Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

lunes, 1 de abril de 2019

Desde mi atalaya


Me agradó sobremanera el partido jugado por el Valencia en el Sánchez Pizjuán. Volvió a mostrarse como un conjunto rocoso, disciplinado en los marcajes y sobre todo solidario. Sus jugadores defienden en bloque y confían muchísimo en los contragolpes. El sistema implantado por Marcelino es el clásico 4-4-2. Neto es un magnífico portero. Los centrales (Garay y Gabriel Paulista) son aguerridos y manejan el juego aéreo. Gayá es lateral veloz, defiende bien y ataca mejor. Wass -que jugó de lateral por la baja de Piccini- fue el más endeble de los cuatro componentes de la zaga. Kondogbia y Parejo forman una pareja ideal en el centro del centro del campo. Ambos se complementan. Los extremos están obligados a cerrar las bandas a cal y canto cuando atacan los rivales. Misión llevada a cabo por Carlos Soler y Guedes. Rodrigo hace de mediapunta y Gameiro merodea por terrenos avanzados para aprovecharse de los despistes de los contrarios. Rival complicado para cualquier equipo. El Madrid de Zidane deberá dar la talla si no quiere salir trasquilado de Mestalla.

Zinedine Zidane está en su perfecto derecho de alinear a los jugadores que crea conveniente en cada partido. Pues nadie mejor que él sabe en qué condiciones están todos los componentes de la plantilla. Esa es, sin duda, una de las decisiones más difíciles que han de tomar los técnicos. Ahora bien, lo que debe exigírseles es que acierten en la distribución de los futbolistas en el terreno de juego. Que impidan que cada cual haga la guerra por su cuenta. (lo cual no quiere decir que se prescinda de cualquier improvisación) Y sobre todo que el deseo de sobresalir haga posible que cualquier futbolista rompa la armonía del conjunto. Frente a la Sociedad Deportiva Huesca la anarquía de Isco Alarcón rompió el equilibrio que debe haber entre todas las líneas. Su manera de proceder, jugando a su libre albedrío, provocó un desorden generalizado. Del cual estuvo a punto de aprovecharse el modesto equipo aragonés. El caótico juego del equipo blanco debió ser solucionado por su entrenador con celeridad. Pero decidió hacerse el sueco. Esperando que se impusiera la superioridad manifiesta de sus jugadores. Mal asunto...

Sergio Ramos y Marcelo volvieron a demostrar que son incompatibles como pareja defensiva en el costado izquierdo. Problema que es conocido hasta en la Cochinchina. De ahí que todos los equipos traten de aprovecharse de semejante desbarajuste. Cuya causa es que el futbolista el brasileño no defiende nada de nada, y el nacido en Camas rinde cada vez menos como central siniestro. De ahí que Luis Enrique lo haya desplazado a la diestra en la Selección. Ambos dieron ayer un recital de fallos clamorosos. Así que siempre fueron superados por los atacantes de la Sociedad Deportiva Huesca. Quienes tuvieron cuatro o cinco oportunidades para marcar. Amén de los dos tantos logrados. Pues bien, ZZ, en vez de recurrir a nuevas soluciones, que las tiene, insiste con ese dúo de 'cantantes'. Lo cual no deja de ser una obcecación. Tozudez que ya no viene a cuento. Y de la que, más pronto que tarde, Zinedine Zidane deberá prescindir por el bien del equipo. Las renovaciones hay que afrontarlas cuanto antes. Y sin mirar al pasado.






    

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