Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

jueves, 4 de abril de 2019

Jesús Gil, El pionero


Fue a principios de los 'felices sesenta' cuando yo vi por primera vez a Jesús Gil y Gil. Coincidimos un día en una taberna llamada Casa El Bibi, situada en una calle del llamado Madrid de los Austrias. Su propietario era muy conocido, tenía don de gentes y por tanto destacaba como tertuliano. Por él supe que JG era de El Burgo de Osma (Soria) y que estaba recién llegado a la capital de España para abrirse camino como empresario. 

En 1965 abandóne yo Madrid y ya no supe nada más de Jesús Gil y Gil hasta 1987.  Por haber sido elegido presidente del Atlético de Madrid. De él recordaba que era persona extravertida. Un tipo de acción que sabía ganarse la voluntad de quienes lo frecuentaban. Aunque mentiría si no dijera que ya daba muestras evidentes de ser muy dado a imponer su voluntad. También se metía la mano en el bolsillo con celeridad para pagar las copas del aperitivo.   

En la temporada 87-88, siendo yo empleado del Instituto Municipal de Deportes, se me pidió por parte del presidente de la Agrupación Deportiva Ceuta que fuera a Madrid para ver si conseguía hacerme con los servicios de Miguel Ángel: jugador nacido en Córdoba y perteneciente al Atlético de Madrid. En el Vicente Calderón esperé la llegada de Jesús Gil y Gil para que firmara el documento correspondiente a la cesión concedida. 

Tiempo que aproveché para ver el entrenamiento dirigido por César Luis Menotti, entrenador a la sazón de aquella plantilla compuesta por futbolistas como Arteche, Alemao, Julio Salinas, Quique Setién, Landaburu, López Ufarte, Futre... En los bajos del Estadio estaban las oficinas y los vestuarios. Y por el pasillo lucía cuerpo Menotti. Descamisado y paliqueando con las jóvenes oficinistas del club.

Cuando Bernardino Matallanas (con quien me unía una gran amistad desde 1961 y que lo había sido todo en el club rojiblanco) me pasó al despacho del presidente, me encontré con un personaje exultante que me firmó el documento de cesión y hasta tuvimos tiempo de recordar nuestras tertulias en Casa El Bibi. Coincidió, además, que los dos teníamos que coger un vuelo Madrid-Málaga a las cuatro de la tarde. En su caso, porque en Marbella se celebraba una fiesta para presentar a la plantilla luciendo el uniforme de calle; acto que sería amenizado por Lola Flores.

Nada más producirse el embarque, el presidente del Atlético me mandó a un empleado para decirme si tenía algún inconveniente en cambiar mi asiento con la persona que iba a su vera. Y le dije que no. Durante el vuelo no dejó de hablar... Intentó convecerme de que me quedara en Marbella. Pero le recordé que yo tenía ya programada mi vuelta a Ceuta en mi coche cuanto antes. No dudó en contarme que tenía el presentimiento de haberse equivocado al fichar a Menotti. Pero que no dudaría en destituirlo... Y así fue.

Me he acordado de Jesús Gil, tras leer que está a punto de estrenarse un documental, cuyo título es El pionero. Que trata sobre la vida de quien fuera presidente del Atlético, empresario, alcalde de Marbella y un personaje capaz de ponerse el mundo por montera. Antes de que el GIL decidiera hacerse con la alcadía de Ceuta, me mandó a un emisario para que me sumara a su causa en esta ciudad. Y le contesté que no. Aunque tuve el detalle de informar a un empresario local de lo que le esperaba si no apoyaba al Grupo Independiente Liberal (El GIL).



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