Quique Setién, entrenador del Betis, forma parte del círculo de entrenadores que suelen expresarse muy bien ante los medios. Lo cual merece plácemes. Pues son actores principalísimos del universalmente reconocido como deporte rey. Y por tanto han de cuidar el lenguaje como oro en paño. Y es que el idioma bien empleado es bien entendido y apreciado por las personas poco instruidas, mientras que las rarezas y las extravagancias, aunque no sean percibidas por esas personas, estremecen a quien sí posee alguna instrucción (Lázaro Carreter).
Al técnico del Betis, pues, se le entiende perfectamente todo lo que dice. Y por consiguiente siempre está expuesto a que sus declaraciones sirvan para que tirios y troyanos lo vean como un señor convencido de que su estilo de juego es el no va más y que prefiere perder antes que ganar por otros medios que él considera impropios de alguien que ha nacido en el norte de España. Olvidándose, claro es, que hubo una época en que se hablaba de la esencia del fútbol andaluz, mientras en el norte se imponía el juego a voleas porque los terrenos de juego estaban condicionados por las inclemencias del tiempo.
Quique Setién confiesa lo que le dice a sus jugadores: "Conmigo jugará el futbolista que tenga más cualidades técnicas; pero sé que, con la mayor parte de los entrenadores jugará el que trabaja, el que roba diez balones por partido, salta, es disciplinado y hace coberturas, aunque luego intente dar un pase y se la dé al contrario". Fue leer lo dicho por el preparador cántabro y dije para mí: ¿acaso William Carvalho, Andrés Guardado y Javi García son mejores que Kanté o que el siempre admirado Makelele?
Makelele era, en el Madrid de los 'Galácticos', el jugador ideal para mantener el equilibrio entre líneas y el orden. Y además resultó ser el escudero perfecto de Zidane. Y lo hacía trabajando, robando balones, saltando y brincando, cuando la situación lo requería, y por si fuera poco, siempre le entregaba la pelota en condiciones al futbolista más cercano y capacitado para intentar otras acciones... Y qué decir del Kanté Campeón del Mundo con Francia y pieza clave, durante varias temporadas, en el Chelsea.
Del entrenador del Betis, a quien hay que agradecerle su facilidad de palabra, aunque tampoco es que sea Castelar, se está apoderando una pedantería que tira para atrás. Y a los hechos me remito: no cesa de recordarnos que él no concibe que se puedan ganar partidos sin hacerlo con el estilo que él ha impuesto en el Betis. Estilo, por cierto, que Laureano Ruiz se atribuye y que, según él, lo copiaron Cruyff y Guardiola.
En fin, la verdad del Betis es que cuenta con una plantilla extraordinaria. Y con una afición que pone en cada partido el Benito Villamarín a tente bonete. O sea, lleno a reventar. Semejante respaldo le permite a los jugadores salir de los muchos enredos en que se ven envueltos por cometer errores improcedentes en zonas marcadas como rojas. Y por excederse, en bastantes ocasiones, en la práctica de un fútbo pueril, enjuto e inoperante; basado en la cabriola, el regate inoportuno, el pasecito horizontal, la triangulación en terrenos prohibidos. Un estilo, sin duda alguna; pero nada más...
Makelele era, en el Madrid de los 'Galácticos', el jugador ideal para mantener el equilibrio entre líneas y el orden. Y además resultó ser el escudero perfecto de Zidane. Y lo hacía trabajando, robando balones, saltando y brincando, cuando la situación lo requería, y por si fuera poco, siempre le entregaba la pelota en condiciones al futbolista más cercano y capacitado para intentar otras acciones... Y qué decir del Kanté Campeón del Mundo con Francia y pieza clave, durante varias temporadas, en el Chelsea.
Del entrenador del Betis, a quien hay que agradecerle su facilidad de palabra, aunque tampoco es que sea Castelar, se está apoderando una pedantería que tira para atrás. Y a los hechos me remito: no cesa de recordarnos que él no concibe que se puedan ganar partidos sin hacerlo con el estilo que él ha impuesto en el Betis. Estilo, por cierto, que Laureano Ruiz se atribuye y que, según él, lo copiaron Cruyff y Guardiola.
En fin, la verdad del Betis es que cuenta con una plantilla extraordinaria. Y con una afición que pone en cada partido el Benito Villamarín a tente bonete. O sea, lleno a reventar. Semejante respaldo le permite a los jugadores salir de los muchos enredos en que se ven envueltos por cometer errores improcedentes en zonas marcadas como rojas. Y por excederse, en bastantes ocasiones, en la práctica de un fútbo pueril, enjuto e inoperante; basado en la cabriola, el regate inoportuno, el pasecito horizontal, la triangulación en terrenos prohibidos. Un estilo, sin duda alguna; pero nada más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta mis escritos ,pero desde el respeto.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.