El equipo gallego ha despedido ya a dos entrenadores y el tercero, Fran Escribá, ha sido derrotado en dos ocasiones. Es decir, que no se ha producido siquiera eso de que a entrenador nuevo victoria segura. El Celta ha sido durante varias temporadas un conjunto capaz de codearse con los grandes de nuestra Liga. Un magnífico equipo en el cual destacaba sobremanera Iago Aspas. Pero las lesiones lo han ido castigando hasta el punto de que lleva ya mucho tiempo sin jugar. Su baja, naturalmente, la está acusando el equipo de Vigo; lo que unido a otros motivos lo han situado en esa ladera que conduce directamente a la sima del descenso.
El Celta, pues, se presentaba en el Bernabéu como un equipo venido a menos y sobre todo asumiendo sus componentes que, con el regreso de Zidane al banquillo, la euforia reinante en las gradas proporcionaría tranquilidad a los jugadores merengues. Y así fue. Y, para más inri, a los dos minutos de juego se lesionó Junca, y Escribá se vio obligado a trastocar la linea defensiva. Aun así, y aprovechando la debilidad del mediocampo madridista, en el cual Modric era el único valedor de esa parcela, el encuentro se niveló durante toda la primera parte. Es más, Keylor Navas evitó que Maxi Gómez marcara el primer gol del partido mediante un remate de cabeza. Se llegó al descanso con empate a cero. Pero flotaba en el ambiente la idea de que el equipo dirigido por FE estaba sirviendo de lenitivo para el Madrid.
De semejante alivio se aprovechó Marcelo, a quien Zidane le ofreció la titularidad que había perdido con Solari. Y trató por todos los medios de hacer bien sus deberes. Aunque es bien cierto que ningún jugador celtiña atacó por ese costado. En cuanto a Isco, cabe decir que anduvo perdido durante el tiempo que estuvo jugando. Eso sí, cuando Ceballos estaba ya preparado para sustituirle, una gran jugada entre Marco Asensio y Benzema le dió la oportunidad de batir a Rubén. Gol que le permitió salir entre aplausos del terreno de juego. Lenitivo eficaz que no debe engañar al jugador ni confundir a los aficionados. Dado que el jugador patrocinado por Adidas no está para muchos trotes.
El Celta, pues, se presentaba en el Bernabéu como un equipo venido a menos y sobre todo asumiendo sus componentes que, con el regreso de Zidane al banquillo, la euforia reinante en las gradas proporcionaría tranquilidad a los jugadores merengues. Y así fue. Y, para más inri, a los dos minutos de juego se lesionó Junca, y Escribá se vio obligado a trastocar la linea defensiva. Aun así, y aprovechando la debilidad del mediocampo madridista, en el cual Modric era el único valedor de esa parcela, el encuentro se niveló durante toda la primera parte. Es más, Keylor Navas evitó que Maxi Gómez marcara el primer gol del partido mediante un remate de cabeza. Se llegó al descanso con empate a cero. Pero flotaba en el ambiente la idea de que el equipo dirigido por FE estaba sirviendo de lenitivo para el Madrid.
De semejante alivio se aprovechó Marcelo, a quien Zidane le ofreció la titularidad que había perdido con Solari. Y trató por todos los medios de hacer bien sus deberes. Aunque es bien cierto que ningún jugador celtiña atacó por ese costado. En cuanto a Isco, cabe decir que anduvo perdido durante el tiempo que estuvo jugando. Eso sí, cuando Ceballos estaba ya preparado para sustituirle, una gran jugada entre Marco Asensio y Benzema le dió la oportunidad de batir a Rubén. Gol que le permitió salir entre aplausos del terreno de juego. Lenitivo eficaz que no debe engañar al jugador ni confundir a los aficionados. Dado que el jugador patrocinado por Adidas no está para muchos trotes.
La victoria del Madrid, merecida a todas luces, evidenció que Modric sigue siendo un baluarte; que Marco Asensio puede y debe hacer mucho más de lo que hace; que Bale ha dejado entrever que está dispuesto a ganarse el sitio. Y, por encima de todo, conviene aclarar lo siguiente: la victoria del Madrid, con goles de Isco y Bale, ha sido posible gracias a que enfrente había un equipo que se ha metido en la ladera que conduce a la sima del descenso. En fin, insisto: el Celta sirvió para mitigar el padecimiento del Madrid durante las últimas semanas.
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