El Madrid es un equipo en alza

Sabía que el Madrid iba a más, que mejoraba en cada partido, y que presentaba perspectivas muy favorables para creer a pie juntillas en su entrenador. Pero, tras el esfuerzo realizado en el Camp Nou, esperaba con cierto recelo el encuentro en el Wanda Metropolitano. Estadio donde se suelen estrellar casi todos los visitantes. Así que su victoria tiene un mérito indiscutible. Y, naturalmente, conviene destacar los aciertos de Santiago Hernán Solari.

Lo primero que hizo el técnico argentino es cambiar la misión concreta que hasta ahora venía ejerciendo Karim Benzema. O sea, éste dejó de jugar como delantero centro flotante -o falso- para que Godín y Giménez estuviesen preocupados con su presencia más cercana al área. Con lo cual tenían más dificultades para acudir prestos a las bandas en ayuda de sus laterales, casi siempre desbordados por Lucas Vázquez y sobre todo por Vinicius.  La otra fue prescindir de Marcelo.

Pero antes de adueñarse del balón y del partido, el Madrid tuvo que soportar una presión alta del conjunto rojiblanco. El Madrid, que viene defendiéndose con la línea defensiva adelantada, pasó los consiguientes apuros. A propósito, para practicar el fuera de juego es necesario, entre otras cuestiones tácticas, que el portero juegue adelantado. Y Courtois no ha decidido aún dar ese paso. Los de Simeone, sin embargo, fueron a menos y los de Solari a más.

Todo fue cambiando por la velocidad que los extremos del Madrid imprimían por sus bandas. Lucas Vázquez se fajaba con Lucas Hernández y Vinicius sacaba de quicio a Arias. Y por los costados se fue resquebrajando la fortaleza defensiva del equipo rojiblanco. Hasta el punto de que Thomas y Saúl no daban abasto para tapar la vía de agua existente tanto a babor como a estribor. Y si a ello le unimos la extraordinaria labor de Casemiro, escoltado por Modric y Kroos, no resultaba extraño que el Madrid empezara a dominar la contienda. Y, para colmo, llegó el gol de Casemiro en el minuto 15.

Tuvo el equipo blanco momentos de dudas con la posición de Lemar y Correa; despistes que permitieron que Griezmann y Morata tuvieran ocasiones de gol. Así que el primero obtuvo el empate (25'). Mas Vinicius no cejó en su empeño de sacarle los colores a su marcador. Y éste, en una de las diabluras del brasileño, lo derribó. Y Ramos batió a Oblak de penalti. Y con ese resultado se llegó al descanso. 

En la segunda parte, concretamente en el minuto 56', Solarí volvió a evidenciar que no le tiembla el pulso a la hora de tomar una decisión comprometida. Un cambio que, de no haber salido bien, le habría costado recibir criticas acerbas por parte de quienes están esperando que se equivoque para despellejarlo vivo. Pero Bale, que sustituyó a Vinicius -que había estado espléndido-, tardó un amén en marcar un gol sensacional. Pues apenas tenía angulo de tiro y enfrente estaba Oblak.

En suma, partido que gana un Madrid en alza. Tras jugar muy bien en un estadio de los considerados muy difíciles. Santiago Hernán Solari, sin levantar la voz, está tomando decisiones que le avalan como técnico solvente. El Madrid, bajo su dirección, conviene recordarlo, le ha ganado al Sevilla, al Betis, al Atlético de Madrid y... ha empatado  en el Nou Camp. En partido correspondiente a la Copa del Rey.