El Madrid se impone en El Sadar

Ganarle a Osasuna en su estadio no es tarea fácil. Y mucho menos cuando el equipo dirigido por Joseba Arrasate acosa a su rival -que es siempre- y lucha denodadamente por todos los balones. Imprimiendo un ritmo vertiginoso al juego. Incluso hay momentos en que la velocidad impuesta por sus futbolistas va acompañada de precisión en sus pases. Es entonces cuando ruge El Sadar y se produce la comunión entre los aficionados y su equipo. A los visitantes no les queda más remedio que capear el temporal.

Y es lo que hacía el equipo de Zidane cuando Unai García se anticipó a Casemiro y logró rematar de cabeza un balón que no pudo parar Courtois. El gol (minuto 14) le dio alas a los navarros. De modo que el conjunto blanco tuvo que soportar el cerco durante varios minutos más. La incomodidad del Madrid era evidente. Puesto que sus centrales carecían de referencia en los marcajes. Dado que Rubén García y Arnaiz eran delanteros falsos que se replegaban y llegaban en carrera desde atrás.

Zidane, y no creo que lo hiciera a propósito, cometió el error de situar a Bale en la banda derecha; precisamente por la que el zurdo Estupiñán se sumaba al ataque sin solución de continuidad. Y el galés se vio obligado a perseguir al lateral más que a correr hacia adelante. Así que poco a poco fue perdiendo la fe en sus posibilidades y su lenguaje corporal nos permitió ver nítidamente que acabaría aburriéndose como una ostra. Aunque un disparo suyo fue aprovechado por Isco para empatar el partido y, de paso, bajarle los humos al equipo local.

Por cierto, Isco mejoró actuaciones pasadas. Lo cual no es tarea muy complicada. Pues llevaba muchísimo tiempo sin dar pie con bola. Lo que no es de recibo que se nos diga que es un genio cuando tiene su día. Absurdo tan grande como una catedral. Ya que "una golondrina no hace verano". Proverbio que le viene al asunto como el anillo al dedo. Lo deseable es que Isco Alarcón juegue bien y con la regularidad que ha de tener un jugador del Madrid. Y sobre todo en la demarcación que mejor le va a sus cualidades.

A medida que Osasuna iba perdiendo fuelle, Modric se iba agigantando en el centro del campo. Zona vital en la que el rendimiento de Valverde no era el debido (conviene decir que el uruguayo abusa demasiado de las conducciones de balón). Así que muy pronto llegó el segundo gol de Ramos. Se produjo en un saque de esquina cabeceado por Casemiro. El cual se convirtió en un magnífico pase que el 'Gran Capitán', también con la cabeza, envió a la red.

Avanzada la segunda parte, el entrenador de Osasuna decidió sustituir a los delanteros flotantes por dos delanteros de choque: así que Enric Gallego y Marc Cardona sustituyeron a Rubén García y Arnaiz. Cambios que hicieron posible que Ramos y Varane jugasen mejor teniendo a delanteros a quienes marcar. La entrada de Lucas Vázquez por Bale era lógica. Y LV, criticado acerbamente cada vez que juega, no sólo le paró los pies a Estupiñan sino que, además, marcó el tercer tanto de su equipo. El cuarto lo hizo Jovic. Ojalá que el golazo logrado por el serbio le sirva para reverdecer sus lauros. Es decir, sus hazañas en el Eintracht Frankfurt.