Desvalorizar a Gareth Bale parece un cometido de los medios de comunicación. Una misión que data de lejos. Pero que en los últimos meses se ha convertido en una persecución absurda. Tengo la sospecha tranquila -no siempre han de ser vehementes las sospechas- de que en el Madrid se mira con buenos ojos las críticas desagradables que viene recibiendo el jugador galés. Es lo primero que he pensado cuando he leído lo proclamado por Predrag Mijatovic: "Si Bale se queda, el Madrid no va a tener problemas, los problemas los va a tener Bale...".
La sentencia de Mijatovic, tan madridista como conocedor de cuanto acontece en "La Casa Blanca", es firme. Tan rotunda como para que Bale sepa -por si aún está ajeno a cuanto le rodea- lo que le espera en un club que desea prescindir de él. Pero que no quiere venderlo a la baja. Y que como último recurso no dudaría en usarlo como trueque en cualquier operación en la que haya un jugador del gusto de Zinedine Zidane.
GB ha actuado siempre con comedimiento. A pesar de que ha tenido motivos nuy fuertes para descomponerse. Sobre todo cuando los artículos contra él estaban -y siguen estando- preñados de malas intenciones. Al galés se le critica su pasión por el golf. También le reprochan sus lesiones. Todas pasajeras... Pero jamás le han podido acusar de trasnochador. Y eso que ser noctívago en Madrid es una delicia.
GB ha actuado siempre con comedimiento. A pesar de que ha tenido motivos nuy fuertes para descomponerse. Sobre todo cuando los artículos contra él estaban -y siguen estando- preñados de malas intenciones. Al galés se le critica su pasión por el golf. También le reprochan sus lesiones. Todas pasajeras... Pero jamás le han podido acusar de trasnochador. Y eso que ser noctívago en Madrid es una delicia.
Si comparamos el maltrato que recibe Bale con el tratamiento benevolente que le dispensan a Marcelo, Isco, Ramos y compañía, no cabe la menor duda de que los privilegios existen. Aunque ya no tengan cabida en nuestro fútbol los conocidos como 'sobrecogedores'. Los cuales se hicieron famosos en el mundo taurino de otrora. Cierto es que a veces uno no entiende que se critique acerbamente a un futbolista por jugar al golf y no por pesar cinco, seis o siete kilos de más. Pero...
El carácter de Gareth Bale no va a cambiar. Razones tiene para no hacerlo. Lo que sí es posible, todavía, es que su rendimiento en el Madrid le permita, como mal menor, marcar goles decisivos en cada Competición en la cual participe. Nada que no haya hecho ya. Es más: la plantilla actual del Madrid necesita al futbolista galés. Como también necesita a un entrenador que deje a un lado las rencillas y sea capaz de afrontar el reto que plantea el 'caso Bale'.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.