Rodrygo es una ardilla. Es muy vivo, muy despierto de inteligencia. Así que tardó nueve minutos en resolver un partido que su equipo necesitaba como el comer. Sobre todo después del empate a cero con el Betis y de los errores cometidos por el técnico del conjunto blanco. A partir de ese momento estelar del joven brasileño, el Madrid jugó un magnífico primer tiempo. Reinaba Kross en el mediocampo, Valverde se agigantaba en la derecha de esa zona vital, y Casemiro no tenía por qué esforzarse lo más mínimo. Dado que el Galatasaray andaba por el césped como alma en pena.
La ventaja en el marcador, gracias a los dos goles obtenidos por Rodrygo, dio alas a un Madrid que necesitaba recuperar el crédito perdido en los últimos tiempos. Verdad es que el equipo turco dio muchas facilidades... Pero eso no debe quitarle méritos al conjunto blanco. Que fueron muchos. Los más importantes fueron mantener un ritmo alto de juego y sobre todo mover el balón con velocidad y precisión. Amén de no desfallecer nunca en cuanto a buscar el marco de Muslera por el camino más corto y en el menor tiempo posible. Sin olvidar el acierto rematador.
El tercer tanto lo obtuvo Ramos, de penalti. Por derribo de Kroos en el área. Y el cuarto, en pleno festival merengue, lo logró Benzema, tras un pase perfecto de Rodrygo. Quien fue bajando de tono mientras que Hazard deleitaba por el lado izquierdo con desbordes en carrera, cambios de ritmo, pases y arabescos variados. El belga necesita marcar goles para ser el jugador que brillaba en el Chelsea. Yo creo que está en el buen camino. Ese día llegará y el Madrid será mejor en ataque.
Fatih Tarim, entrenador del equipo turco, tiene fama de cambiarle la faz a los partidos en los que su equipo juega mal. Y yo esperaba que en el descanso hiciera todo lo posible porque Muslera no siguiera encajando goles. Que si quiere arroz, Catalina. Pues Benzema y Rodrygo ampliaron la goleada con tantos marcados en los minutos ochenta y noventa y dos. Un marcador que pudo ser más abultado por merecimientos de lo locales.
Por consiguiente, goleada del Madrid. Cuyo juego de conjunto volvió a prevalecer por encima de las individualidades. Si bien conviene destacar el extraordinario partido de Kroos. Valverde no le fue a la zaga. Hazard y Benzema se asociaron más que bien. Y Rodrigo encandiló a la concurrencia con sus goles. Su hat-trick ya es historia en La Liga de Campeones de la UEFA. Y es que el joven brasileño " es una ardilla. Es muy vivo, y muy despierto de inteligencia. Aunque habrá que perdonarle los pecados de juventud... Que los tendrá.
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