Gareth Bale ha sido el futbolista que peor trato ha recibido por parte de los medios deportivos de la capital del reino desde que llegó al Madrid. Tacharlo de caradura ha sido el insulto más leve que ha recibido últimamente por parte de un exdirector de un periódico de tirada nacional y que yo suelo leer asiduamente. Incluso su entrenador, es decir, Zidane, se sumó a la campaña de descrédito habida contra el jugador galés, emitiendo un parecer malévolo: "Si Bale se va mañana, mejor para todos".
Bajo esa presión, con los aficionados esperando su llegada a Valdebebas para reprocharle su forma de actuar, y sus deseos de no querer dejar el Madrid, ha estado viviendo un futbolista que en las grandes citas siempre dio muestras de su categoría. Hace nada escribí yo sobre los motivos por los cuales el Madrid no debía desprenderse de Bale. Futbolista capaz de resolver un partido en cualquier momento. Y que bien haría ZZ en afrontar como un reto la recuperación del jugador.
La primera parte de Bale en Balaídos ha sido para enmarcarla. La jugada del primer gol -marcado por Benzema, minuto 11- fue extraordinaria. Clásica en él. Trabajó a destajo como extremo encajado en una distribución de 4-3-3. A pesar de que por su banda contaba no sólo con la flojedad defensiva de Odriozola sino que, además, por ese costado Santi Denia daba muestras evidentes de su calidad. Vinicius también bregó de lo lindo. Pues Marcelo sigue jugando a su libre albedrío.
El Celta puso a prueba a Courtois. Y el belga respondió notablemente. Cuando el primer tiempo estaba dando las boqueadas empataron los gallegos en un fallo clamoroso de Odriozola. Pero el VAR demostró que había fuera de juego en el gol obtenido por Brais Méndez. Aun así el conjunto blanco fue merecedor del resultado. Que pudo ser mayor de no haber estado el guardameta Rubén Blanco tan acertado.
La segunda parte se le complicó al Madrid por la expulsión de Modric. Y cuando parecía que los locales podían darle la vuelta al marcador, Kroos metió un gol por la escuadra. Corría el minuto 61. Y ZZ hizo los cambios convenientes. Lucas Vázquez obtuvo el tercero en una jugada bien trenzada por varios jugadores merengues.
Y, a partir de ese momento, Marcelo volvió a las andadas. Se olvidó de que es defensa y el Celta marcó su gol y tuvo dos ocasiones más de batir a Courtois. Marcelo juega bien de mediocampo hacia adelante, verdad incuestionable. Pero todos los partidos regala a sus rivales tres o cuatro ocasiones de gol. Hacía mucho tiempo que Zidane no ganaba un partido lejos del Bernabéu. Lo ha conseguido hoy. Eso sí, con Gareth Bale en la alineación. Y el galés ha demostrado que Vale un Potosí.
Bajo esa presión, con los aficionados esperando su llegada a Valdebebas para reprocharle su forma de actuar, y sus deseos de no querer dejar el Madrid, ha estado viviendo un futbolista que en las grandes citas siempre dio muestras de su categoría. Hace nada escribí yo sobre los motivos por los cuales el Madrid no debía desprenderse de Bale. Futbolista capaz de resolver un partido en cualquier momento. Y que bien haría ZZ en afrontar como un reto la recuperación del jugador.
La primera parte de Bale en Balaídos ha sido para enmarcarla. La jugada del primer gol -marcado por Benzema, minuto 11- fue extraordinaria. Clásica en él. Trabajó a destajo como extremo encajado en una distribución de 4-3-3. A pesar de que por su banda contaba no sólo con la flojedad defensiva de Odriozola sino que, además, por ese costado Santi Denia daba muestras evidentes de su calidad. Vinicius también bregó de lo lindo. Pues Marcelo sigue jugando a su libre albedrío.
El Celta puso a prueba a Courtois. Y el belga respondió notablemente. Cuando el primer tiempo estaba dando las boqueadas empataron los gallegos en un fallo clamoroso de Odriozola. Pero el VAR demostró que había fuera de juego en el gol obtenido por Brais Méndez. Aun así el conjunto blanco fue merecedor del resultado. Que pudo ser mayor de no haber estado el guardameta Rubén Blanco tan acertado.
La segunda parte se le complicó al Madrid por la expulsión de Modric. Y cuando parecía que los locales podían darle la vuelta al marcador, Kroos metió un gol por la escuadra. Corría el minuto 61. Y ZZ hizo los cambios convenientes. Lucas Vázquez obtuvo el tercero en una jugada bien trenzada por varios jugadores merengues.
Y, a partir de ese momento, Marcelo volvió a las andadas. Se olvidó de que es defensa y el Celta marcó su gol y tuvo dos ocasiones más de batir a Courtois. Marcelo juega bien de mediocampo hacia adelante, verdad incuestionable. Pero todos los partidos regala a sus rivales tres o cuatro ocasiones de gol. Hacía mucho tiempo que Zidane no ganaba un partido lejos del Bernabéu. Lo ha conseguido hoy. Eso sí, con Gareth Bale en la alineación. Y el galés ha demostrado que Vale un Potosí.
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