Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

viernes, 28 de junio de 2019

Los méritos de la Selección Sub-21


No vi el partido Italia-España correspondiente al Europeo Sub-21. Motivo: el Campeonato no había despertado el menor interés en mí. También se lo achaco a que tras el mucho fútbol visto durante la temporada pasada, decidí tomarme el respiro que andaban pidiendo a gritos mis sentidos. Pues todos sabemos que lo mucho atora la mente. De ahí mi admiración por Julio Maldonado, Maldini. Periodista que cuenta con un sinfín de parabólicas para estar presente en todos los estadios del mundo y a cualquier hora. Maldini debería ser premiado (?) por su extraordinario sacrificio.

Tuvo que ser Manolo Muñoz, mi querido amigo, quien me pusiera al tanto de cómo la Selección Italiana le ganó a la Española, empleándose con una dureza rayana en la agresión y permitida por el árbitro de turno. Mi amigo, además, no escatimó elogios para algunos jugadores de ese combinado que los cursis han dado en llamar La Rojita. Lo contado por MM me animó a sentarme en el salón de la salita de estar para presenciar -en Cuatro Televisión- Inglaterra-Rumania. Partido trepidante, donde abundaron los goles y reinó la emoción y el buen juego.

Así que decidí ser telespectador del decisivo encuentro entre españoles y belgas. Donde el equipo dirigido por Luis de la Fuente hizo méritos suficientes para ganar en el último suspiro de un partido en el cual su rival demostró ser un hueso duro de roer. Ni que decir tiene que ya no me perdí  España-Polonia, Alemania-Rumania y, mucho menos, España-Francia El cual acabó con una rotunda victoria de los nuestros (4-1).

Los méritos de la Sub-21 de España fueron muchos. Pero muchos... Aunque el más destacado fue, según mi parecer, que sus jugadores buscaron la portería francesa con los pases precisos: ni uno de más pero tampoco ni uno de menos. Es decir, que el juego practicado por los jugadores hispanos no tuvo nada que ver con ese otro llamado tiquitaca y que tanto añoran los exquisitos del deporte rey.

Tampoco conviene echar en saco roto el exceso de ditirambos que se han vertido sobre los jugadores españoles. Dani Ceballos y Fabián, especialmente, han sido perfumados sin solución de continuidad. Lo cual no quiere decir que sus actuaciones no debieran ser destacadas. Pero creo que hubiera bastado premiarlos con tres adjetivos. Que es lo que hubiera recomendado Juan Ramón Jiménez: ganador en su día del Premio Nobel de Literatura.

Reconozco los méritos del bloque español. Y me ha llamado la atención Dani Olmo. Tal vez porque no lo conocía. De Oyarzabal me sigue cautivando la facilidad que tiene para adaptarse a la misión concreta que le encomiendan sus técnicos. Jugadores así, valen un Potosí. Y perdonen el pareado. De Fornals, desde que jugaba en el Málaga, siempre tuve la mejor impresión. Aunque la última temporada en el Villarreal, debido al gilifútbol practicado por el equipo castellonense, su rendimiento no estuvo acorde con su categoría.

En fin, que ardo en deseos de ver la final contra Alemania. Prueba más dura que el pedernal. Y es que los jugadores alemanes, además de la calidad que atesoran, hacen de la tenacidad virtud. Así que nunca dan un partido por perdido. Frente a una selección compuesta por futbolistas tan persistentes, tan poco dados a doblar la rodilla, es necesario que funcione el conjunto español. Y aún más: es imprescindible que Ceballos y Fabián rindan en la misma medida en la que han sido ensalzados...










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