Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 12 de noviembre de 2019

Álvaro Cervera y el estilo de juego del Cádiz


Hace un año, más o menos, Álvaro Cervera, entrenador del Cádiz, respondía así a la pregunta que le hacía su entrevistador acerca del estilo de juego de su equipo: "No consideramos la posesión como sinónimo de ganar los partidos. Si hay que tener el balón se tiene, pero tenerlo por tenerlo no me vale de nada. Me gusta llegar a la portería contraria cuanto antes. No lo niego...". Los éxitos del técnico gaditano avalan que el contraataque, además de ser rentable, provoca un entusiasmo indescriptible entre los aficionados.

Para jugar así, sorprendiendo a los rivales, es necesario contar con futbolistas capacitados para desempeñar esa tarea. Axioma. Confieso que yo apenas veía la Segunda División. Pero, a raíz de las declaraciones del técnico gaditano, decidí ver algunos partidos del equipo amarillo. Y pude comprobar cómo sus jugadores reaccionan ante cualquier pérdida de balón de sus adversarios, sacando a relucir un fútbol trepidante y de una eficacia demoledora.

También pude apreciar que los jugadores del Cádiz no renuncian a pasarse la pelota cuando la ocasión lo requiere. Vamos, que no la rifan... Aunque les está prohibido cometer deslices en zonas consideradas rojas. En fin, que Álvaro Cervera, fiel a su idea futbolística, tan denostada en los últimos tiempos, por mor de ese otro estilo llamado tiquitaca, ha conseguido que su equipo sea el primero en su categoría, con muchos puntos de diferencia sobre el segundo. Y, claro es, la afición gaditana está eufórica.

Tan eufórica como para que los aficionados llenen hasta la bandera el Ramón de Carranza, el próximo viernes, para ver España-Malta. A pesar de que el encuentro carece de todo interés. Pues la debilidad del rival es tan manifiesta como para tener la certeza de que tal ocasión será aprovechada por la Selección para practicar el gilifútbol frente a un equipo menor y contentar a quienes consideran que no existe otro estilo de juego mejor que no sea el nacido, según dicen, en La Masía.

Habrá goleada, sin duda alguna. Debido a las facilidades que darán los jugadores malteses. Y narradores y glosadores no dudarán en airear a los cuatro vientos las excelencias de ese juego bonito interpretado de maravilla por Sergio Busquets y compañía. Donde todo se resuelve andando y, de vez cuando, ofreciéndoles a los aficionados una ruleta, un caño, o un gol de Sergio Ramos con la testa para equilibrar la balanza entre la cursilería futbolística y el a mí que los arrollo..

Ahora bien, los aficionados del Cádiz que acudan al Estadio Ramón de Carranza, que serán muchísimos, y que lo harán dispuestos a ser tan generosos o más que los miembros de una claque, se acordarán en muchos momentos de cómo lo que están viendo no tiene nada que ver con la emoción que les provoca el juego de su equipo. Ese equipo amarillo, entrenado por Álvaro Cervera, y que juega al contraataque como los ángeles. Si es que éstos juegan al fútbol. 












 

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