Vinicius se ha convertido en la gran atracción del Madrid. Los halagos al jugador brasileño no cesan. Se destaca su velocidad conduciendo el balón y cómo se va zafando de sus rivales con una facilidad pasmosa. Y todo acaba con el mismo comentario. Tiene dieciocho años... Por eso no le marca un gol ni al arco iris. Y, a renglón seguido, se produce un canto a la esperanza: ya aprenderá a finalizar sus jugadas. Aunque conviene recordar que el presente del Madrid son las victorias. Y si éstas no se producen, no espera a que nadie logre afinar la puntería en el futuro
Vinicius ha podido resolver la eliminatoria durante el primer tiempo. Ha disfrutado de las mejores ocasiones de gol. Pero las ha fallado por el aturdimiento que se apodera de él cuando se encuentra en las mejores condiciones para empujar el balón al interior de la portería. Los fallos del joven brasileño y las intervenciones de Ter Stegen, extraordinarias como siempre, han sido las causas por las que el Barcelona ha derrotado a un Madrid que fue mejor durante gran parte del encuentro.
En esta ocasión, el equipo azulgrana necesitó muy poco de Messi. Situado el argentino por delante de sus tres centrocampistas y por detrás de Suárez, todo el protagonismo recayó en Dembélé. El cual aprovechó los momentos en que el Madrid buscó el gol a tumba abierta para imponer su velocidad al contragolpe e ir horadando el orden defensivo que hasta entonces había exhibido el equipo blanco. Fue entonces cuando Casemiro se olvidó de acudir en ayuda de sus laterales. Y, claro, el Barça no perdonó.
Primero fue Suárez quien batió a Keylor Navas. Luego, lo hizo Varane en propia puerta. Y, por si fuera poco, Suárez volvió a marcar de penalti, cuando los de Solari andaban ya sumido en un auténtico desconcierto. Volvía a cumplirse, una vez más, eso de que el equipo que perdona termina perdiendo. Y ha sido así, sin duda alguna, porque el fútbol espectacular de Vinicius careció, una vez más, de acierto. Tampoco Benzema estuvo atinado en sus remates. Sobre todo en uno con la pierna izquierda, cuando estaba en inmejorables condiciones para batir a Ter Stegen.
En fin, el Madrid jugó muy bien durante muchos minutos del partido. Pero tuvo la mala suerte de que todas las ocasiones de gol, o casi todas, las tuviera Vinicius. Y éste, de momento, no le hace un gol ni al arco iris. La derrota del Madrid, sin duda alguna, es de las que dejan a los jugadores tocados de un ala. Esperemos que se recuperen de aquí al sábado. De no ser así, el Barcelona volverá a hurgar en la herida que le ha causado al equipo merengue.
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