Aborto y eutanasia salen a relucir en la precampaña

Comida con un matrimonio amigo. En la sobremesa sale a relucir lo declarado por Adolfo Suárez Illana sobre el aborto, y toma la palabra la mujer. Señora culta y que siempre ha dado muestras evidentes de ternura.  "No es de mi agrado opinar sobre cuestión tan dolorosa para una madre. Pero amo tanto a los niños que no soportaría verlos sufrir... También me apiadaría de la madre frustrada. Y, naturalmente, si ella quiere seguir adelante, tiene todo el derecho del mundo. Amén de mi estima".

El marido de TR, que así se llama mi amiga, interviene para expresarse así: "Hay tanta gente que imparte lecciones de moral sin haber oído a los afectados, a los que se han visto obligados a reflexionar sobre problemas tan graves como el aborto o la eutanasia, que yo no les hago el menor caso a los políticos que salen en precampañas y campañas electorales tratando de ganar votos con cuestiones tan sumamente graves y penosas.

Cuando me cedieron la palabra, yo que he pasado por trances muy difíciles en esta vida, que no vienen al caso contarlos, me acordé de una señora que enfermó y quiso saber lo que le esperaba. Los médicos le dijeron que sus padecimientos irían a más y que podría pasar por circunstancias poco agradables. 

Y ella reflexionó así: "Llegará un momento en el que deberé guardar cama o estar en una silla de ruedas. Mi dependencia será total, me defecaré encima, tendrán que darme de comer, no podré ni leer ni ver la televisión, estaré tan embrutecida que los analgésicos que mitigan mi dolor me impedirían mantener una conversación. ¿Qué sentido tiene todo ello? No quiero caer en un estado vegetativo".

¿Por que razón esas personas deben pasar ese calvario? Es la pregunta que nos hicimos en la sobremesa.