He repetido varias veces que Zidane es un entrenador a quien las dudas, las vacilaciones y las perplejidades le están impidiendo pensar bien. Lo cual no deja de ser un problema grave. Aunque tampoco hay que estar sobrado de inteligencia para distribuir bien a sus jugadores en ese dibujo conocido como 3-5-2. Pues bien, el entrenador del Madrid ha actuado con gran desconocimiento en el Olímpico de Roma.
Al jugar con tres centrales, dos mediocentros, dos laterales avanzados, un mediapunta y dos delanteros, Casemiro y Valverde, tenían que haber oscilado a los lados en cuanto atacaba el equipo romano. Pero ambos han incumplido esa misión principalísima. Y, claro, por los costados el Madrid se ha visto desbordado muchísimas veces. Tantas como para haber encajado más goles en la primera parte de un encuentro en el cual ha vuelto a imperar el desorden del equipo blanco.
Marcelo marcó el primer gol de su equipo. Poco bagaje, claro que sí, si tenemos en cuenta que por su lado entraban los futbolistas romanos como Pedro por su casa. Mientras que Valverde se limitaba a cumplir con otros menesteres que no le incumbían. También Casemiro, autor del segundo tanto, se olvidó de lo mal que lo estaba pasando Nacho. Abandonado a su suerte por las correrías del ya reseñado Marcelo.
Lo mejor que hizo Modric, como segundo delantero, fue pasarle un balón a Marcelo al espacio libre. Jugada que terminó en gol. Hazard sigue sin saber a qué juega y Benzema anduvo desatinado. Los dos equipos pudieron obtener más tantos en la primera parte. Pero Courtois y Pau López los evitaron. Tras el descanso, el entrenador del Madrid decidió que su equipo jugara un 4-4-2. Así que nos permitió apreciar nuevamente las carencias que tiene Militao en el lado siniestro. Y mucho más con Marcelo lanzado al ataque y regresando a su sitio cuando le place. Que siempre es a destiempo.
Llegaron los cambios y también el desorden. El cual cundió más en la escuadra italiana. Nada ilógico: por ser la plantilla del Madrid más numerosa y de más calidad. Isco mostró lo que es... Ni más menos. Jovic mereció marcar su primer gol. Y Gareth Bale buscó el marco contrario más veces que ningún otro delantero. El Madrid sigue encajando goles con facilidad. Los cuales son evitables. Pero el entrenador del equipo blanco sigue pecando de irresoluto. Así que ya va siendo hora de que arregle el desaguisado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.