Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

martes, 20 de agosto de 2019

Pablo Casado: la barba como seducción


Si uno no supiera quién es Pablo Iglesias y lo viera en una manifestación, inmediatamente lo identificaría como un líder comunista. No sólo por ir vestido de proletario, que también, sino por su coleta desgreñada y su barba descuidada. Desaliño elegido para darse pote de ser un furibundo anticapitalista con deseos evidentes de igualar por abajo a los españoles. Mientras que él no tiene el menor problema en vivir en una zona residencial como un nuevo rico.

Si uno no supiera quién es Albert Rivera y lo viera en una manifestación, inmediatamente pensaría que es el clásico muchacho de clase media con ínfulas de poder y convencido de que su atractivo es merecedor de que las mujeres no le quiten los ojos de encima. Todo un político de derechas cuyas aspiraciones radican en conseguir ser presidente de un gobierno de centro. Es decir, una especie de UCD con un guapo dirigente al frente.

Una cosa portentosa en nuestro país son los semblantes y las características de las personas en razón de las ideas políticas. Y llevaba toda la razón del mundo quien así se expresaba. En los comienzos de la transición, las barbas eran de la izquierda, pero también había barbas en chicos o en políticos de la derecha, que les ponían encima unas características de progresismo. El talante es una cosa muy importante en la identificación de la política.

El izquierdista de entonces era moreno, iracundo, crispado, bajo de estatura, a veces con los ojos azules, mal trajeado y soñador. En cambio, el derechista se aparecía antes como moderado, pálido, sonriente, a veces guapo, y bien educado. Con el paso de los años todo fue cambiando. El izquierdista se fue derechizando en semblantes, indumentarias y en educación. Así que desde hace muchos años ya se confunden unos y otros en los lugares relevantes de la sociedad.

Verbigracia: si usted no tuviera ni idea de quién es el presidente en funciones del Gobierno de España y tampoco conociera a Pablo Casado, presidente del Partido Popular, le sería imposible saber cuál de ellos es izquierdista o derechista. Puesto que la imagen de Pedro Sánchez encaja perfectamente en ambos partidos. Y eso lo saben los expertos en cuestiones relacionadas con la puesta en escena de los políticos seductores. Y lo primero que se les ha ocurrido es recomendarle al candidato popular que se deje una barba que lo distinga de un adversario que no la necesita para llamar la atención.





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