He leído que en una ciudad China se ha batido el récord de divorcios propiciados por el confinamiento para evitar el contagio del coronavirus. Los expertos lo achacan a que las parejas no estaban acostumbradas a pasar muchas horas juntas y no consiguieron adaptarse a la situación. Así que discutían por nada y menos y sin solución de continuidad. Me imagino que en Italia, Francia y España podrán suceder semejantes rupturas si las reclusiones se alargan en el tiempo. Nada extraño si nos atenemos a lo que nos vienen diciendo las autoridades. A las que debemos obedecer.
En España siempre se ha dicho que los desencuentros entre parejas se han producido normalmente tanto en las vacaciones de verano como en las fiestas navideñas. Una vez le pregunté a una señora muy preparada que me diera su opinión al respecto. Y no dudó en contarme su problema. "Mira, Manolo, conduzco mi coche respetando todas las leyes de tráfico. Rara vez tengo números rojos en el banco. En mi trabajo soy apreciada. Mis niños van al colegio como Dios manda. Y me llevo la mar de bien con mi suegra...
-¿Y?
-Estoy convencida de que algo no funciona bien en alguna parte de mi cabeza. Porque no puedo evitar mis gruñidos y protestas, a chorro continuo contra el hombre con quien comparto la vida. Y lo peor es que me he dado cuenta de que no soy la única. Todas refunfuñamos. Lo sabemos, lo confesamos. Pero...
Por lo que me cuentas, y dada nuestra amistad, te diré que tú encajarías muy bien en ese tipo de mujer fastidiosa de la que hablaba Paul Valéry: un desagradable misógino. Verás: las fastidiosas hacen huir a los hombres de la casa. No siempre de verdad. Porque muchos no tienen valor para hacerlo. Pero a falta de huida, créeme, se quitan de enmedio: participan en actividades deportivas o asociativas, se reunen con amigos en el bar del barrio, barzonean por la ciudad... Hacen cualquier cosa para evitar las discusiones diarias y por cualquier motivo.
Debo decirte, querida amiga, que las mujeres fastidiosas suelen ser también muy trabajadoras, unas amas de casa irreprochables y unas madres dominadoras, pero no acaban de comprender lo que les sucede. Por eso los hombres tratan de permanecer el menor tiempo posible a su vera. Dado que no dudan en decir que los nervios se apoderan de ellos cuando están en la casa por obligación. Y, casi siempre, todo acaba en discusiones tan agrias como absurdas.
-Manolo, ¿me puedes decir si hay hombres que también son fastidiosos?
-Manolo, ¿me puedes decir si hay hombres que también son fastidiosos?
-Sí, claro que sí, querida amiga. Muchos. Pero las mujeres saben soportar mejor esa situación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.