Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 18 de julio de 2019

Marcelo ha perdido kilos


El Madrid fichó a Marcelo en el año 2006. Y pronto se dijo de él que poseía las habilidades de los antiguos extremos: es rápido, recorta bien, y cumple a la perfección con la tarea de asistir a los delanteros. Su regate en carrera es espectacular y práctico. Busca la llegada al marco contrario por el camino más corto. Sabe tirar paredes. Su mayor defecto es que ataca por sistema. Dejando, en bastantes ocasiones, el camino expedito para los delanteros rivales. 

Juande Ramos -entrenador del Madrid en 2008- situó a Marcelo como extremo falso. Para aprovechar su calidad como atacante y evitar que se le vieran sus carencias como defensa. Convencido de que con el paso del tiempo mejoraría en esa tarea. Pero la prueba no funcionó. Pues cuando el jugador brasileño regresó a su puesto habitual, lo hizo dando pruebas evidentes de que era alérgico a los marcajes.

La anarquía defensiva de Marcelo, con el paso de los años, fue aumentando en la misma medida que su popularidad. Su banda era un auténtico coladero. Por ahí llegaban los goles de los contrarios. Pero su equipo solucionaba el problema obteniendo más tantos que sus oponentes, gracias a la calidad de sus jugadores. Marcelo siempre tuvo buena prensa. Hasta el punto de que los periodistas le han tratado magníficamente incluso cuando sus actuaciones han sido deplorables.

Las dos últimas temporadas de Marcelo han sido penosas, lamentables, calamitosas... Sus kilos de más se veían a la legua. Aun así, él no cedía en su empeño de atacar por sistema sabiendo que le era imposible regresar a su punto de partida. Dicen que le daba vergüenza pesarse. No obstante era incapaz de airear que no estaba en condiciones de jugar. Sino todo lo contrario: se hacía el ofendido porque Solari tomó la decisión, justa y valiente, de confiar en Reguilón.

Nada más regresar Zidane al banquillo, a quien Marcelo considera amigo, el brasileño volvió a ser titular. Eso sí, sin sonrojarse lo más mínimo por su sobrepeso. Inadmisible en un futbolista de cualquier equipo y mucho menos del club más grande del mundo. Aunque conviene decir, cuanto antes, que Marcelo contó, como siempre, con la ayuda de la prensa. La cual ha resaltado ya en grandes titulares, como si fuera algo extraordinario, la pérdida de kilos de Marcelo.

Da grima, por tanto, leer la disciplina espartana, en cuestión de comida y bebida, que hace ya un tiempo se ha impuesto Marcelo para responder a la confianza que en él tiene depositada su entrenador. Y los contadores del asunto se quedan tan pancho. Es decir, que si Zidane no hubiera sido el entrenador elegido, el brasileño no habría dudado en seguir comiendo y bebiendo sin medida o discernimiento.  

Y uno está en la obligación de preguntarse: ¿no hay nadie en el Madrid que sea capaz de llamarle la atención a Marcelo? ¿Cómo es posible que un club de tamaña categoría dé la callada por respuesta a una forma de proceder que sería cachondeable si se tratara de un equipo de aficionados?  En cambio, sus dirigentes no dudaron en despedir a Santiago Hernán Solari. Y, por si fuera poco, se quitaron de en medio a Reguilón... En menos que canta un gallo.

Adenda. La pérdida de peso de Marcelo puede que le permita atacar más que antes... Pero la duda permanece: ¿será capaz de defender mejor que nunca?...




















No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.