Zidane no reacciona con prontitud ante los errores

Hace dos días, o tres, que para el caso es lo mismo, decíamos que hay entrenadores que corrigen con celeridad los defectos de su equipo en el terreno de juego, mientras que otros no lo hacen o bien los resuelven cuando ya es tarde. Ayer, en el partido Madrid-Brujas, volvimos a comprobar una vez más que ZZ forma parte de los segundos. Esto es, de los técnicos que por más que vean que sus hombres están fallando lamentablemente y por tanto dando facilidades a sus rivales, no reaccionan con prontitud para evitar que tales errores acaben convirtiéndose en goles en contra.

El Brujas comenzó el encuentro con la mejor disposición y sobre todo tratando de imponer el estilo de juego que mejor les va a sus futbolistas. Pases largos desde cualquier posición del campo para que sus delanteros, más veloces que hábiles, acudieran prestos a esos espacios libres que la defensa merengue dejaba en su intento de jugar adelantada y sin la coordinación debida. Los belgas sabían perfectamente cómo hacerle daño a la desorganización defensiva que cunde en el equipo blanco cuando a Ramos le da por erigirse en jefe de operaciones.  

Así que antes del primer gol de los belgas, el equipo dirigido por Philippe Clement ya había avisado de cuales eran sus propósitos. Pero ZZ, en vez de poner orden en el alocado comportamiento de los suyos, se limitaba, nuevamente, a tocar palmitas de ánimo. Que tiene el mismo efecto que cerrar los ojos ante el peligro que se avecina. Y, claro, sucedió que en el minuto nueve, Venaken le hizo la pirula a Carvajal y su centro puso en ridículo a Varane, Casemiro, Ramos y Nacho. Todos mal situados. Facilitando así que Dennis, a pesar de su risible control del balón, acabara batiendo a Courtois.

Ni siquiera el gol en contra, debido al desorden defensivo casi generalizado que reinaba en el Madrid, motivado además por el estilo de juego con que se estaba empleando su rival, sirvió para que ZZ  impartiera las órdenes oportunas. A fin de evitar que se produjera otro gol del Brujas. El cual se veía venir a la legua. Sino que optó porque Sergio Ramos siguiera a lo suyo: "¡A mí que los arrollo!". Y todo fue de mal en peor. Hasta el punto de que el tercer gol estuvo en un tris de producirse. Lo evitó Areola con una salida tan decidida como afortunada.

ZZ ha ganado lo que ha ganado con el Madrid. Verdad incuestionable. Pero, con todos mis respetos para él, tarda un mundo en percatarse de lo que sucede en el terreno de juego. Por consiguiente, sus decisiones para favorecer a su equipo, o no llegan o llegan tarde. A veces, no pocas veces, el Madrid gana aunque se equivoque Zidane. Porque es el Madrid y, por tanto, su plantilla es tan amplia como extraordinaria. Cierto es que alguien podría responderme, y está en su derecho, que su sola presencia en el banquillo estimula a sus jugadores. Claro que sí, faltaría más... Aunque tampoco es menos cierto que el desorden que se produce en el equipo, cada dos por tres, invita a creer que ZZ es más alineador que entrenador.