Mucha gente se pregunta por qué nuestro alcalde se aferra al cargo como los murciélagos a las paredes. Y yo lo tengo muy claro: Lo peor de ser ministro o presidente o cargo muy importante, es cuando dejas de serlo. Así se pronunciaba Felipe González hace ya la tira de tiempo. Y sigue teniendo toda la razón del mundo al respecto.
En el caso que nos ocupa, nuestro alcalde sabe perfectamente que, mientras permanezca en el cargo, se sentirá nuy importante. Pues permanentemente llevará detrás un séquito de asesores, de cargos de segunda mano, escoltas, y algún que otro pelota impertinente e, incluso, a algunos amigos a los que usa como pequeños cortesanos...
Nuestro alcalde lleva la friolera de 18 años siendo la primera autoridad de una Ceuta marinera, en la que su palabra es de rey... Y está convencido -porque tonto no es- de que cuando deje la alcaldía todo eso se acaba de golpe y porrazo. Lo cual no es fácil de asimilar. Pues tampoco desconoce que lejos del poder sólo sobreviven quienes tienen cualidades y personalidad suficiente, que son muchos, pero no todos.
Pronto habrá elecciones autonómicas y municipales. Lo cual suele provocar agitaciones internas en la mayoría de los partidos. Es un momento duro para las organizaciones políticas porque, salvo excepciones, los que ocupan cargos quieren seguir y para entrar en un puesto de salida, antes hay que hacer un hueco; es decir, quitar a alguien.
Afrontar ese compromiso lleva consigo dejar heridos en el camino. Aunque nuestro alcalde es maestro indiscutible en el arte de contentar a tirios y troyanos. Si bien se les resisten quienes elegidos por nuestro siempre recordado Pedro Gordillo fueron defenestrados sin contemplaciones. Los cuales siguen chamullando sin cesar en contra de un Vivas a quien Yolanda Bel lo tiene como su pigmalión.
A propósito de la señora Bel, alguien que suele acudir a los actos que celebra el Partido Popular de Ceuta, me ha contado que el espectáculo está asegurado cuando la secretaria general de los populares se sube al escenario. Hasta el punto de que los asistentes vibran con sus intervenciones y la aclaman ante la mirada complaciente de su pigmalión. Y a mí me cabe preguntar: ¿regresará tan importante señora a la política municipal?
A propósito de la señora Bel, alguien que suele acudir a los actos que celebra el Partido Popular de Ceuta, me ha contado que el espectáculo está asegurado cuando la secretaria general de los populares se sube al escenario. Hasta el punto de que los asistentes vibran con sus intervenciones y la aclaman ante la mirada complaciente de su pigmalión. Y a mí me cabe preguntar: ¿regresará tan importante señora a la política municipal?
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