No recuerdo si Santiago Cañizares ha pasado ya por este blog ni tampoco me voy a poner a mirarlo, porque no me importaría la repetición, ya que creo que si algún comentarista se merece la insistencia del homenaje, el homenaje de la insistencia, que decía Paco Umbral, es precisamente Santiago. Santi para sus amigos. El martes, viendo el partido Valencia-Atalanta, le oí decir, nada más ponerse el balón en juego, el error que estaba cometiendo el Valencia frente al equipo italiano. Y lo explicó de manera clara y sucinta. Y acertó plenamente.
Veamos lo ocurrido. Albert Celades estaba obligado a conocer la forma de jugar que tiene el Atalanta, máxime cuando en Italia el Valencia fue goleado. No obstante, decidió que su equipo saliera con el balón jugado desde atrás ante un conjunto que basa su juego en presionar muy arriba, en no dar tregua a sus rivales con presencia agobiante en el área; es decir con un acoso insistente. Estilo de juego que le está dando sus frutos tanto en La Serie A como en la Champions. Pues bien, el equipo dirigido por Gian Piero Gasperini encarriló el partido en un decir amén.
El Atalanta ataca de verdad y defiende mal. Por consiguiente, Cañizares emitió su parecer: "Lo ideal sería que Cilessen hiciera uso de los balones largos con los siguientes fines: deshacer la presión, superar el mediocampo donde se erige la figura de Palomino, el mejor futbolista de los visitantes, y aprovechar las segundas jugadas". Inmediatamente, dije para mí: ¿cómo es posible que algo tan evidente no fuera percibido por el técnico del equipo che?
Si, ya sé que cualquier aficionado puede inquirirme: "¿Por qué Santiago Cañizares, siendo tan clarividente como comentarista, no está ejerciendo de entrenador?" Esa pregunta me la hago yo cada vez que le oigo hablar de fútbol con sobrados conocimentos. En fin, más sabe el loco en su casa...
Liverpool-Atlético
Víctor Fernández, entrenador del Real Zaragoza, ha dicho que "el fútbol es un espectáculo. Que es pasión y sentimiento. Y que jugar sin espectadores es sinónimo de tristeza y vacío". Tristeza y vacío es lo que vimos el martes en Mestalla. Pasión, emoción y un ritmo vertiginoso de juego es lo que hemos presenciado hoy en Anfield. Partido extraordinario del Liverpool. El equipo de Jürgen Klopp dominó durante setenta minutos de juego. Pero enfrente estuvieron Oblak y los palos. El portero atlético estuvo inconmensurable.
El Atlético comenzó bien. Y hasta pudo marcar Diego Costa tras recibir un magnífico pase de Joao Félix. Pero a partir de ahí bastante hizo el equipo rojiblanco con soportar el asedio a que fue sometido por los ingleses. Brillaban Salah, Firmino, Mané... Pero Oblak lo paraba todo. Aunque le fue imposible evitar el gol de Vijnaldum.
Cierto es que la entrada de Marcos Llorente por Diego Costa fue un acierto. Puesto que a partir de ahí se niveló la contienda. Y el equipo colchonero obtuvo el premio de la prórroga. Se adelantó en el marcador Firmino. Y cuando todo parecía resuelto apareció Llorente. Y con sus dos goles fulminó al Liverpool. Mentiría si no dijera que Adrián habrá tenido que pedir perdón a sus compañeros. Pues el guardameta español tuvo una pésima actuación. Morata remató la faena.
El Atalanta ataca de verdad y defiende mal. Por consiguiente, Cañizares emitió su parecer: "Lo ideal sería que Cilessen hiciera uso de los balones largos con los siguientes fines: deshacer la presión, superar el mediocampo donde se erige la figura de Palomino, el mejor futbolista de los visitantes, y aprovechar las segundas jugadas". Inmediatamente, dije para mí: ¿cómo es posible que algo tan evidente no fuera percibido por el técnico del equipo che?
Si, ya sé que cualquier aficionado puede inquirirme: "¿Por qué Santiago Cañizares, siendo tan clarividente como comentarista, no está ejerciendo de entrenador?" Esa pregunta me la hago yo cada vez que le oigo hablar de fútbol con sobrados conocimentos. En fin, más sabe el loco en su casa...
Liverpool-Atlético
Víctor Fernández, entrenador del Real Zaragoza, ha dicho que "el fútbol es un espectáculo. Que es pasión y sentimiento. Y que jugar sin espectadores es sinónimo de tristeza y vacío". Tristeza y vacío es lo que vimos el martes en Mestalla. Pasión, emoción y un ritmo vertiginoso de juego es lo que hemos presenciado hoy en Anfield. Partido extraordinario del Liverpool. El equipo de Jürgen Klopp dominó durante setenta minutos de juego. Pero enfrente estuvieron Oblak y los palos. El portero atlético estuvo inconmensurable.
El Atlético comenzó bien. Y hasta pudo marcar Diego Costa tras recibir un magnífico pase de Joao Félix. Pero a partir de ahí bastante hizo el equipo rojiblanco con soportar el asedio a que fue sometido por los ingleses. Brillaban Salah, Firmino, Mané... Pero Oblak lo paraba todo. Aunque le fue imposible evitar el gol de Vijnaldum.
Cierto es que la entrada de Marcos Llorente por Diego Costa fue un acierto. Puesto que a partir de ahí se niveló la contienda. Y el equipo colchonero obtuvo el premio de la prórroga. Se adelantó en el marcador Firmino. Y cuando todo parecía resuelto apareció Llorente. Y con sus dos goles fulminó al Liverpool. Mentiría si no dijera que Adrián habrá tenido que pedir perdón a sus compañeros. Pues el guardameta español tuvo una pésima actuación. Morata remató la faena.
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