Blog de Manolo de la Torre


Entrenador de fútbol, ha ejercido la profesión 19 temporadas. Escritor en periódicos,
ha publicado una columna diaria, durante dos décadas, en tres periódicos ceutíes.

domingo, 3 de marzo de 2019

Desde mi atalaya


Hace meses que vengo diciendo que el estilo de juego del Madrid, en el cual debe imperar la velocidad, ha de estar respaldado, por encima de todo, por una firmeza defensiva de todos sus jugadores cuando les corresponda correr hacia atrás. Y que el escudo de la defensa, es decir, el mediocentro, acuda presto allá donde se necesite de su manguera para apagar el fuego enemigo. Y estuve recordando, no pocas veces, que Casemiro se había olvidado de cumplir con ese cometido. Forma de proceder que estaba repercutiendo negativamente tanto en Modric como en Kroos. De pronto, apareció en escena Marcos Llorente. Y fue un soplo de aire fresco para el centro del campo y asimismo para el bloque defensivo en general.

Varias veces he explicado el motivo que tuve para ver durante una temporada todos los partidos del Alavés. Aunque no me preocupa en absoluto redoblar el tambor. Lo hice para ser testigo de cómo Marcos Llorente, cedido por el Madrid, progresaba en la posición de mediocentro. Y me fue convenciendo de que era uno de los mejores que había en España. Cierto es que su regreso al Madrid no fue muy tenido en cuenta por sus entrenadores. Y a punto estuvo el jugador de emigrar nuevamente allá donde valoraran sus extraordinarias cualidades. Cuando Solari le concedió la titularidad, Marcos Llorente tardó nada y menos en demostrar su categoría. Y a mí se me ocurrió hacerle el artículo. Su desgracia fue lesionarse cuando estaba siendo imprescindible en su equipo. No me extraña que Solari sueñe con su regreso. También lo estarán echando de menos sus compañeros.    

Todos los equipos, sin excepción, han de intentar por todos los medios encajar pocos goles. Verdad de Perogrullo. La firmeza defensiva, pues, es de vital importancia. También lo ha sido para el Madrid. Aunque siempre se ha alegado que ser defensa del conjunto merengue es muy complicado porque las figuras de medio campo hacia arriba eran todas reacias a correr hacia atrás. Ahora bien, hubo temporadas en las que el equipo blanco intercambiaba golpes con sus rivales y terminaba ganando por varios y goles y recibiendo algunos. Actualmente, el Madrid carece de gol y sigue fallando estrepitosamente cuanto toca evitar los tantos de sus rivales. Lo cual se está traduciendo en derrotas que están dañando la imagen del club. Ramos y Marcelo han tapado, durante mucho tiempo, sus defectos con acciones atacantes. A Marcelo le ha costado verse arrumbado en el banquillo. De Ramos, en cambio, se dice que nunca será el problema de su equipo. Por más que en los dos partidos frente al Barcelona haya dado muestras evidentes de que defiende pésimamente. Suma y sigue.

Betis-Getafe. Me agrada sobremanera ver jugar al equipo entrenado por Bordalás. Puesto que el Getafe sabe a lo que juega y además lo hace muy bien. Y lo ha vuelto a demostrar ganando en el Benito Villamarín. Ante un Betis que se vio desbordado durante la primera parte por el conjunto madrileño. Hasta el punto de que marcó dos goles y hasta pudo lograr algunos más. Además de la presión alta con la que se emplearon los hombres del 'Geta', conviene decir cuanto antes que el marcaje mixto que hacen sus futbolistas lo llevan a cabo con tanta disciplina como acierto. Cuando defienden cada jugador se responsabiliza del rival que ha entrado en su zona y lo persigue hasta que termina la jugada. Volviendo a su posición nada más concluir la acción. También es digno de destacar el mucho provecho que le sacan a los despejes orientados. El estilo de juego implantado por Bordalás en su equipo es, sin duda alguna, tan válido como cualquier otro.  Y, desde luego, se refleja en la magnífica clasificación que ostenta un club modesto.

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