Es imposible jugar peor que lo ha hecho el Madrid en el Villamarín. ¡Qué horror! Frente a unos jugadores carcomidos por los nervios, debido a la mala clasificación de su equipo, el Madrid pegó un petardo en un momento crucial de La Liga. Si la primera parte del conjunto dirigido por Zidane fue horrorosa, la segunda acabó siendo un espanto. Todo comenzó con una malísima distribución de los jugadores en el verde... Confiando su entrenador, además, que el partido lo resolviera Vinicius.
Sí, lleva usted razón, claro que sí; cómo es posible que quien escribe ose echarle las culpas a un técnico que ha ganado tres Champions, una Liga y varios títulos más. Pues bien, a pesar de todo eso, el técnico frances ha vuelto hoy a evidenciar que es incapaz de tomar decisiones que ayuden a su equipo a salir de situaciones complicadas. En principio, tardó un mundo en enmendar sus errores. Y cuando trató de hacerlo, volvió a equivocarse. Y, claro, se produjo el desastre. Un desastre generalizado.
En la primera parte, gracias a las intervenciones de Courtois, y al fallo de Bartra, cuando lo más fácil era meter el balón en portería, el Madrid salió ileso del envite. Y es que mientras Fakir se erigía en dueño y señor del terreno de juego, sin nadie que le molestara lo más mínimo, el Madrid carecía tanto de juego como de atacantes. Benzema, más flotante que nunca, se alejaba continuamente de sus marcadores y, claro, nunca llegaba a los centros de Lucas Vázquez ni a la ayuda de Vinicius. Y, por si fuera poco, ni Kroos ni Modric se preocupaban lo más mínimo por adelantar su posición para aprovechar los tiros desde la media distancia.
Sergio Ramos, preocupado por hacerle las coberturas a un Marcelo perdido como defensa, comenzó a dar señales de debilidad. Lo cual requirió que se agigantara la presencia de Varane. A quien se le fue acumulando el trabajo, porque Militao tampoco se mostraba firme en su puesto. Pasaba el tiempo y los jugadores béticos se dieron cuenta de que frenando las acometidas de Vinicius podían ganar el partido. Y premio a esa creencia llegó el gol de Sidnei. Aprovechando la descolocación de Ramos. A renglón seguido, Marcelo fue derribado en el área y el penalti, lanzado por Benzema, le dio el empate al Madrid.
Valverde y Mariano entraron por Kroos y Modric. Y el centro del campo siguió naufragando aún más. Benzema aprovechaba la situación para sacar la pelota jugada desde muy atrás. Y en una de esas jugadas erró el pase a Ramos -quien, por cierto, estaba en Babia- y Tello batió a Courtois. Antes pudo hacerlo Joaquín. Derrota de un Madrid horroso. Tan mal situado como carente de ideas. Impropias de un equipo tan grande por estar mal dirigido. Actuando así el Madrid, el Barcelona puede jugar hasta sin Messi, y ganar la Liga. Madrid: ¡qué horror!
Sergio Ramos, preocupado por hacerle las coberturas a un Marcelo perdido como defensa, comenzó a dar señales de debilidad. Lo cual requirió que se agigantara la presencia de Varane. A quien se le fue acumulando el trabajo, porque Militao tampoco se mostraba firme en su puesto. Pasaba el tiempo y los jugadores béticos se dieron cuenta de que frenando las acometidas de Vinicius podían ganar el partido. Y premio a esa creencia llegó el gol de Sidnei. Aprovechando la descolocación de Ramos. A renglón seguido, Marcelo fue derribado en el área y el penalti, lanzado por Benzema, le dio el empate al Madrid.
Valverde y Mariano entraron por Kroos y Modric. Y el centro del campo siguió naufragando aún más. Benzema aprovechaba la situación para sacar la pelota jugada desde muy atrás. Y en una de esas jugadas erró el pase a Ramos -quien, por cierto, estaba en Babia- y Tello batió a Courtois. Antes pudo hacerlo Joaquín. Derrota de un Madrid horroso. Tan mal situado como carente de ideas. Impropias de un equipo tan grande por estar mal dirigido. Actuando así el Madrid, el Barcelona puede jugar hasta sin Messi, y ganar la Liga. Madrid: ¡qué horror!
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