Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

sábado, 8 de junio de 2019

Respuesta a un amigo


Mi amigo AT, sabedor de que a mí no se me pegan las sábanas, me llamó por teléfono a las ocho y media de la mañana. Pues estaba deseando conocer los motivos que yo había tenido para no escribir siquiera unas líneas sobre el Islas Feroe-España. Así que no dudé en responderle que hube de armarme de paciencia para poder soportar un encuentro tedioso. Y también le dije que di algunas cabezadas durante el partido. Y que bastante hice con oponerme a la modorra que me estaba causando el juego, como para ponerme a opinar sobre él.

Islas Feroe es un combinado tan débil que impide valorar la victoria de sus rivales. Es más, yo creo que esa clase de partidos son contraproducentes para cualquier Selección que, como la de España, trata por todos los medios de reverdecer sus lauros. O sea, volver a dominar el fútbol mundial como no se cansaba de decir Juan Carlos Rivero: narrador de enfrentamiento tan desigual. Y qué decir de los comentaristas... Quienes no cesaban de destacar la actuación de los jugadores de La Roja porque estaban, según ellos, ganando un partido trampa.

Con La Roja, apodo de la Selección que se le atribuye a Luis Aragonés, y que no encaja con la forma de ser que tenía el técnico nacido en Hortaleza, jugaban ayer los futbolistas españoles más destacados que hay actualmente. Siendo Cazorla e Isco muy importantes para Luis Enrique y sus ayudantes. El primero, recuperado de lesiones graves y también de estados donde han imperado la moral decaída, ha formado parte del Villarreal: equipo que ha estado a punto de perder la categoría. El segundo ha sido suplente en el Madrid. Suplencia que se ganó con creces.

Así que flota en el ambiente la idea de que los técnicos de la Selección Española buscan formar un conjunto donde primen los hombres bajitos para implantar el estilo de juego conocido como tiqui-taca y que tanto añoran los que se consideran voces exquisitas del deporte rey. Sin caer en la cuenta de que semejante deseo puede estrellarse ante una realidad: el tiquitaca es cosa del pasado. Pues el fútbol, siempre ávído de mejoras, anda ya luciendo otras maneras.   

Lo cual no quiere decir que la Selección Española no vuelva a encandilar en cualquier momento, estimulada por el ambiente de un gran escenario y ante un adversario que le ayude a creer que está en la mejor disposición para ser como aquella poderosa que ganó varios títulos. Algo que puede suceder frente a Suecia en el Bernabéu. Si ese espejismo se produce -ante un combinado de medio pelo-, mucho me temo que sería perjudicial. Porque si bien el fútbol español está repleto de buenos jugadores extranjeros, la Selección carece de una figura principalísima. Y tampoco está sobrada de magníficos futbolistas.

Lo mejor de la Selección Española -ayer- fue, sin duda, la distribución racional de sus centrales: es decir, Sergio Ramos jugó en la demarcación derecha, por ser diestro, y Mario Hermoso -zurdo- lo hizo en el costado siniestro. A propósito: en el Madrid siguen sin enterarse de que necesitan un zaguero zurdo. AT, mi amigo, seguramente no estará de acuerdo con mi respuesta. Y está en su perfecto derecho. Pero que no olvide que fue él quien quiso saber por qué no había dicho yo ni pío acerca del partido Islas Feroe-España.










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