Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 23 de marzo de 2020

Verdad que no necesita demostración


Tantas horas enclaustrado me permiten leer libros, releerlos, hojearlos e incluso ver apuntes alojados en la nube de mi ordenador, correspondientes a lecturas mantenidas durante muchos años. Y a veces hallo descripciones que piden a gritos ser recordadas diariamente. Y mucho más en los tiempos que corren.

Ancianos

El anciano, en todas las culturas, ha sido el sabio a quien respeta y pide consejo. Es una magnífica oportunidad de darse a los demas. A los mayores hay que dejarlos en paz haciendo lo que hacían, es decir, colaborando, enseñando, cumpliéndose, proporcionando a los demás su provechosa experiencia, aplicando en beneficio de todos su sabiduría, inundándonos con sus recuerdos y su ratificada esperanza. En una palabra, siendo nosotros mismos. Puede que no esté de moda la gerontocracia, pero, como se extinga la genrontofilia, vamos a ir de ala (Gala).

Personal sanitario

Así como en las grutas los murciélagos se aferran a las paredes y unos a otros, así estamos ahora nosotros al saber y sacrificio de quienes decidieron dedicarse a la medicina. Asidos a ellas y a ellos y rogando a cada paso a fin de que tengan la fuerza suficiente para seguir luchando denodadamente contra el coronavirus. Ojalá que, cuando haya pasado trance tan amargo, nadie olvide lo ocurrido. Y prevalezca por encima de todo el respeto a quienes desempeñan su labor en centros de salud. Pues raro es el día  en que los encargados de mitigar nuestras dolencias no son humillados.

Corrupción

"Es la tentación fácil de los tiempos difíciles. Puesto que trinca el de arriba, menos necesitado, ¿por qué no voy a trincar yo? La corrupción no es siempre de dinero, a veces implica privilegios, sobornos morales o reciprocidades. La corrupción de los gobernantes, en última instancia, es culpa de los gobernados. Primero, por no ejercer su vigilancia obligatoria. Segundo, por atribuirles poderes excesivos". Los tiempos que corren, por ser dramáticos, son los más propicios para que algunos traten de pegar mangazos. Se impone la fiscalización minuciosa por parte de los gobernantes honrados.

Verdad que no necesita demostración: Así como entre personas decentes no se puede ser ladrón, entre ladrones no se puede ser persona decente.























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