Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 3 de marzo de 2020

El segundo entrenador debe pasar inadvertido


Es evidente la evolución que se ha ido produciendo en el fútbol desde los años ochenta hasta hoy. Por no mirar más hacia atrás. Las mejoras en todos los aspectos son incuestionables. Aunque bien es verdad que suelen ser más valoradas por los profesionales de otros tiempos en los cuales hubieron de soportar innumerables carencias. Enumerarlas llevaría su tiempo. Así que hoy me limitaré a explicar lo conveniente que ha sido para el primer entrenador contar con la ayuda de lo que se conoce como cuerpo técnico. Compuesto por ayudantes en diversos cometidos.

Entre ese grupo de profesionales que asesora al técnico principal, destaca sobremanera la figura del segundo entrenador. Los hay que procuran cumplir sus obligaciones sin apenas hacerse notar. Tratando de pasar inadvertidos.  No en vano son conscientes de que jamás deben dar la impresión de ser más listos que el jefe. No es el caso de Eder Sarabia, segundo de Quique Setién, cuyo protagonismo se ha salido de madre y, lógicamente, está perjudicando notablemente a su compañero.  

El segundo de Quique Setién debería tomar nota de cómo se desarrollan los acontecimientos en otros banquillos. Por ejemplo, en el del Getafe: donde el ayudante le dice al oído al primer técnico lo que éste le consulta. Que es como  han de actuar los segundos entrenadores. Con la sobriedad que exige el cargo. A propósito de José Bordalás, eliminar al Ajax ha constituido un jalón en su vida como entrenador de un equipo que hizo en Holanda una destacada demostración de sencillez.

El Getafe -le digo a un aficionado que me pregunta hoy por el secreto de su juego- no hace nada auténticamente genial. Se limita a exhibir un juego fácil -que es tarea muy difícil-, rápido, bien trenzado, aprovechando los contraataques para marcar goles. También destaca por jugar en campo contrario más que en el propio. Sin exigirle a su portero que juegue con los pies mejor que Maradona.

Lo logrado ya por el Getafe Club de Fútbol -bajo la batuta de Bordalás- debe catalogarse-, sin duda alguna, de extraordinario. Por lo que a partir de ahora cualquier resultado adverso debe ser tenido como algo natural en un equipo cuya plantilla no está diseñada para grandes empresas. Y sin embargo se ha convertido ya en un club respetado y temido. 



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