Opiniones futbolísticas

Roberto Soldado

El Granada es el primer semifinalista de la Copa del Rey, tras ganarle al Valencia, en un partido donde la emoción primó durante todo el encuentro. El cual se resolvió cuando quedaba un minuto para jugarse la prórroga. El encuentro fue vibrante. Repleto de emotividad y en el que, una vez más, se pudo comprobar cómo Roberto Soldado, treintañero él, sigue desestabilizando a sus marcadores y provocando nerviosismo generalizado en el sistema defensivo de sus rivales. El valenciano marcó los dos goles de su equipo. Lo cual no es moco de pavo. Pero a mí me sigue entusiasmando su lucha contra defensores duros como el pedernal. Sin arrugarse jamás. Parafraseando a Juan Rufo -escritor de tronío- no tengo ningún impedimento en decir que Roberto Soldado es "catedrático de valentía".

Carlos Neva

Nacido en El Puerto de Santa María, juega en el equipo dirigido por Carlos Martínez Penas; es decir, en el Granada. Nevas es diestro y lo viene haciendo como lateral zurdo. Y se ve a la legua que lo pasa mal durante muchas fases de los partidos. Sobre todo cuando enfrente tiene a futbolistas que saben de memoria como aprovecharse de la debilidad que provoca jugar a pierna cambiada cuando quien ocupa esa posición no ha aprendido los recursos existentes para que ello no se produzca. Creo recordar que ya escribí al respecto la primera vez que tuve la oportunidad de analizar a Carlos Neva. En el partido frente al Valencia, Ferran -magnífico extremo- descubrió en la primera parte todos los puntos débiles de mi paisano. Así que bien haría su entrenador, tan merecidamente loado, en buscar vídeos relacionados con jugadores como Severino Reija y Manuel Sanchís Martínez, verbigracia,  para que el joven Neva aprenda de cómo dos futbolistas diestros jugaron en el lado siniestro como si fueran zurdos de nacimiento. También le valdría al técnico, si no quiere acudir al pasado, ofrecerle imágenes de las mejores actuaciones de Nacho en esa demarcación.

José Bordalás

Desde hace ya mucho tiempo se viene diciendo que para dirigir a un equipo de los considerados grandes no hace falta ser un entrenador capaz de tomar decisiones que cambien el rumbo de un partido. Es decir, que es preferible un técnico menor pero que sepa usar la mano izquierda para templar las ocurrencias del vestuario. Esa actitud está compuesta, como mínimo, de un kilo de hipocresía y cuatro de mentiras que no son siempre piadosas. De vez en cuando ha de rociarse esa identidad con ditirambos dedicados a la estrella del equipo. Pues el entrenador sabe perfectamente que su continuidad depende de la voluntad de quien lleva prendidos los galones del poder en la bocamanga. Por consiguiente, tengo la certeza de que pocos entrenadores son más felices que José Bordalás. Quizá el mejor entrenador de La Liga Santander. Quien hace y deshace en el Getafe Club de Fútbol. Por cierto, lleva razón Bordalás cuando dice que el fútbol moderno ha de ser muy táctico, con gran capacidad física y capaz de atosigar a los rivales, cada equis tiempo, sin solución de continuidad