El centro político vuelve a estar de moda

Hubo un tiempo en el cual primaban en España las denominaciones políticas izquierda y derecha. En el pasado hubo una tercera disposición para arreglar las cosas mediante un término medio que fue el de centrismo. Muy bien aprovechado por Adolfo Suárez para hacer la transición. Magnífica idea cuya máxima aspiración era suprimir los excesos o radicalismos de unos y de otros; al propio tiempo que utilizaba lo que hubiera de bueno en la izquierda o en la derecha.

A pesar de que Unión Centro Democrático consiguió logros importantes en una época muy difícil, esta actitud en el pasado se entendía como una chapuza política, porque las identidades de la derecha y de la izquierda estaban muy claras. Hasta el punto de que el centrismo se fue a pique en aquellas elecciones de 1982. Fue entonces cuando Fraga decidió darle vida a una combinación política llamada centro-derecha. La cual obligó al Partido Socialista a desmarcarse del marxismo, radicalismo y utopías. Es decir, que el PSOE se plantó en el centro izquierda. Mientras la derecha también apostó por dejarse ver como reformadora y progresista. 

De modo que sus dirigentes principiaron a dejarse la barba e incluso comenzaron a prescindir de la corbata... A fin de hacernos creer que el conservadurismo de la derecha había pasado a mejor vida. Aun así el centro derecha español fue siempre una jaula de grillos y motivo de discordias internas. José María Aznar decía entonces que "el centro-derecha español tiene una escalofriante tendencia a la división, la disgregación y al suicidio. Y sentenciaba: "O se supera esa tentación o será difícil que se articule como una alternativa válida de poder a corto plazo. Con estos datos juegan, y acertadamente, los socialistas". Corrían los años ochenta.

El cuadro político de aquella España se ha vuelto a repetir... El centro-derecha, representado por el PP, se ha ido quemando a fuego lento durante los gobiernos de Mariano Rajoy. De aquel árbol frondoso se desgajaron en su día dos ramas importantes con ideas distintas. Moderadas en Ciudadanos y conservadoras en VOX. Dejando sin espacio político a un PP que no ha sabido defender en estas elecciones el sitio que le correspondía. 

El craso error cometido por Pedro Casado en las elecciones, tal vez por asesoramientos equivocados, ha consistido en negar a VOX a la par que no se oponía a pactar con los de Abascal en caso de necesitarlos. Sin percatarse de que sus votantes conservadores huían hacia la extrema derecha, mientras que los moderados buscaban el cobijo de Cs y PSOE. Tan funesta decisión, por parte de los populares, ha evidenciado que el centro político ha vuelto para suprimir los excesos radicales. El PP, pues, se ha quedado fuera de ese término medio. De momento.