Ha venido a Ceuta en varias ocasiones. Aun sabiendo que aquí nunca fue el candidato preferido en las elecciones primarias como aspirante a la presidencia del Partido Popular. Lo cual demuestra que ni es rencoroso ni está resentido. También está dando muestras evidentes de no ser supersticioso. Pues tengo más que asumido que sus asesores le hablarían en su momento de cuestiones relacionadas con la posibilidad de salir gafado en una de sus visitas. Sobre todo en la que se jugaba nada menos que ser presidente de su partido.
Pablo Casado, sin embargo, hizo caso omiso a las habladurías y salió ileso de la prueba. Pues terminó derrotando tanto a María Dolores de Cospedal como a Soraya Sáenz de Santamaria; candidatas que le habían aventajado en los votos depositados en la urna de la calle Teniente Arrabal, número 4. Tendencias auspiciadas por quienes más mandaban y siguen mandando en el PP de Ceuta. Me imagino que la victoria le permitió decirle a sus asesores que él estaba protegido incluso de quienes eran sospechosos de ser gafes.
La valentía de Pablo Casado quedó patente, además, cuando siendo ya presidente de su partido se presentó nuevamente en Ceuta sabiendo que existía una clase de cenizo etiquetado como manzanillo. La defición de manzanillo pueden buscarla en cualquier diccionario. Y regresó a Madrid convencido de que estaba inmunizado contra toda clase de aguafiestas, mala sombra e infortunado. Es más, la prueba, tenida como una ordalía, debió estimular tanto al candidato a la presidencia del Gobierno de España que no ha dudado en visitar nuevamente esta ciudad.
La visita de Pablo Casado está anunciada para el próximo martes. Y su llegada se debe a su expreso deseo de asistir a la presentación de los candidatos a las elecciones generales del PP de Ceuta. Como debe ser. Y me imagino que en esta ocasión arribará a la ciudad sin pensar en ningún tipo de mala suerte ni cosas por el estilo. Confiado en que los gafes de su partido en Ceuta no existen. Que son habladurías de gente cachonda, zascandil y dispuesta siempre a motejar a los mejores. Y hasta puede que llegue más confiado que nunca.
Confianza que le permitirá preguntarse que si, tras visitar Ceuta, le ganó la partida a Soraya Sáenz de Santamaría y a la señora Cospedal, tarea nada fácil, por qué viniendo ahora no se va a imponer a todos los candidatos que aspiran a la presidencia del Gobierno de España. Si así fuera, tengo la certeza de que le ofrecería a Juan Vivas un ministerio. En reconocimiento a su buen bajío. Y la gente, cachonda y zascandil, jamás volvería a decir ni pío sobre los gafes de esta ciudad. Que los hay...
La valentía de Pablo Casado quedó patente, además, cuando siendo ya presidente de su partido se presentó nuevamente en Ceuta sabiendo que existía una clase de cenizo etiquetado como manzanillo. La defición de manzanillo pueden buscarla en cualquier diccionario. Y regresó a Madrid convencido de que estaba inmunizado contra toda clase de aguafiestas, mala sombra e infortunado. Es más, la prueba, tenida como una ordalía, debió estimular tanto al candidato a la presidencia del Gobierno de España que no ha dudado en visitar nuevamente esta ciudad.
La visita de Pablo Casado está anunciada para el próximo martes. Y su llegada se debe a su expreso deseo de asistir a la presentación de los candidatos a las elecciones generales del PP de Ceuta. Como debe ser. Y me imagino que en esta ocasión arribará a la ciudad sin pensar en ningún tipo de mala suerte ni cosas por el estilo. Confiado en que los gafes de su partido en Ceuta no existen. Que son habladurías de gente cachonda, zascandil y dispuesta siempre a motejar a los mejores. Y hasta puede que llegue más confiado que nunca.
Confianza que le permitirá preguntarse que si, tras visitar Ceuta, le ganó la partida a Soraya Sáenz de Santamaría y a la señora Cospedal, tarea nada fácil, por qué viniendo ahora no se va a imponer a todos los candidatos que aspiran a la presidencia del Gobierno de España. Si así fuera, tengo la certeza de que le ofrecería a Juan Vivas un ministerio. En reconocimiento a su buen bajío. Y la gente, cachonda y zascandil, jamás volvería a decir ni pío sobre los gafes de esta ciudad. Que los hay...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.