A veces, y no tengo el menor inconveniente en airearlo, hay madridistas que me paran por la calle y me dicen, con el debido respeto, que en ocasiones tienen la impresión de que yo no soy del Madrid, como he venido propalando desde que vestía pantalones cortos. Y alegan los motivos que les lleva a pensar así: mis críticas negativas al equipo blanco superan a las positivas. Verdad que no les puedo negar. Y que llega a causarme pesar. Pero la realidad es tozuda: el Madrid lleva mucho tiempo jugando mal, rematadamente mal.
Y, a continuación, me expreso de esta guisa: yo me alegro hasta el repeluco de la emoción en las victorias del Madrid, y me duele hasta la rabia o la tristeza el mal juego y las derrotas del equipo de mis amores. Ahora bien, en vista de que mi madridismo no alcanza ese nivel de cerrazón o fanatismo, tan en boga, no me corto lo más mínimo en criticar (a veces, acerbamente) actuaciones impropias de un club al que admiro desde la niñez. Y al cual veo dando barquinazos impropios de su grandeza e historia... Verbigracia: el de Anoeta fue el colmo de los despropósitos.
El Madrid de Zidane está haciendo bueno al entrenado por Solari (por cierto, éste sigue sin decir ni pío; lo cual evidencia su categoría como persona). Y sobre todo conviene resaltar lo siguiente: ya va siendo hora de que Zidane acabe con los privilegios. El privilegio: odiosa palabra, contra la que se alzaron los hombres de la Revolución francesa. Palabra que separa, que divide, que hace distingos entre hombre y hombre... Privilegio es mantener a Marcelo como titular sin que aporte nada. Y qué decir acerca de las atribuciones que se otorga Sergio Ramos...
Ambos ejemplos son suficientes para que en cualquier plantilla hubiera cundido ya las muestras de desagrado. Aunque me imagino que tanto Marcos Llorente como Reguilón llevarán la procesión por dentro. Los malos precedentes dejan huellas. Puesto que los futbolistas toman nota de lo que acontece a su alrededor y aprovechan el momento oportuno para sacar la lengua a pasear... Cuanto viene sucediendo en este tramo final de La Liga Santander, no le hace ningún bien a Zidane ni al Madrid. Pues todo lo que está ocurriendo no deja de ser un auténtico disparate.
A propósito, cuando se habla de fichajes en el Madrid salen a relucir nombres como Eden Hazard, Paul Pogba, Eriksen... Y se nos dice, por medios acreditados, que todos ellos han de pasar por el tribunal que preside el Gran Capitán del Madrid. El cual, tras consultar con sus componentes, elegidos por él, decidirá al respecto. No me extraña, pues, que la dirección técnica no haya aprovechado la ocasión para tirarle los tejos a Griezmann. Quizá porque sabía ya que estaba vetado por el Gran Capitán. Jefe del núcleo duro...
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