El papelón de Zidane

Yo no estoy acostumbrado a escribir dos veces seguidas del mismo tema. Pero como estamos en día de reflexión política, y no me parece oportuno dar muestras evidentes de qué partido no quiero que gane, volveré a opinar sobre Zinedine Zidane, aprovechando unas declaraciones suyas que han llamado mi atención por la manera de responder a la pregunta sobre los plenos poderes que le concedieron para que regresara al Madrid, y que tan aireados fueron por todos los medios.

Sobre los plenos poderes, ZZ contestó de esta guisa: "Yo no mando ni en mi casa...". Tratando de tomarse a chacota lo inquirido por el periodista. Luego fue más explícito: "No tengo poder de nada. Aquí hay gente que manda, un entrenador, que soy yo, y queremos hacer las cosas juntos". Y a partir de ahí todos fueron evasivas. Con el fin de no dar señales de inquietud por la situación tan desalentadora que debe estar pasando desde que decidió volver a tomar las riendas del equipo. La cual no deja de ser un papelón.

Papelón. Llamaban así antaño a quien tenía que pasar por una situación embarazosa y cargar acaso con lo que no era responsabilidad suya, con lo que hacía un papel o papelón muy poco grato. Según el Gran Libro de los Insultos, en puntos de la provincia de Cáceres le llamaban zalamero o fingidor. En Cádiz se dice de quien oculta sus intenciones. En Castilla y León se dijo de quien se envanece y pretende ser lo que no es. Nada que ver esta última acepción con el técnico del Madrid.

ZZ regresó al Madrid, tal vez convencido de que el equipo bajo su dirección cogería el camino del buen juego y de los éxitos ininterrumpidos. Sabiendo, además, que nadie podría criticar su gestión si acaso ese hecho no se producía. El equipo sigue sumido en un mar de confusiones y cada día que pasa su entrenador ha de salir a la palestra para mostrarse zalamero y fingidor. De ahí que no cese de halagar a sus jugadores, mostrándose empalagoso y afectado en sus decires. 

En lo tocante a bajas y altas, el técnico francés se sabe al dedillo lo que no debe decir. Así que su actitud consiste en ocultar sus intenciones. Que es lo que en Cádiz motejan de papelón. De seguir así, es decir, desempeñando un papel que parece un calco al que viene desempeñando Butragueño desde hace la tira de tiempo, no tengo la menor duda de que el aura de ZZ irá decreciendo. Por algo tan simple como es querer ser leal al club y al mismo tiempo gregario.  

A mí me parece muy bien que la diplomacia raye a gran altura en clubes tan grandes como el Madrid, faltaría más... Pero nunca llevada a extremos donde los entrenadores crean que se están dirigiendo a tontos a nativitate. No olvidemos que el fútbol genera pasión y entre los apasionados también figuran innumerables personas a quienes declaraciones tan vulgares les causan trastornos gástricos. Así que ZZ debería evitar ser zalamero y fingidor.

Frase

El pasado no sólo es fugaz, es que no se mueve de su sitio (Marcel Proust)