Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 13 de enero de 2020

Los nuevos ricos


De vez en cuando suelo yo darle un repaso a la Historia de las Ideas Políticas escrita por Jean Touchard. Hoy me he detenido en Ideas Sociales de Rousseau. Quien no piensa en absoluto en instaurar una sociedad rigurosamente igualitaria, pero quiere corregir la injusticia y reducir la distancia que separa a los más pobres de los más ricos.

 -¿Queréis dar consistencia al estado? -escribe Rousseau en el Contrat social- Acercad los grados extremos tanto como sea posible, no permitáis ni gentes opulentas ni mendigos. Ambos estados, naturalmente inseparables, son igualmente funestos para el bien común. De uno proceden los instigadores a la tiranía, y del otro, los tiranos; son siempre ambos quienes comercian con la libertad pública: unos la compran y otros la venden.

Este texto señala una vía media, pero Rousseau sabe perfectamente que resulta muy difícil atenerse a ella. No ignora que la igualdad es precaria y que está siempre amenazada. Todos sabemos que es la clase media la que mantiene el equilibrio entre ricos y pobres. La que ha de impedir que unos y otros se salten a la torera las reglas...

Pues bien, hoy me han parado en la calle y me han preguntado si no había visto un tuit de Echenique, ilustrado con una fotografía de Pablo Iglesias derramando lágrimas en el debate de investidura, con el siguiente mensaje: "Las lágrimas de gente normal. De la gente normal y trabajadora. De los que siempre perdíamos. De los excluidos...".  Acto seguido, se me ha inquirido al respecto. Y he dicho lo siguiente.

Las lágrimas de Pablo Iglesias, Echenique y demás líderes de Unidas Podemos son de felicidad por haber pasado en un amén de ser clase media alta a ricos para siempre. Gracias a que las urnas, convertidas en bombos de lotería, han hecho posible que les haya tocado el Gordo de la política a unos comunistas de pacotilla. Semejante gimoteo, que suele tener una virtud catárquica en la intimidad, se convierte en pornografía cuando se usa políticamente. El párrafo se lo tomo prestado a Luis Sáchez Moliní. A quien suelo leer con fruición.

Mientras tanto, el señor Iglesias sigue dando abrazos por doquier y tratando de dar la impresión de que no ha nacido nadie en España con tan buenos sentimientos como los suyos. Eso sí, yo le recomendaría al líder de Unidas Podemos que, en cuanto tenga un rato libre, no dude en buscar un sastre que le haga las chaquetas a la medida del cargo que ostenta. Es lo menos que se le puede pedir a un nuevo rico. 









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