Acción temeraria en el Hospital Universitario de Ceuta es el título de un escrito que publiqué el 12 de febrero. En el cual denunciaba la falta de especialistas, médicos, personal sanitario y también de medios. Reconozco que me dio vergüenza decir entonces algo que viví en una visita a urgencias en el mes de enero. La enfermera, tras extraerme sangre, quiso cubrir el pinchazo con el clásico algodón sujeto con esparadrapo. La atenta señora, después de hurgar en todos los cajones del dispensario, se dirigió a mí en los siguientes términos: "Perdone, usted, pero en esta Casa no hay ya ni esparadrapo...".
Si en el centro de urgencias no hay ni esparadrapo, lo primero que hace un paciente es invocar a todos los santos habidos y por haber para no enfermar y tener que acudir a un hospital donde carecen hasta de esa tira de tela que se usa para sujetar vendajes o cubrir una pequeña cortadura, etc. Y, de paso, claro es, rogar también por los buenos profesionales que han de atender a los enfermos en un sitio donde impera la ruina en recursos. No me extraña que en esas condiciones cunda la depresión entre las personas que han elegido hacer una carrera para salvar vidas.
La escasez de recursos del Hospital Universitario de Ceuta data ya de hace mucho tiempo. Vamos, que no es cosa que se haya podido apreciar debido a la irrupción en escena del coronavirus. El problema de falta de personal sanitario, de camas y de muchísimas otras necesidades viene de lejos. Incluso no mentiría si dijera que hace una década que se conoce la gravedad del hecho y asimismo la dejadez que ha prevalecido entre quienes estaban obligados a luchar denodadamente para ponerle remedio a lo que no deja de ser un drama.
No entraba en mis cálculos -en momentos donde un virus está sembrando el pánico en el mundo entero- censurar a los políticos. Pero las manifestaciones de nuestro alcalde acerca de los escasos recursos con que cuenta el Hospital Universitario -en todos los sentidos- me ha hecho dar un brinco. Me ha excitado. Me ha enfadado. Y sobre todo me ha vuelto a demostrar que ni siquiera el paso de los años le ha valido a la primera autoridad de Ceuta para evitar que alguien le recuerde que lleva casi dos décadas mandando tela marinera y que, por tanto, ha tenido tiempo más que suficiente para haber logrado mejoras en ese hospital cuando España era gobernada por su partido. Así que a buenas horas mangas verdes...
Al coronavirus le bajarán los humos... Ojalá que sea pronto y no tengamos que padecer la escasez de medios que tiene el Hospital Universitario de Ceuta. Pero el problema seguirá siendo el de hace diez años: que tenemos un edificio muy grande pero escaso de profesionales y de utiles necesarios para que ellos puedan ejercer su labor. A veces, incluso en momentos tan graves, señor alcalde, es necesario pensar lo justo antes de hablar para no meter la pata "hasta el corvejón".
Si en el centro de urgencias no hay ni esparadrapo, lo primero que hace un paciente es invocar a todos los santos habidos y por haber para no enfermar y tener que acudir a un hospital donde carecen hasta de esa tira de tela que se usa para sujetar vendajes o cubrir una pequeña cortadura, etc. Y, de paso, claro es, rogar también por los buenos profesionales que han de atender a los enfermos en un sitio donde impera la ruina en recursos. No me extraña que en esas condiciones cunda la depresión entre las personas que han elegido hacer una carrera para salvar vidas.
La escasez de recursos del Hospital Universitario de Ceuta data ya de hace mucho tiempo. Vamos, que no es cosa que se haya podido apreciar debido a la irrupción en escena del coronavirus. El problema de falta de personal sanitario, de camas y de muchísimas otras necesidades viene de lejos. Incluso no mentiría si dijera que hace una década que se conoce la gravedad del hecho y asimismo la dejadez que ha prevalecido entre quienes estaban obligados a luchar denodadamente para ponerle remedio a lo que no deja de ser un drama.
No entraba en mis cálculos -en momentos donde un virus está sembrando el pánico en el mundo entero- censurar a los políticos. Pero las manifestaciones de nuestro alcalde acerca de los escasos recursos con que cuenta el Hospital Universitario -en todos los sentidos- me ha hecho dar un brinco. Me ha excitado. Me ha enfadado. Y sobre todo me ha vuelto a demostrar que ni siquiera el paso de los años le ha valido a la primera autoridad de Ceuta para evitar que alguien le recuerde que lleva casi dos décadas mandando tela marinera y que, por tanto, ha tenido tiempo más que suficiente para haber logrado mejoras en ese hospital cuando España era gobernada por su partido. Así que a buenas horas mangas verdes...
Al coronavirus le bajarán los humos... Ojalá que sea pronto y no tengamos que padecer la escasez de medios que tiene el Hospital Universitario de Ceuta. Pero el problema seguirá siendo el de hace diez años: que tenemos un edificio muy grande pero escaso de profesionales y de utiles necesarios para que ellos puedan ejercer su labor. A veces, incluso en momentos tan graves, señor alcalde, es necesario pensar lo justo antes de hablar para no meter la pata "hasta el corvejón".
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