Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

miércoles, 25 de diciembre de 2019

Ejercitando la memoria


Manolo Muñoz, amigo de la niñez, me llama para felicitarme las fiestas y de paso, como quien no quiere la cosa, decide trasladarme a los años cincuenta del siglo pasado, cuando nuestra incipiente adolescencia le proporcionaba a nuestra amistad esa lealtad que reina entre los jóvenes que son partidarios del mismo equipo de fútbol y que tienen como referentes a otros deportistas o artistas varios. Y lo hace preguntándome sobre si me acuerdo del nombre del coche que le dio paso al seiscientos en esa época.

-El biscúter. Es más, el primer biscúter que hubo en nuestro pueblo fue de mi padre. Y tengo entendido que lo tiene un coleccionista de coches en El Puerto de Santa María, llamado Macario. Perteneciente a la familia de los Macario de toda la vida...

Tras responder a la pregunta de mi amigo, trato de poner a prueba su memoria, inquiriéndole acerca de qué jugador pasó a la Historia, entre otras cosas, por marcar un gol con la Selección Española y en qué lugar del mundo, en esos años cincuenta donde aún las privaciones eran muchas.

Manolo Muñoz recita de memoria el hecho: El gol histórico lo marcó Zarra en el marco de los ingleses, en el Mundial de Río de Janeiro. Es más, en 1950 inicia, efectivamente, una triunfal escalada el fútbol nacional. No tardarían en llegar jugadores como Kubala y Di Stéfano, Puskas y Ben Barek, Czibor y Kocsis. Pero aquí ya estaban los Suárez, Ramallets, Gento, Gonzalvo, Biosca, Molowny, Eizaguirre, Gainza, Basora, Puchades Arza, etc.  

La memoria de mi amigo y paisano me deja anonadado. Y, claro, aprovecho la ocasión para ver si le cojo en un fallo; así que le cambio el tercio deportivo, aun sabiendo que a él le chiflaba el ciclismo. De ciclismo te diré, querido Manolo, que fue en los cincuenta cuando, al fin, Federico Martín Bahamontes lograba imponerse en el Tour frente a Charlie GaulAnquetil, el superdotado. Y, por si fuera poco, hasta se atrevió a contarme que en boxeo, persistía un nombre señero: Luis Romero, surgió Fred Galiana y maravillaba en los cuadrilateros del mundo Toy "Sugar" Robinson.

Mi amigo, Manolo Muñoz, después de darme una lección magistral de conocimiento deportivo de los años cincuenta, con una facilidad pasmosa, aún se recreó en la suerte, rematando su faena con esta revolera: ahora bien, creo que debo decirte, con respecto al deporte de la década de los cincuenta, que lo más significativo fue el auge del fútbolín. Por cierto, espero que no se te hayan olvidado las palizas que yo te daba en la sala de billares y futbolines, situada en la calle Palacios. 













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