Hace dos días, es decir, el 24 de un junio que está ya dando las boqueadas con altas temperaturas que nos tienen acollonados, y bajo el título de Debate permanente, opiné sobre los entrenadores que alcanzan éxitos y fama sin haber jugado nunca al fútbol como profesionales. Y terminé mi parecer comparando la situación de Fernando Hierro en el Mundial de Rusia con la de Robert Moreno en la próxima Copa de Europa de selecciones nacionales.
Creánme que no hubiera insistido en tan manido asunto de no haberse publicado unas declaraciones del actual seleccionador, dando cuenta de los sitios en los que ha trabajado antes de ser requerido por Luis Enrique como ayudante. Quedamos enterados, pues, de que ha prestado servicio como guardia de seguridad en una gasolinera. Que ha sido dependiente en El Corte Inglés y administrativo en la Caixa. Todo ello adornado con una carrera en Comercio Internacional.
La entrevista iba de maravilla. Hasta que le preguntaron si había jugado al fútbol como profesional. Y el seleccionador mordió el anzuelo como muchos otros técnicos antes que él. Se le ocurrió decir que había jugado en El Florida: un equipo de Hospitalet, entrenado por su padre. Que jugaba de central. Y que no era muy bueno. Con lo fácil que le hubiera sido decir que no. Puesto que está demostrado, y lo hemos repetido hasta la saciedad, que ni hace falta ser una estrella ni tampoco haber jugado al fútbol para dar la talla como técnico.
Pero Robert Moreno demostró que aún no se ha quitado de encima ese complejo que habita entre los entrenadores que nunca fueron profesionales del deporte rey. Un sentido de inferioridad que irá superando a medida que vaya logrando triunfos que le permitan no estar pendiente de lo que piensan los jugadore sobre él. Aunque el técnico catalán cuenta con la ventaja de haberse hecho notar durante muchos meses a la vera de Luis Enrique.
Vicente del Bosque, cuando le han preguntado al respecto, se ha manifestado así: "No hace falta ser una estrella para ser un buen entrenador. Nunca existe una relación directa entre lo bueno que eres como futbolista a cómo lo haces en el banquillo". Eso sí, ha dejado muy claro que el camino se le irá allanando si los resultados son favorables. Verdad que no necesita demostración.
Los jugadores de fútbol, cuando los resultados son negativos o bien no juegan cuanto quisieran, lo primero que hacen es propalar entre bastidores que el entrenador no les comprende, debido a que no ha sido profesional de la cosa. Forma de proceder que es más frecuente a medida que los equipos son de más nivel. No tengo la menor duda de que Robert Moreno sabe que eso es así. Por lo que debería cuanto antes no hablar más del Florida ni de ningún otro equipo de barrio.
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