Gareth Bale no ha dejado nunca de ser protagonista de un culebrón. Entiéndase el palabro como serial televisivo en que el jugador galés ha sido el malo en todos los capítulos que se han ido proyectando por ser muy suyo. GB cayó mal desde que puso los pies en el Areopuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez. Nada más llegar a la capital del reino los plumillas le diagnosticaron una hernia con el fin de darle a él todas las patadas en el culo que deseaban propinarle a Florentino Pérez. Semejante trato hizo mella en el carácter del deportista más admirado en El País de Gales.
Los galeses, al menos los que yo he conocido y tratado, suelen tener más orgullo que don Rodrigo en la horca. Se dice de la persona que se enfrenta con arrogancia y sin decaimiento de ánimo a situaciones incómodas e impropias de su educación y naturaleza. Y Bale no iba a ser una excepción. Así que muy pronto, tras percatarse de que su estilo de vida era puesto en cuarentena, se refugió en cierto mutismo acompañado de terquedad. Y si a ello le añadimos una posible dosis de timidez, no cabe la menor duda de que el cóctel estaba servido. Dios nos libre de la ira de los tímidos...
Gareth Bale, según se desprende de sus actuaciones, sigue negándose a formar parte de la camarilla de un equipo liderado por alguien que aparenta tener un 'poder omnímodo'. Ser gregario por sistema no entra en los planes de quien no deja de ser una estrella del deporte rey. A pesar de que su fragilidad muscular -debida a su potencia: fuerza más velocidad- es de todos conocida. Aunque a veces uno tenga la impresión de que opta por darse de baja cuando es perseguido sañudamente por jugar al golf, hablar lo justo o refugiarse en su casa en el centro de Madrid.
La última salida de tono del galés ha sido aparecer en una fotografía en la cual, rodeado de quienes le quieren y admiran, ha aireado sus prioridades: "Gales. Golf. Madrid. En ese orden". Un mensaje que la afición galesa ha transformado en canción y que el jugador definió "como un poco de diversión". Es decir, que aprovecharon la ocasión para ridiculizar a Predrag Mijatovic. Por entender los galeses que éste se había metido en camisa de once varas.
El actual Madrid sigue necesitando a Bale en los partidos importantes. Pero al mejor Bale, claro está. Aunque a estas alturas me parece que es tarea imposible. Entre otras razones porque ZZ no acaba de ganarse la confianza del jugador. Y éste se obstina en responder con el orgullo de quien se siente por encima de muchos jugadores de la plantilla. La mejor solución -debido a que el futbolista está siempre puesto en la Picota por los medios de comunicación y que el Bernabéu lo despreciará como suele hacer con los jugadores señalados- es que Mourinho decida apostar por él en el mercado de invierno y lo fiche el Tottenham.
Gareth Bale, según se desprende de sus actuaciones, sigue negándose a formar parte de la camarilla de un equipo liderado por alguien que aparenta tener un 'poder omnímodo'. Ser gregario por sistema no entra en los planes de quien no deja de ser una estrella del deporte rey. A pesar de que su fragilidad muscular -debida a su potencia: fuerza más velocidad- es de todos conocida. Aunque a veces uno tenga la impresión de que opta por darse de baja cuando es perseguido sañudamente por jugar al golf, hablar lo justo o refugiarse en su casa en el centro de Madrid.
La última salida de tono del galés ha sido aparecer en una fotografía en la cual, rodeado de quienes le quieren y admiran, ha aireado sus prioridades: "Gales. Golf. Madrid. En ese orden". Un mensaje que la afición galesa ha transformado en canción y que el jugador definió "como un poco de diversión". Es decir, que aprovecharon la ocasión para ridiculizar a Predrag Mijatovic. Por entender los galeses que éste se había metido en camisa de once varas.
El actual Madrid sigue necesitando a Bale en los partidos importantes. Pero al mejor Bale, claro está. Aunque a estas alturas me parece que es tarea imposible. Entre otras razones porque ZZ no acaba de ganarse la confianza del jugador. Y éste se obstina en responder con el orgullo de quien se siente por encima de muchos jugadores de la plantilla. La mejor solución -debido a que el futbolista está siempre puesto en la Picota por los medios de comunicación y que el Bernabéu lo despreciará como suele hacer con los jugadores señalados- es que Mourinho decida apostar por él en el mercado de invierno y lo fiche el Tottenham.
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