Santiago Hernán Solari tuvo una actuación aciaga en el partido frente al Villarreal, celebrado en el Estadio de la Cerámica. Entre sus errores, cometidos entonces, dos fueron decisivos para empatar un partido que tenía ganado el Madrid. Permitir que Samu ridiculizara a Marcelo durante todo el encuentro. Y evitar que Cazorla marcara dos goles por descuidos continuados de Carvajal. A partir de ahí, los aciertos de Solari han sido evidentes. Pero ayer metió la pata hasta el corvejón. No solo por alinear a Marcelo, que también, sino por no haberlo cambiado en el preciso momento en que Portu empezó a aprovecharse de las deficiencias defensivas del brasileño. Quien se muestra incapaz de marcar encima a sus rivales. Les concede metros suficientes para que éstos controlen el balón y jueguen a placer. Amén de atacar, insisto, por sistema y sin provecho. El problema de Marcelo viene de atrás, sin duda alguna, y en este espacio lo venimos diciendo desde hace años. Otros, en cambio, lo han detectado cuando los síntomas se han convertido en una realidad insostenible. A toro pasado...
Sergio Ramos volvió a exhibir su peor versión como futbolista. Tras haber tenido una extraordinaria actuación frente al Ajax, el camero volvió a ser reo de los desatinos defensivos de su amigo del alma: Marcelo. No hizo nada a derechas. Su atolondramiento fue animando a Stuani. Se veía a la legua que estaba atenazado por los nervios. Algo impropio en un futbolista de su talla y acostumbrado a librar batallas de mucho nivel. El caso de Ramos es claro como el agua clara: si juega Nacho -aun sin ser zurdo- o Reguilón a su siniestra, su rendimiento raya a gran altura. De lo contrario, muestra sus carencias. Que no son pocas cuando le atacan continuamente por su lado ciego. Nunca me cansaré de decir que sus giros en carrera dejan ver perfectamente lo mucho que le cuesta hacerlos hacia el exterior. Algo que se repite con frecuencia. A propósito, hay quienes creen a pie juntillas que querer es poder. Y no es así: muchas veces no se quiere todo lo que se puede, y muchas más no se puede todo lo que se quiere. Es el caso de Ramos, cuando le toca soportar a Marcelo como lateral. ¿Por que será?...
Se ha dicho siempre que los jugadores alemanes se han adaptado muy bien el Madrid. No así los británicos. Ejemplos hay que ratifican esa realidad. Verbigracia actual: Kross. Frente al Gerona, una vez más, le tocó bailar con la más fea; esto es, tener que jugar escorado a la izquierda y teniendo a Marcelo cuatro o cinco metros por delante. Lo cual no deja de ser algo insólito. En principio, Kroos era el único encargado de dirigir las acciones del Madrid en ataque. Y no creo que esa situación fuera la más indicada para cumplir con semejante cometido. Luego, por si fuera poco, el exjugador del Bayern de Múnich es diestro. Y además hubo de multiplicarse en defensa para ser el primero en tapar el agujero que dejaba Marcelo. Una aberración futbolística que no tiene explicación alguna. Y que cualquier otro jugador, de la categoría del alemán, no aceptaría. El problema es que tamaño desacierto no es la primera vez que ocurre. Y da pie, además, a que haya comentaristas dispuestos a criticar acerbamente a un jugador que se distingue por su calidad y, naturalmente, por ser disciplinado y educado.
Lucas Vázquez se echa de menos cuando no juega. Pero sus detractores siguen negándole lo mucho que contribuye a que su equipo sostenga el equilibrio entre líneas. Estando él en la banda derecha, todo funciona como un reloj suizo. Y, además, lleva a cabo acciones de mucho mérito en ataque. Sobre todo porque jugar orillado a un costado, como auténtico extremo, es tarea compleja. Si bien el gallego afronta ese reto con solvencia. Para cualquier entrenador, y en cualquier categoría, contar en la plantilla con un futbolista así, no deja de ser un motivo de alegría. En el caso de Lucas Vázquez, y debido a sus muchas cualidades, tengo la certeza de que si un día Solari, o cualquier otro técnico del Madrid, le encargara la misión de emparejarse con el medio centro del rival y ordenador del juego de su equipo, sería un auténtico hallazgo. Porque no sólo le impediría pensar bien sino que, también, causaría mucho daño cual atacante. Pues desde esa posición se vería muchas veces con el camino expedito hacia el marco contrario. Ah, cuanto más atrasado juegue ese mediocentro, mucho mejor sería para Lucas Vázquez. Las soluciones en el fútbol son muchas. Cierto es que la imaginación siempre será mayor en quien, por necesidad, se vea obligado a cavilar. O sea, los entrenadores de los equipos modestos.
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