer de la semana pasada fue acertado. Me explico: Halaand no deja de ser un delantero que gusta más que Mariano -jugador del Madrid- por ser alto y rubio como la cerveza... Por consiguiente, no creo que ni Madrid ni Barcelona deban soñar con su contratación como una necesidad perentoria.

Eso sí, no tengo la menor duda de que Achraf Hakimi se ha convertido en ese defensa que está pidiendo a gritos que el Madrid vuelva a hacerse con sus servicios. El futbolista hispano-marroquí se desenvuelve en el césped como si estuviera en la sala de estar de su casa. Sosegado, bien colocado, y dando muestras evidentes de que su velocidad le permite destacar sobremanera. El Dormunt ha ganado -0 2- en el campo del Wolfsburgo. Y Hakimi ha participado en la jugada del primer gol y ha marcado el segundo. ¡Ah!, AH es un jugador polivalente.







viernes, 22 de mayo de 2020

Vivir angustiado por el miedo


Una tarde del mes de marzo me llamó un amigo para contarme que vivía angustiado por el miedo a que su familia -mujer y dos hijos- pudiera ser infectada por el coronavirus, por la posibilidad de perder su puesto de trabajo, y porque desconfiaba del Gobierno presidido por Pedro Sánchez. Conociendo a mi amigo vi su miedo reflejado en la mirada y con las mandíbulas tensas. Levantándose por la mañana con un peso en el estómago, sin entusiasmo por nada, por haber perdido aquel optimismo que le hacía aceptar cada nuevo día como si fuera un regalo.

Mi amigo no dudó en decirme que, cuando se afeitaba, veía en el espejo sus facciones contraídas, y los músculos tensos desde la frente hasta la punta de los pies. Que trataba por todos los medios de contener los nervios. A fin de no discutir con su mujer por cualquier nimiedad. Que bastante tenía ella con su trajín desde que amanecía hasta que anochecía. Para que ni a los niños ni a él les faltara de nada. Tú ya sabes como es ella... En suma, mi amigo daba muestras evidentes de estar deprimido.

Por la conversación teléfonica mantenida con AZ, deduje que estaba ya inmerso en un estado de tristeza y abatimiento imparable. Precisamente cuando su familia necesitaba más de él. Es decir, de su entereza en momentos en los que solamente se hablaba de la tragedia de una infección que se hallaba en su punto culminante y que mataba a discreción. Tan mal estaba mi amigo que ni siquiera creí conveniente darle consejo alguno. Pues pude apreciar que el pavor lo había superado con creces. Y que, por tanto, no podía ya domeñarlo.

Tras colgar el teléfono, aquel día de marzo en el que La Parca no se cansaba de hacerse presente en todo el mundo, comprendí, una vez más, que el temor cambia la forma de ser de muchas personas. Que el miedo, cuando traspasa el umbral de la prudencia, se convierte en el peor enemigo de quien lo tiene. Mi amigo, según he sabido días pasados, pasó del miedo al pánico. Y decidió vivir encamado todo el mes de abril. También me he enterado de que su mujer está tramitando el divorcio.

Las mujeres se crecen ante las situaciones penosas y son capaces de afrontarlas con determinación. Han aprendido a tragarse sus miedos en momentos claves. Sacan a relucir la voluntad y el valor que atesoran. Y, por consiguiente, suelen apreciar el coraje de sus compañeros en situaciones donde conviene no meterse en la piltra y cerrrar los ojos cuando lo más conveniente es tenerlos muy abiertos. O sea.

Frase

El mundo sin las mujeres no sería más que un caos





















miércoles, 20 de mayo de 2020

Las dos Españas


Larra y Machado hablaban de las dos Españas con una insistencia rayana en la tozudez; qué lejos estaban ellos de pensar que llegaríamos a tener diecisiete, además de Ceuta y Melilla, cuyos estatutos de autonomía les otorga el rango de ciudades autónomas. Y todo, conviene recordarlo, por callar bocas ante la necesidad de que Cataluña y el País Vasco recuperasen  la autonomía que le había sido concedida antes de que los españoles de los años treinta decidieran dirimir sus desavenencias a muerte. Y a las que la dictadura se cargó en un abrir y cerrar de ojos por considerar que ambas se habían inclinado por el bando republicano.

Pero nadie parece acordarse de que Franco se preocupó de que las fábricas de Cataluña y el País Vasco permanecieran inmunes a los bombardeos y que, luego, no dudó en distinguir a ambas regiones con ayudas de las que carecieron las demás.  En cambio, por poner un ejemplo, las industrias textiles de Málaga fueron destruidas. No cabe duda de que el 'Café para todos' sirvió para serenar los ánimos de quienes -instaurada la democracia- estaban ya dispuestos a reeditar el Alzamiento Cantonal de la Primera República.

Las dos Españas nunca han dejado de existir. Por más que nos parezca que esa división es una frase hecha que pervive más bien para recordar a dos escritores tan grandes como distintos. Las dos Españas siguen  mirándose de reojo y encerradas en un disimulo malicioso. Atentas en todo momento a discutir agriamente todo lo habido y por haber. Enfrentamiento que fue aumentando desde que el bipartidismo fue decreciendo por mor de una crisis económica y de una corrupción casi generalizada de sus miembros. Desastre que dio lugar a que surgieran nuevos partidos. Ávidos de poder y deseosos de llevarse su parte del exquisito pastel que genera participar en la política activa. 

Unidos Podemos -ahora Unidas Podemos- aprovechándose de una crisis económica de armas tomar y de los casos de corrupción existentes, se hizo con la calle en un abrir y cerrar de ojos. Ocurría en 2016 y, a partir de ahí, España principió a ser ingobernable. Puesto que PP y PSOE se vieron asediados por comunistas e independentistas -primos hermanos en desestabilizaciones... Por motivos muy distintos-. Y desde entonces los gobiernos han ido dando tumbos.

El gobierno actual, es decir, el presidido por Pedro Sánchez, además de haber tenido la mala suerte de tener que enfrentarse al COVID-19, ha de soportar con resignación la presencia de Pablo Iglesias como ministro destacado. El señor Iglesias (untuoso hasta la náusea, está convencido de que la libertad es preciosa, hasta el punto de que tiene que ser racionada cuidadosamente) es lo más parecido a Largo Caballero. Quien se distinguió por su habilidad para dividir a los españoles, encontrando la respuesta del general Mola. Y, claro es, las dos Españas están ya que trinan.   






  




martes, 19 de mayo de 2020

Más vale lo malo conocido...


Cuando yo era treintañero, me gustaba altenar con personas mayores, a quienes les oía decir, cada dos por tres, que a medida que se van cumpliendo años y se va acumulando experiencia de toda clase y condición, va aflorando una cierta impaciencia, como si a uno le molestara que lo que para uno es claro no lo sea para los demás. Jamás se me ocurrió contradecirlos. Y no porque creyera firmemente en lo que decían, no; sino por educación. 

Lejos estaba yo de pensar entonces que iba a pasar por el trance incomprensible de ver cómo los políticos, no dudo de que habrá escasas excepciones, siguen haciendo de su capa un sayo bajo el beneplácito de una ciudadanía que acepta con resignación estar sometida a los caprichos de quienes dan pruebas evidentes de ser unos impostores. 

Los políticos utilizan los medios de comunicación social en su servicio. Con el fin de ganarse la voluntad de los votantes. Y éstos suelen caer en el anzuelo. Aunque, como tontos no son, se ven obligados a justificarse, echando mano del refrán adecuado: "Mas vale lo malo conocido. Semejante proverbio les permite seguir presumiendo de haber votado lo que debían.

Nuestro alcalde lleva la tira de tiempo ganando elecciones. Aunque cada vez lo hace con menos adhesiones. Lo cual le obliga a propalar que se aproxima el fin de su participación en la política activa; entre otros motivos -alegados por él- porque su salud se va resintiendo a medida que va cumpliendo años. Discurso sensiblero que suele calar entre los convencidos de que debe continuar por lo que dice el adagio... 

El paso siguiente es que alguien, por arte de birlibirloque, encargue una encuesta para saber si nuestro alcalde seguirá siendo el político más votado en unas próximas elecciones. Consulta que se ha publicado hace unos días. Con respuesta satisfactoria para el Partido Popular de Ceuta. A partir de ahí, la cosa es ya coser y cantar. Si bien nuestro alcalde, tal vez por la pandemia, aún no ha salido a la palestra para comunicarnos que antes deberá consultar con la almohada si se presenta como candidato.

Cuando esa manifestación se produzca, que se producirá en el momento oportuno, los aduladores y aduladoras que forman parte de su cortejo, saldrán en tromba para decirnos que están invocando a todos los santos habidos y por haber para que el señor Vivas, tras reflexionar entre vaporosos sueños, decida afrontar, una vez más, el reto de las urnas. Incluso no dudarán en preguntar a voz en cuello: ¿Se imaginan ustedes qué sería de esta ciudad sin el liderazgo de un político tan preclaro? Y el fin de la comedia es ya harto conocido.











lunes, 18 de mayo de 2020

Aquel verano de 1979


Del verano de aquel año, recuerdo que ETA seguía matando. Que un tristemente habitual incendio forestal se cobraba veintiuna vidas humanas atrapadas por el humo y las llamas en una vaguada en las cernanías de Lloret del Mar. Y también de la aprobación de la norma de los jugadores sub-20 en nuestro fútbol. Idea que le fue atribuida a Pablo Porta -personaje de varias caras- con la complacencia de Núñez, presidente a la sazón de Fútbol Club Barcelona.

La medida fue criticada mayoritariamente por entrenadores de todas las categorías. Y tal vez llevaran razón en sus quejas; excepto quienes se lamentaban de que esa regla sólo serviría para que se duplicaran las broncas de los aficionados a los técnicos durante los cambios, convencidos de que esas sustituciones no eran las más apropiadas. En la pretemporada no se habló de otra cosa en los corrillos futbolísticos y en los diarios deportivos. 

En mi caso, lo primero que hice es buscar jugadores de 18 años, entre equipos modestos, capaces de ser titulares. A fin de no tener que infringir la medida adoptada por la RFEF, con cambios dispuestos ya de antemano, y sobre todo para obtener ventaja de la disposición. A los tres sub-20, elegidos por mí, no dudé en decirles que formarían parte principalísima del sistema táctico del conjunto. Que mi idea era mantenerlos mucho tiempo en el terreno de juego.  

De los tres sub-20, dos se convirtieron desde el primer día en futbolistas claves de un equipo que jugaba de memoria tanto en el amplio terreno de juego del José del Cuvillo, en el pasto del Camp Nou frente al Barcelona Atlético, o en el modesto campo del Díter de Zafra de la época. Y el tercero también disfrutó de oportunidades. Mentiría si no dijera que los chavales superaron con creces el rendimiento de veteranos consagrados y que hubieron de rendirse ante la evidencia.

Suano y Ángel le dieron al Portuense un aire de equipo superior en la temporada 79-80. Aún recuerdo cómo Suano brilló en el Estadio Vicente Calderón frente al Atlético de Madrid, en partido correspondiente a la Copa del Rey. De Ángel, que hace años se fue a ese lugar del cual nunca se vuelve, debo decir que se lesionó cuando iba a ser internacional con la selección de jóvenes que dirigía Juan Santisteban. 




domingo, 17 de mayo de 2020

Personas de riesgo


Facundo Becerril, a quien conozco desde el año de la nana, me llama para decirme que ha cumplido ochenta y cuatro tacos. Y, aunque hace ya mucho tiempo que nuestras amistad se alimenta a través del teléfono, me consta que mi amigo está terne y con la cabeza clara, ocurrente, vital y con ganas de seguir dando guerra. Lo primero que hace cada mañana, tras cumplir con el religioso cometido del desayuno, es andar por el paseo marítimo de la playa de su pueblo durante más de una hora.

Pasado el mediodía acude puntualmente a su cita en un bar próximo a su domicilio, donde forma parte de una tertulia en la cual sus miembros saben que la razón no asiste por violentar al oponente su razón. Cela lo decía así: "No es admisible el supuesto de que la sinrazón conduzca a la razón". Facundo Becerril me cuenta que lo ha pasado muy mal durante el confinamiento. Y que está deseando reunirse con sus amigos para hablar de fútbol, de toros, de política...

Le pregunto a mi amigo si, debido a que forma parte de las personas de riesgo, el miedo al coronavirus ha logrado desquiciarlo. Y me dice que no. A pesar de que los virólogos no cesan de amedrentarnos a los mayores. Como si ninguno tuviéramos una frágil salud de hierro. Y FB remata la faena con la siguiente aclaración: Hoy, por ejemplo, he leído que el sistema inmunológico de los mayores empieza a hacer un poco de agua. Vamos, que no está pensado para los seres que viven 70, 80 años. Máxime si tienen otros problemas. 

-¿Y?

Pues que me he subido por las paredes. Sí, Manolo, la indignación me ha podido. Cosa rara en mí. Que siempre, como tú bien sabes, he tenido a gala no perder los nervios. 

Querido Facundo, lo dicho por el virólogo es una verdad incuestionable. Aunque nos duela a quienes aun siendo octogenarios nos sentimos bien y aparentamos estarlo. Y sobre todo porque a medida que vamos sumando años más ganas de vivir tenemos. Y no dudamos en cumplir a rajatabla el consejo que daba Kant para soportar las penas de la vida: la esperanza, el sueño y el humor.

Otra cosa bien distinta es que la insistencia de los científicos en señalarnos como el manjar predilecto del COVID-19 puede ser peor que la enfermedad. Y me explico: no todas las personas mayores consideran que la vida es un regalo que los dioses han hecho al hombre y que hay que disfrutarla cuanto más tiempo mejor. Y, claro es, podrían tomar la senda equivocada... Cuídate, querido amigo. 




sábado, 16 de mayo de 2020

La Bundesliga se reanuda


Y decido ver Borussia Dormunt-Shalke 04. Debido a que en el equipo local juega Achrat Hakimi, cedido por el Madrid, y por lo mucho que se ha venido escribiendo sobre Haaland, delantero centro. De quien dicen que será jugador del Madrid más pronto que tarde. Y, naturalmente, porque suscita mi interés comprobar cómo responden los jugadores tras haber estado sesenta días sin competir y, por si fuera poco, en un escenario sin espectadores.

El equipo de la ciudad de Dormunt goleó a su rival. Marcó cuatro goles. Aunque bien pudieron ser algunos más, vista la superioridad mostrada durante todo el partido. Sin embargo, los tantos no fueron capaces de aminorar la falta de emoción que tiene el deporte rey en un estadio vacío. De tener que jugarse así, durante mucho tiempo, tengo la certeza de que el fútbol dejaría de ser "lo más importante entre las cosas menos importantes".

Al grano: los partidos que Achrat Hakimi jugó en el Madrid sirvieron para conocer sus virtudes y sus defectos. Pronto descubrimos su extraordinaria velocidad. Con o sin balón. Que jugaba en el Bernabeú con el desparpajo de los elegidos. Pero que se precipitaba a la hora de finalizar las jugadas. Sus centros dejaban mucho que desear. Y así lo dijimos en su momento. Como también hicimos hincapié en su polivalencia.

El jugador hispano-marroquí dio pruebas evidentes de que en la banda derecha podía actuar como lateral, como falso extremo o como volante exterior, con muy buena nota. No así en la banda izquierda, donde su redimiento decrecía y dejaba ver sus carencias. De modo que su cesión al equipo alemán fue tan acertada como atinada sería su vuelta al Madrid. Sobre todo para jugar como lateral derecho. Puesto que atacar desde atrás por sorpresa y no por sistema, debido a su velocidad, sería un soplo de aire fresco para el equipo blanco.

En lo tocante al noruego Haaland, a quien he seguido con gran atención, ha marcado el primer gol de su equipo, tras anticiparse a su marcador, rematando un centro de Hakimi.  Le gusta asociarse con sus compañeros. Insiste en los marcajes de ruptura. Es alto, fuerte, zurdo, y no rehúye la pelea con sus marcadores. Y sobre todo lleva ya diez goles marcados. Pero...  

El pero adversativo, tan español, me lleva a pensar en Luka Jovic. Cuyas actuaciones en el Eintracht de Fráncfort deslumbraron a los ojeadores del Madrid y a todos los que se consideran expertos en fútbol internacional. Y, claro es, el equipo merengue no dudó en ficharlo. No hace falta recordar lo que ha venido ocurriendo hasta ahora con el jugador serbio. Así que cuidado con partirse de ligero con el fichaje del tan alabado jugador del Borussia Dormunt.  
  

viernes, 15 de mayo de 2020

Calle de Hermosilla

Es una vía de la ciudad de Madrid en el distrito de Salamanca. Cruza de parte a parte el barrio de Salamanca en dirección oeste-este, desde el paseo de la Castellana hasta la calle de Diego Bahamonde, en el barrio de la Fuente del Berro. Cuando yo vivía en Madrid, años sesenta, solía tomar el aperitivo en la Cafetería Bar Recoletos. 

Luego enfilaba la calle de Hermosilla para darme un garbeo por todo el barrio. Habitado por familias de clase media alta, riquitos de nuevo cuño y otros que hablaban continuamente de un pasado glorioso aunque venido a menos por vaya usted a saber los motivos. Los que más destacaban eran quienes durante la posguerra se habían puesto las botas con el estraperlo. Los delataba su vestimenta y las ostentaciones.

Los madrileños residentes en aquel distrito se sentían muy superiores a los domiciliados en otros barrios. Y qué decir de quienes vivían en la periferia de la ciudad. Vivir en la periferia era casi renegar del centro y de sus ideas políticas. Con un señor del barrio de Salamanca era imposible hablar del Real Madrid, del torero de moda, de cine, de teatro o del Tour... Lo sabían todo y no permitían que nadie les llevara la contraria. Y de política ni hablar.

Yo creía, hasta ayer o anteayer, que para el caso es lo mismo, que en ese barrio tan distinguido otrora, lo único que seguían conservando era el sentido común. Pero me he llevado un chasco viendo cómo sus vecinos se han manifestado contra el Gobierno presidido por Pedro Sánchez. Sí, claro que tienen perfecto derecho a salir a la calle para protestar enérgicamente contra quienes nos gobiernan desacertadamente. Pero no incumpliendo las normas adoptadas para impedir los contagios de una infección que mata.

Así que me place decirles lo siguiente a los sudodichos manifestantes del barrio de Salamanca. El revolver de la ruleta rusa no se dispara más que contra quien la juega, y allá él. Lo que no puede admitirse es jugar a la ruleta rusa con el prójimo; bien está que la estupidez la pague él; en este caso, ellos. Y no los madrileños que están cumpliendo a rajatabla con las normas establecidas.  




jueves, 14 de mayo de 2020

Escribir diariamente


Hoy me han preguntado si escribir diariamente no me cansa. Y contesto a media vuelta de manivela: el cansancio de quienes escriben se produce si carecen de lectores. Y, afortunadamente, no es mi caso. Y además he contado la siguente anécdota: hace dos años estuve a punto de palmarla. Así que tuve que estar tres días encamado en cuidados intensivos.  Y lo primero que hice, tras ser dado de alta y sometido a fuerte tratamiento, fue seguir contando historias... Hasta el punto de que mi  hija suele decirme que al paso que voy terminaré escribiendo más que Alonso Fernández Madrigal, más conocido como el "Tostado" o el "abulense". Que ya es decir.

Lo peor de leer y escribir, porque ambos ejercicios van cogidos de la mano, es el desgaste que va causando en la visión. Hasta que terminas con los ojos arrasados. De modo que te conviertes en un cliente asiduo del oculista. Sin olvidar lo mucho que sufren cervicales y lumbares por malas posturas adoptadas frente al ordenador. Dolencias que te obligan a visitar al fisioterapeuta cada dos por tres. Menos mal que mi condición de andariego también me ayuda a combatir las molestias musculares. Y, naturalmente, no me afecta al coco. Puesto que permanecer mucho tiempo sentado sin mover el esqueleto acaba por trastonar el tarro a medida que el espejo te retrata como si fuera Oliver Hardy.

Lo que nunca pensé yo es que iba a escribir gratis. Cuando he sido tantos años profesional de la escritura. O sea, que cobraba. Si bien es cierto que el dinero no lo es todo. Máxime cuando yo formo parte de quienes pueden darse con un canto en los dientes. Que no es poco en los tiempos que corren. Amén de que mi condición de escritor aficionado me permite decir lo que creo conveniente. Vamos, que soy yo quien decide censurarse. Lo cual es muy del agrado de los lectores. Y, dado que quien escribe lo hace para ser leído, no tengo motivo alguno para cansarme. O sea.


















miércoles, 13 de mayo de 2020

Las terrazas han dado miedo


Así como en las grutas los murciélagos se aferran a las piedras, y unos a otros, así han decido innunerables personas hacerlo en las terrazas. Infringiendo las reglas establecidas para evitar nuevos contagios de un virus que sigue matando a cientos. Quienes así se comportan, de manera insensata, la mejor respuesta que debe ofrecérseles es el castigo correspondiente. Que ha de ser equiparable a una acción tan vil. Dado que jugar a la ruleta rusa con la vida de los demás no deja de ser un comportamiento ruin.

La apertura de las terrazas ha sido tan justa cual necesaria. Pero los propietarios cometieron, tal vez,  el error de no llamar a la policía correspondiente para evitar el incumpliento de las normas dictadas por las autoridades. Según he venido leyendo, desde ayer, las terrazas han dado miedo en casi todos los rincones de España. Lo cual evidencia que la anarquía de los hispanos es generalizada. O bien entienden que apartarse de los peligros de la vida no es vivir. Tal vez confiados en que hay otra vida mejor. 

"De donde hay peligro, hay que salir huyendo", me decía un amigo que sabía más que Lepe. Y las terrazas, desgraciadamente, se convirtieron en escenarios donde la morigeración estuvo ausente. Imperando, por tanto, los excesos que desea el virus para ensañarse con sus víctimas. No me extraña, pues, que el personal sanitario pusiera el grito en el cielo. No en vano serán los profesionales de la medicina quienes tengan que apechugar con las infecciones que se hayan producido.

Entiendo que el confinamiento haya afectado a mucha gente. Hasta el punto de que salir a la calle y sentarse a una mesa en la terraza de una cafetería, rodeado de amigos y amigas, sea ambrosía, en estos momentos. Pero jamás ha de primar el ocio por encima de las normas establecidas para salvar vidas. Por consiguiente, quienes conculcan las medidas adoptadas atentan, sin duda alguna, contra unos hosteleros que se siguen ahogando económicamente. Serán culpables de que volvamos a estar enclaustrados. Y sobre todo serán acusados de complicidad con la enfermedad.

martes, 12 de mayo de 2020

Antonio Martín


En 2016, si mal no recuerdo, escribí sobre Antonio Martín, siendo aún propietario del Estanco San Martín, situado en El Sardinero. Contaba yo entonces que muchas mañanas, cuando me dirigía hacia mi casa, tras haber andado ya varios kilómetros, entraba en su establecimiento para pegar la hebra con él. Charlas que se convirtieron en habituales y que nos sirvieron para conocermos mejor. A pesar de que hacía ya muchos años que un amigo común nos había presentado. 

Nuestra amistad se fue cociendo a fuego lento. Muestra palpable de que ambos estábamos convencidos de que era lo más adecuado para que nuestro aprecio fuera duradero. Celebré el día que se jubiló... Porque sabía que lo estaba deseando. Pero el jubileo de mi amigo cortó de raíz nuestras conversaciones políticas, deportivas, sociales, etcétera. De las que manaban, en ocasiones, opiniones encontradas. Las cuales no influyeron nunca negativamente en nuestro compañerismo.

Antonio Martín me leía cuando yo escribía en periódicos de papel y en el Internet. Y también forma parte de esos lectores que, a las diez de la noche, acceden a este blog, con puntualidad inglesa, para empaparse de mis opiniones futbolísticas, políticas, sociales... Yo sé cómo respira mi amigo políticamente. Pero jamás ello ha sido motivo de discordia entre nosotros. Tampoco su pasión por el fútbol le ha hecho torcer el gesto por mor de críticas no compartidas por él. Aunque debo confesar que en ocasiones me reprocha que hable mucho del Madrid y que no diga ni pío del Athletic. Su equipo desde que vestía pantalones cortos.

Antonio suele llamarme por teléfono cada dos por tres. Y hablamos de la familia, del miedo que nos causa el virus, de cómo hemos sobrellevado el confinamiento, de la política actual y sobre todo de los deseos evidentes que tenemos de que amaine el temporal de las desgracias que nos está tocando vivir. Al fútbol, aunque ustedes no lo crean, apenas le hemos dedicado unos minutos. Los justos para coincidir que hay cosas más importantes de las que hablar en estos momentos.

Por ejemplo, Antonio se queja de que él ha procurado que su familia fuera sometida a los tests del Coranavirus. Y que no lo ha conseguido ni en la sanidad pública ni tampoco en la privada. Algo que lo saca de quicio. Y uno, como no podía ser de otra manera, lo entiende. Dado que hay razones que son de cajón. En fin, que nos despedimos con una frase muy torera: "Que Dios reparta suerte". 




     






lunes, 11 de mayo de 2020

Gripe y coronavirus


El director Territorial del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria -Ceuta-, Jesús Lopera, nos ha comunicado que todos los estudios que circulan tanto en España como en el mundo prevén que en otoño o en invierno habrá un rebrote del coronavirus. Y que además puede coincidir con la gripe. Y que esa coincidencia no deja de ser un obstáculo para el tratamiento. Por lo que nos recomienda vacunarnos contra la gripe a fin de poder diagnosticar cuanto antes, llegado el caso, la infección que padecemos.

El señor Lopera es, amén de un excelente profesional de la medicina, persona muy poco dada a hablar por hablar... Y, claro es, ha sido leer sus declaraciones y escapárseme un ¡Ay, Dios mío, Dios mío! A pesar de que yo he soportado el primer ataque del virus sin dar signos evidentes de angustia, aflicción o depresión. Es decir, que he estado tragándome la jindama con serenidad y cumpliendo a rajatabla con las indicaciones que se nos han ido dando. Pero las palabras de mi apreciado don Jesús me han causado hondos y tristísimos suspiros por lo que se nos avecina.

Pienso que los días de verano, si la suerte no se nos tuerce antes, se nos harán más cortos que nunca y las noches las pasaremos en in albis. Dándole vuelta a la cabeza acerca de lo que nos espera cuando comience la caída de las hojas o estemos a punto de degustar ese polvorón que sirve de pregonero de las fiestas navideñas. Es decir, que nos iremos desgastando de tanto elucubrar sobre si cogeremos la gripe o el coranavirus. O las dos infecciones a la vez. Si la vacuna de la gripe nos sentará como un tiro... Y, como mal menor, si nos veremos obligados a soportar otro confinamiento de larga duración.

Ni imaginar quiero un otoño o un invierno así... Cavilando sobre la salud de la familia y de las personas en general. Anhelando que alguien salga a la palestra gritando a voz en cuello que ya está lista la vacuna salvadora. Y temiendo que llegue tarde al mercado por las disputas entre los que tienen que proveerla. Porque en casos así suele imperar la codicia. En fin, que es bueno saber que el virus podría rebrotar dentro de unos meses. Porque, enterado de ello, nos iremos preparando para afrontar tan dramática situación sin perder el oremus.



















domingo, 10 de mayo de 2020

Apuntes


Las moscas

De vez en cuando, decido adentrarme en la biblioteca de los apuntes tomados en mis lecturas, y, tras hojearlos, espigo algunos con el fin de publicarlos. He aquí el primero. Dice Carrie Fisher -interprete de la princesa Leia de las Galaxias- que, según su abuela, una persona es como una mosca: tiene las mismas posibilidades de caer en la miel que de hacerlo en la mierda. Lo que la buena mujer no añadió es que las moscas disfrutan en ambos casos. A nosotros puede que nos esté ocurriendo lo mismo. Aunque yo no participo en la política activa.

La política 

Yo no creo que haya todavía personas convencidas de que la política, por mucho que Marx lo pretendiera, sea una ciencia. La política, como bien decía un socialista muy reputado en los ochenta, más bien se acerca a lo que anteriormente Maquiavelo describiera como un arte. "Un arte más o menos marrullero, pero evidentemente sin escrúpulos de conseguir primero y mantenerse después en el poder". Me viene a la memoria El dinosaurio, cuento de Augusto Monterroso: "Cuando desperté, el dinosaurio todavía estaba allí".

La intimidad 

La izquierda convirtió la intimidad en derecho. Lo cual le vino de perlas para que sus dirigentes hicieran de su capa un sayo al respecto. A la derecha le bastó con algo más antiguo, la aceptación de la hipocresía moral: predicar una cosa y actuar de otra. Dos éticas distintas que a veces confluyen en el mismo sitio. Así que bien harían los unos y los otros en respetar una ley que, aunque no escrita, lleva ya muchos años funcionando como si lo fuera.

Lo peor de los cargos

Lo peor de ser ministro o presidente, alcalde o cualquier otro cargo destacado, es cuando dejas de serlo. Pues permanentemente llevas detrás un séquito de asesores, escoltas y algún que otro amigo de quitaipón que te hacen sentirte muy importante. En cuanto se deja el cargo, todo eso se acaba de golpe y porrazo. Antes bastaba un gesto de cejas para silenciar medios de comunicación y para alquilar la conciencia de las opiniones públicas... Y, de la noche a la mañana, pasas a ser una presa expuesta a ser cobrada por los implacables tiradores de la escena pública nacional. Y sólo sobreviven quienes están sobrados de cualidades y personalidad. Felipe González sabía lo que decía.

Parientes carnales y políticos

En España la primera manifestación de poder consiste en colocar gente próxima: antes se contrataban a parientes carnales. A quienes, desde hace ya bastantes años, se les han venido sumando los parientes políticos; militantes del partido que reclaman al jefe el premio a sus lealtades. Esas legiones clientelares han sobredimensionado una Administración ineficaz, mal organizada y que contribuye al rencor popular contra la función pública.

Acepción de personas

Hecho de favorecer a alguien por motivos particulares y ajenos a la razón o al mérito. A la hora de administrar justicia no cabe acepción de personas, ni siquiera en relación con los propios familiares. Cuando se les recuerda a los políticos ni siquiera el rubor les invade la cara. Políticos jeta.










 

sábado, 9 de mayo de 2020

Escena de primavera


Estaba sentada en el patio, en una silla de anea, muy cerca del limonero en flor, cuando le preguntó por su hija... Doña Rosario parecía estar de muy buen humor. Y lo invitó a sentarse frente a ella, en un muro de ladrillo bajo que circundaba el árbol. Tras mirarlo fijamente, con sus grandes ojos, abombados y parleros, le preguntó si iba, como cada tarde, a mirarle los bajos a su nena. Y Roberto se quedó sin habla... Sin saber cómo salir de semejante atolladero. Pero la dueña de la casa, viéndole en tan apurada situación, intervino con su gracejo habitual para enmendar su error.

-No me hagas caso. Aunque no me negarás que andas detrás de mi Rosario como perro en celo. ¡Menos mal que ella es dos años mayor que tú, y estoy segura de que muy pronto te va a desengañar!

-No crea usted, doña Rosario, que vengo con malas intenciones...

-Claro que no, hijo; ni se te ocurra pensarlo. Pero estás en una edad en la cual no dejas de soñar con las mujeres. Y eso es bueno, faltaría más. Aunque mi obligación, como madre, es procurar por todos los medios que entre tú y mi hija no tenga cabida la tentación. 

A medida que transcurría la conversación, los muslos de doña Rosario, candentes como hierros expuestos al sol, se dejaban ver porque ella se iba desabotonando la bata con sigilo y precisión. Y los ojos encandilados de Roberto no dejaban de percibir lo que se le ofrecía al final del túnel.   

De pronto, como movida por un resorte, la señora de la casa se levantó de la silla y le indicó que la siguiera al interior de la vivienda. Y allá que Roberto, recién cumplidas sus dieciséis primaveras, fue detrás de doña Rosario, tan nervioso como repleto de ilusiones primaverales. 


viernes, 8 de mayo de 2020

Censuras y anónimos


Una de las grandes bromas del idioma español fue llamar "asuntos públicos" a aquellos en los que nadie pudo meter las narices a lo largo de veinticinco años. Deberían haberse llamado con más lógica y mejor sentido, "asuntos privadísimos". Reconozcamos que durante un cuarto de siglo la prensa nacional se ocupó poquísimo de las cuestiones políticas, por prescripción facultativa, hasta el punto de que los celtíberos -duchos en alineaciones futbolísticas y problemas taurinos- ignoraban mayormente los nombres y apellidos de procuradores, gobernadores civiles, subsecretarios, directores generales...". Párrafo transcrito literalmente de Cartas a los Celtíberos Esposados. Libro escrito por Evaristo Acevedo. Humorista y escritor.

Sobre la censura de prensa en los años cuarenta, Miguel Delibes cuenta en uno de sus libros que -siendo director de un diario de provincias, El Norte de Castilla- al promulgarse la ley de Fraga un periodista le preguntó si la consideraba un avance respecto a la situación anterior. Y que su respuesta fue: "Antes me obligaban a escribir lo que no sentía, ahora se conforman con prohibirme que escriba lo que siento, algo he ganado, dije".

No cabe duda de que el montaje censorio de aquella primera etapa de la posguerra civil fue tan meticuloso que cuesta trabajo imaginar un aparato inquisitorial más coactivo, cerrado y maquiavélico. De la Delegación Nacional de la Prensa llegaban a diario consignas referentes a lo que era obligatorio publicar y también a la forma en que debería hacerse y a lo que de ninguna manera debería ser publicado. De este modo, sigue diciendo MD, la prensa española de los años 40, de una uniformidad monótona y aburrida, sometida a un inflexible control fue convirtiéndose en el más eficaz instrumento propagandístico del nuevo Estado.

Censura ha habido siempre, en España y en el mundo, pero como censura por antonomasia ha quedado la franquista, en la posguerra española y después. La censura es buena porque obliga al escritor a ser más sutil. Dado que todo escritor tiene el deber de ser más listo que sus censores. Y Francisco Umbral ponía este ejemplo: Cuando entonces estaba prohibida la palabra "muslo", alguien enumeró las cuarenta maneras de escribir muslo sin escribirlo. Así vemos cómo la censura enriquece el estilo y lo hace más arabesco.

La censura en España, desde la instauración de la democracia, hace ya la friolera de cuarenta y pocos años, sigue tan viva como solapada. Y es así, créanme, porque todos los cargos políticos siguen encajando muy mal las críticas adversas. De modo que, en cuanto pueden, tratan de cercenar la voz o la pluma de cualquier periodista que no les baile el agua. Aún recuerdo que el GIL, durante el tiempo que gobernó aquí, enviaba diariamente a los medios un escrito con lo que debía ser publicado y lo que no. Pero esa forma de proceder venía ya practicándose antes de que los 'gilistas' arribaran a esta tierra.

Lo que no esperaban los políticos es que las redes sociales fueran aprovechadas por quienes beneficiándose de su condición de anónimo, no dudan en vejarlos, calumniarlos o acusarlos de hechos que no han cometido. Esa postura cobarde debe ser condenada. Sin duda alguna. Aunque nuestro alcalde no debería caer en el anzuelo. Y me explico: cuando los políticos, de mayor o menor envergadura, se dedican a defenderse como gatos panza arriba, están obligados a pensar en si les merece la pena seguir en el cargo. Asesores tiene la primera autoridad de Ceuta.



  




jueves, 7 de mayo de 2020

Mi amigo Tornel


Cada semana, recibo la llamada de mi amigo Tornel; siempre dispuesto a saber si el miedo se ha apoderado de mí. Y mi respuesta no cambia: tengo el miedo justo y trato de combatirlo haciendo todo lo que nos recomienda Simón. "¡Lagarto!". La interjección de mi amigo ha debido oírse hasta en la Conchinchina. Y a mí me da mucha pena que Tornel considere de mal agüero mencionar ese apellido. Pues Simón daría todo lo que no tiene, y mucho más, por decirnos que el coronavirus se ha debilitado tanto que ya asusta menos que una película de Boris Karloff.

Yo entiendo que mi amigo Tornel, que era ya de natural aprensivo, cuando vestía pantalones cortos, haya acabado siendo aspirante a ganador del premio a la hipocondría. De ahí que viva obsesionado por su salud, temiendo contraer todas las enfermedades que puedan existir en la tierra. Por el tono de su voz, percibo que MT está preocupado, muy preocupado, preocupadísimo... Y decido inquirirle, como quien no quiere la cosa, por cómo está él. Y, claro, su respuesta no tiene desperdicios.

-El desánimo se ha apoderado de mí. Hasta el punto de que estoy tan abúlico que no tengo ganas ni de morirme...

Tornel, mi amigo, además de hipondriaco, se ha distinguido siempre por su buen humor... Aun en los momentos en los que un simple estornudo le hace cavilar sobre la posibilidad de contraer una neumonía. Lo cierto es que muchas fueron las veces que le oí decir que por la boca y la nariz entran en el cuerpo todos los males habidos y por haber. De ahí que lleva muchos años tapándose ambos orificios con los complementos adecuados. Lo que le permite llevar la mascarilla con un estilo sin par.

Tornel tuvo suerte en los negocios y ganó lo suficiente para vivir de las rentas. Es espléndido con sus amigos y socorre a quienes están necesitados. Cuando le pregunto por la crisis económica que se avecina, suspira hondamente, antes de decirme que la cantidad de parados que se va produciendo pondrá a prueba al Gobierno socialista-comunista. Pero oído al parche, Manolo, porque un país como el nuestro no soportará a varios millones de solicitantes de empleo sin disturbios sociales gravísimos.

-¿Te acuerdas, Tornel, cuando te dije que volveríamos a ver colas de miserias similares a las que se formaban en Estados Unidos cuando se produjo la Gran Depresión de los años veinte del siglo pasado y me dijiste que eso no ocurriría jamás?

-Sí, claro que me acuerdo. Y sigo pensando que, aunque la clase media se va a resentir y los pobres serán muchos más, en España se evitará que el hambre haga llorar a los niños. Pues ese sollozo constante y lánguido es devastador. Es un gimoteo suplicante que taladra la conciencia. El lloro de cualquier niño por hambre es desgarrador. ¡Cuidado...!











miércoles, 6 de mayo de 2020

Convivencia moderna


Cuando 2019 estaba tocando a su fin, fui a un restaurante con algunos familiares, tras pedir la reserva correspondiente. Lo hicimos con el deseo expreso de disfrutar de una agradable, serena y pausada conversación, mientras comíamos, aun sabiendo que el local estaría a tente bonete; es decir, lleno hasta la bandera. A los pocos minutos de estar en el establecimiento, el ruido lo invadía todo; y acordamos comer con celeridad para irnos cuanto antes de un sitio donde los comensales hablaban a grito pelado y casi todos a la vez. 

Del grito se ha dicho siempre que es una agresión; significa una invasión al oído ajeno. Y el grito simultáneo -la conversación entre dos o tres o cuatro personas que gritan a la vez- es un perfecto disparate. Lo más importante de una conversación -dijo alguien cuyo nombre no recuerdo- es la oportunidad del silencio. Aquel día, del año que estaba dando las boqueadas, en aquel salón-comedor parecía que se estaba celebrando un concurso de chillidos. Imagínense la cantidad de salivilla que flotaba en un ambiente donde imperaba la cercanía entre las personas.

Cierto es que son contados los lugares públicos, cafeterías, restaurantes y bares, que no estén invadidos por el ruido. Y que el único remedio existente es acostumbrarse a él. Es más, en los locales pequeños, si usted es pisado, empujado, o alguien eructa muy cerca de su cara, olvídese de que le pidan las disculpas correspondientes. ¡Qué poco nos parecemos a los franceses!... Quienes se pasan todo el día pidiendo perdón por lo que a nosotros nos parecen nimiedades.

Eso sí, no se le ocurra destacar esas expresiones de cortesía, porque siempre habrá alguien que le diga que si los franceses están continuamente pidiendo perdón, hasta cuando se rozan con alguien, es porque tienen horror al contacto con extraños. Pues bien, más pronto que tarde volverán a reverdecer sus lauros los buenos modales entre nosotros. Como consecuencia de ese miedo cerval que, debido al coronavirus, le seguiremos teniendo a las infecciones. Incluso en las grandes ciudades habrá menos aglomeraciones. Y dejará de reinar el caos.












 

martes, 5 de mayo de 2020

Era correr una aventura


Cuando yo asistía a un partido de fútbol, mi deseo era presenciarlo, en modo alguno escuchar la interpretación que mi vecino de localidad hacía de las jugadas que también yo estaba viendo. Recuerdo que en mi etapa como entrenador, en cuanto tenía la posibilidad de ver un encuentro para comprobar la evolución de cualquier jugador o de los equipos contendientes, procuraba por todos los medios situarme en un lugar de la grada en el cual pudiera eludir los comentarios ajenos. 

Dejé de frecuentar los estadios poco después de retirarme de la profesión.  Así que debió ocurrir en el año de la nana. Tampoco el fútbol en pantalla me llama la atención. Me limito a ver los partidos del Madrid y algún otro que prometa ser interesante. Aunque mentiría si no dijera que las retransmisiones de nuestras televisiones me parecen muy buenas, técnicamente superiores a la de otros países. Ya que están sobradas de experiencia.

Lo que sigo sin soportar es la narración de los partidos. Por mor de unos locutores que siguen aferrados a los viejos recursos de efusividad verbal, tan necesarios en la radio, y que en televisión no tienen cabida. Por más que se esfuercen por traducirnos en palabras lo que estamos viendo con nuestro propios ojos, como ya les decía Miguel Delibes en Pegar la hebra. Lo cual significa, en palabras llanas, entablar conversación.

Los glosadores, además, hablan muchísimo para emitir sus pareceres. Incluso los hay que siguen sin enterarse de que "el idioma bien empleado es bien entendido y apreciado por las personas poco instruidas, mientras que las rarezas y las extravagancias, aunque no sean percibidas por esas personas, estremecen a quien sí posee alguna instrucción". Vamos, que yo no echo de menos los partidos televisados. 

Sí, claro que tiene perfecto derecho a decirme que a mí no me gusta el fútbol. Y hasta puede que le dé la razón. Porque a mí lo que me chiflaba es ver los partidos desde el banquillo. Sobre todo en aquellos que parecían una trinchera. Desde la que se veía el partido a ras de suelo. Y había que ser un lince para tomar las decisiones oportunas... A fin de cambiar el curso del encuentro o mantenerlo. Era correr una aventura.




lunes, 4 de mayo de 2020

Mi primer paseo


Hoy, día 4 de mayo, he dado mi primer paseo, tras haber estado cincuenta días confinado en mi domicilio por orden del Gobierno. El amigo de turno no entendió que el primer día del mes le dijera que no pisaba la calle porque me lo había prescrito yo. Debido al temor que me inspiraba la posible salida en tromba de muchas personas carentes de historial andariego. Y que no era cosa de ir por la acera con el careto desencajado por miedo a cruzarme con quienes pudieran incumplir las normas.

He llamado a mi amigo, nada más regresar a mi casa, para decirle que nunca antes caminar me había proporcionado tanta satisfacción. Que he tenido la suerte de disfrutar de una mañana cuya calidez me ha permitido percibir que se me alteraba la sangre. Y que he sudado como en los buenos tiempos... Cuando era capaz de correr la mayor distancia posible en 12 minutos. Es decir, cuando ponía a prueba mi resistencia aeróbica, haciendo el test de Cooper.

Mi amigo aprovecha el respiro que me tomo para decirme que él no ha pisado todavía la calle. Que no ha tenido ganas de hacerlo. Y lo achaca a que se ha acostumbrado a permanecer entre cuatro paredes. Y a mí me da por recordarle que el siguiente paso podría ser "encamarse" hasta el fin de sus días. Y su respuesta me sorprende: "No creas que es imposible que tome esa decisión... Ya que en la cama es donde mejor se está".

Los encamados, también conocidos como tumbados, son personas normales. Hasta que una mañana deciden que no se levantarán nunca más de la cama. Aparentemente no padecen ninguna enfermedad que les impida ir de un lado para otro. Simplemente, deciden un día buscar cobijo en la piltra. Yo he leído con deleite a varios escritores tumbados: Juan Carlos Onetti, Valle-Inclán, Unamuno...  E incluso he tenido la paciencia de leer En busca del tiempo perdido (Marcel Prouts). Todos ellos escribieron en la cama.

Por cierto, circula una anécdota de Juan Carlos Onetti y su perro. Se cuenta que el animal cuando su dueño se levantaba, se extrañaba y le mordía la pernera del pijama como recordándole que tenía que estar acostado siempre. Ojalá que mi amigo no dé ese paso... Pues ni escribe ni tiene perro.




domingo, 3 de mayo de 2020

Nuestra alcalde está dando ya las boqueadas


Veinte años lleva nuestro alcalde yendo a gusto en el machito. Y, en cuanto pintan bastos, se pone sentimental y nos recuerda que su cargo de monterilla está ya dando las boqueadas; aunque no se corta lo más mínimo en decirnos que antes de darse el piro ha de solucionar todas las carencias que tiene Ceuta desde hace tres meses. Y se queda tan pancho.

Nuestro alcalde trata de convencernos de que esta ciudad -en noventa días- ha pasado de ser paradisiaca a infernal por mor del Gobierno socialista. Al que culpa de todos los males que viene arrastrando desde que José María Aznar se olvidó de que Ceuta existía. Fue el propio Vivas quien me reconoció, en una entrevista que le hice en junio de 2009, lo siguiente.

-Durante el Gobierno de Aznar no hubo una respuesta eficaz a las necesidades que Ceuta tenía en materia de inversión, de equipamiento, de cobertura de determinados servicios... Por eso ganó las elecciones el GIL.

Aznar fue derrotado en las urnas por José Luis Rodríguez Zapatero. Y nuestro alcalde, si mal no recuerdo, vivió una cohabitación idílica con el delegado del Gobierno, José Fernández Chacón. Un tipo agradable, cercano y siempre dispuesto a colaborar con Vivas. Hasta el punto de que en su partido decían de él que era más del PP que el monterilla.

En 2011, si mal no recuerdo, Mariano Rajoy logró ser inquilino de La Moncloa. Y allí estuvo hospedado siete años. Y los problemas de los inmigrantes y del comercio atípico con Marruecos eran habituales. Ante la inacción de los delegados del Gobierno: tanto del fallecido Francisco Antonio Gonzalez como de Nicolás Fernández Cucurull, debido a que su Gobierno los dejó en la estacada. 

Por consiguiente, las declaraciones de nuestro alcalde, acusando al Gobierno actual de todos los males de Ceuta, desde hace varios meses, me parecen una osadía. Atrevimiento que sólo celebrarán los lamedores que siguen formando parte de su corte celestial. Esos paniguados que, según he leído, fueron a recibirlo a la Estación Marítima con deseos evidentes de llevarlo en volandas hasta el edificio municipal. "Hay gente pa tó". 
























sábado, 2 de mayo de 2020

Libertad condicional


Llevamos dos días disfrutando de una libertad condicional. Es decir, que tenemos que cumplir a rajatabla con todos los requisitos publicados por el Gobierno durante nuestra estancia en la calle. De no ser así, mucho me temo que el permiso provisional pueda ser cancelado en cuanto el número de contagiados sea superior al previsto por quienes asesoran a Pedro Sánchez. Decisión que, en caso de producirse, causaría mucho daño entre quienes no son capaces de conllevar el confinamiento con resignación. Y, naturalmente, haría mella en la moral de las personas que soportaron estoicamente la reclusión.

No olvidemos que en el mes de mayo las temperaturas suben. Que el sol de junio enciende los sembrados. Y que por San Juan, el primer baño. O sea, que las playas empiezan a llenarse de gente. Por lo tanto, no sería descabellado anticipar que un nuevo encierro del personal entre cuatro paredes podría propiciar una pandemia de desobediencia... Difícil de sofocar. Cierto es que los españoles han cumplido rigurosamente con el enclaustramiento durante cuarenta y ocho días. Lo cual ha desterrado la idea de esa indisciplina que se nos ha venido achacando como algo innato desde los tiempos de Maricastaña. 

En cambio, los políticos no han estado a la altura de las circunstancias. No sólo porque el virus, a pesar de las informaciones que tenían por lo que estaba sucediendo en China e Italia, los cogió sin saber lo que hacer y con los hospitales vacíos de materiales adecuados para hacerle frente a una infección que mata, no; sino porque muchos de ellos se saltaron a la torera las normas establecidas por las autoridades sanitarias. Los populares, por ejemplo, pusieron en la picota tanto a Pablo Iglesias como a Irene Montero. Pero pronto han demostrado que todos son iguales. Esto es, que padecen el virus de la endogamia.

El virus de la endogamia acecha y corroe a todas las organizaciones humanas y lo tachan de ser una infección patológica que nos hace piadosos con los fallos de los nuestros e inclementes con los fallos de otros. Por seguir la senda evangélica, como dijimos no ha mucho, se trata de ver la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio. Buena parte del deterioro de la clase política procede del uso de la ley del embudo, con que los políticos reaccionan ante las irregularidades delictivas, o no, de sus mienbros; es decir, disculpas y excusas si son compañeros, dureza y represión si son sus adversarios.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tan severa siempre con sus adversarios políticos, decidió acudir al cierre del Hospital instalado en el Ifema. Y lo hizo montando una especie de guateque con bar y bocatas de calamares, como si estuviera dándose un garbeo por el Madrid de los Austrias. La presidenta incumplió las normas establecidas en relación con las distancias y sobre todo con las correspondiente a la aglomeración.

La presidenta no dudó en aprovechar la ocasión para hacerse el artículo en un escenario inadecuado. Eso sí, sus voceros salieron en tromba a decirnos que a la señora Díaz Ayuso le pudo la emoción. Y, como anda tan sobrada de sentimientos, hoy ha pedido disculpas. Y a otra cosa...

Frase

A la política no se va a aprovecharse de las circunstancias trágicas.




viernes, 1 de mayo de 2020

La realidad


El descrédito se les supone a los políticos, sean del partido que fueren, como el valor a los soldados. Desprestigio que se han ganado a pulso por haber asumido que la mentira por sistema tiene un valor incalculable para permanecer en cargos bien remunerados y pavonearse continuamente por el poder que atesoran. Los hay que han ganado fama de mitómanos. Debido a la tendencia patológica a mentir o desfigurar la realidad de la que hacen gala. 

La realidad de la que nos hablan los políticos no es la realidad, sino lo que se nos dice que es la realidad, y debe imponerse a la realidad real... Para que se nos considere personas de bien y con educación política se ha de repetir lo que dice la mayoría. El pensamiento único es el proceso por el cual ponemos nuestros pensamientos y palabras en piloto automático. Con el fin de repetir sin cesar esa frase que tanto gustan de oír los caciques: "A mandar, señor, que para eso estamos".

Yo no soy un alma cándida. Pero tampoco un malpensado por sistema. Puesto que quienes los son andan siempre con la cabeza atiborrada de delirios improcedentes y suelen ir dando barquinazos por las calles como si hubieran trasegado morapio encartonado. Eso sí, hace muchos años me apliqué el siguiente proverbio árabe: "La primera vez que tú me engañes, la culpa es tuya, pero la segunda vez, la culpa es mía". 

Ahora se nos viene diciendo que la culpa de todos los males que viene padeciendo Ceuta es del Gobierno socialista. Y quien así se expresa no duda en exponer todas las carencias de esta tierra por su falta de recursos y por su condición de extrapeninsularidad. A nuestro alcalde, sin embargo, le ha faltado derramar algunas lágrimas. Por aquello de que quien no llora...

Veinte años lleva nuestro alcalde dirigiendo los destinos de esta extraordinaria ciudad. Y no creo que haya olvidado lo cicatero que fue José María Aznar con ella. Tampoco Mariano Rajoy puso mucho empeño en la tarea. Cierto es que, si atendemos a cuanto nos decía Juan Vivas, cuando regresaba de sus viajes a Madrid, don Mariano siempre acababa emocionándose por el patriotismo reinante aquí. Olvidando que los garbanzos son los que alientan el deseo de ser más español que nadie.

España es una gran nación. Verdad de Perogrullo. Y también lo es que los partidos políticos han alcanzado una vejez de dinosaurios, desde hace ya no pocos años hasta ahora. Nada tan anquilosado como ellos. En algunos casos inservibles. Nuestro alcalde suele ribetear sus discursos con imágenes patrióticas. Verbigracia: "Me duele España". Y está en su perfecto derecho. El mismo que tiene cualquier ciudadano en calificarlo de patriotero.