Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 27 de abril de 2020

Rezar a mi manera


Hace pocos días decidí releer el Cuaderno Amarillo, cuyo autor, Salvador Pániker, describe como ensayo con intercalados anecdóticos. Ayer por la noche llegué a la página 153. En la que el escritor -ingeniero y filósofo- asegura que "la Iglesia tiene mala prensa; la tendencia es a que cada cual organice a su gusto su propio espacio religioso. El objetivo ya no es la felicidad en el más allá sino la dicha "aquí abajo", en lo cual ha influido, por supuesto, el espectacular aumento de la esperanza de vida". 

El filósofo basa su opinión en lo siguente: Cuando las gentes vivían a lo sumo 30 años, el "más allá" era muy importante; hoy, con una esperanza de vida  de 80 años, lo que cuenta es la salud del cuerpo aquí y ahora". Tras otras explicaciones al respecto, acaba diciendo que abundan los llamados "cristianos sin Iglesia" y que, sin embargo, "rezan o "meditan". Él dice hacerlo, en bastantes ocasiones, y que sus rezos le proporcionan equilibrio y bienestar...

A mí me enseñaron a rezar siendo muy niño. Y lo hizo alguien que hacía ya muchos años que no pisaba una iglesia. Desde entonces, jamás me he dormido sin recitar mis oraciones, invocando a ese Dios que yo creo firmemente que lo tiene todo muy claro. Mientras que nosotros no cesamos de andar por la vida echando mano de una razón que nos lleva muchas veces por caminos equivocados. 

Es cierto, como me decía un lúcido profesor, que es preferible actuar antes de quedarse parado, aunque estemos abocados a despeñarnos. Siempre y cuando hayamos depositado la fe en el Único que nos puede salvar si se produce ese traspié al cual nos habíamos expuesto. La fe nos permite rogar encarecidamente por los nuestros y por quienes están sufriendo penalidades. La creencia se va acrecentando a medida que vamos saliendo airosos de trances muy difíciles. 

En fin, yo necesito rezar. Y lo hago a mi manera. Como me enseñaron en mi niñez. Por más que hubo un tiempo en el cual estuve enfadado con quien, viéndolo todo y con suma claridad, decidió dejarme en la estacada. Pero pronto volví a formar parte de ese círculo tan grande que está formado por esos "cristianos sin Iglesia" a los que se refiere Salvador Pániker en su Cuaderno Amarillo.

Frase

"La gente sigue amando a Dios, toda la vida, sin verle"




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