Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 14 de enero de 2020

Pegando la hebra con Emilio Lamorena


Hace la friolera de cuarenta años que Emilio Lamorena y servidor nos conocimos. Creo haber dicho, en otra ocasión, que nuestro encuentro se produjo en El Puerto de Santa María: concretamente en el Hotel Puerto Bahía. Emilio se había alojado en el establecimiento un día antes de jugarse el partido Racing Club Portuense-Agrupación Deportiva Ceuta. Equipos que -en aquella temporada- habían mantenido hasta el final de la Competición una lucha sin tregua por lograr el ascenso directo a Segunda División A. 

Yo estaba tomando el aperitivo en la barra de la Cafetería cuando Emilio se acercó a mí para saludarme. Desde el primer momento supe que estaba ante una persona amable, educada y culta. Quien daba muestras visibles de sentirse ciudadano de Ceuta y de estar entusiasmado con su equipo de fútbol Y, por si fuera poco, me habló de sus amistad con Guillermo Valero. Portuense de pro. A quien sigo recordando a cada paso. Cada vez que hablo con Emilio no sé como nos la apañamos para que salga a relucir la fecha donde principió nuestra amistad.

Aprecio que siguió aumentando desde mi llegada a Ceuta, hace casi cuatro décadas. A pesar de que, durante esa eternidad de tiempo, hubiese momentos complicados en nuestras relaciones por militar ambos en tendencias políticas o sociales bien distintas. Algo que siempre hemos valorado ambos en su justa medida. Ayer por la noche, mi llamada teléfonica fue para saber una vez más sobre su estado de salud. Resquebrajado por culpa de un accidente que le causó un traumatismo en la zona del pubis. Del cual se va recuperando despaciosamente.

Tras ponerme al tanto de todo lo concerniente a su mejoría, Emilio y yo aprovechamos la ocasión para recordar tiempos pasados. Sin caer en la tentación de decir que fueron mejores. También para mencionar a varios amigos en común que hace ya tiempo se fueron a ese lugar del cual nunca se vuelve. Charlamos de fútbol. Y debo decirles que mi amigo me contó que vivió intensamente cuanto se dijo en la radio acerca del partido de la Copa del Rey entre la AD Ceuta y la Real Sociedad.

Emilio Lamorena no fue nacido en esta tierra, según me dijo él en su momento; pero nunca se le cae el nombre de Ceuta de la boca. Es algo que nos suele ocurrir a quienes un buen día decidimos vivirla intensamente. Decisión que nos llevó a quedarnos como residentes en ella hasta el fin de nuestros días. Aunque jamás se nos haya ocurrido apropiarnos del término caballa. Por razones obvias. En fin, que mi amigo está mejorando de su lesión de pubis. Y yo me alegro de que su recuperación vaya viento en popa.


   

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